Australia se enfrenta a una decisión radical que puede tener un punto de no retorno. Junto a los perros, los gatos son los animales domésticos más populares del mundo. Sin embargo, el país oceánico se ha visto inmerso en un particular conflicto después de revelar que 6 millones de gatos salvajes están poniendo en peligro especies endémicas. Y, por ello, las autoridades han optado por una decisión radical que ha dividido a la población: dar luz verde a robots asesinos que eliminen a los felinos.
Como recoge el portal francés JeuxVideo en una reciente publicación, la presencia de estos millones de gatos asilvestrados ha provocado grandes pérdidas para Australia. En la actualidad, se les ha culpado de la desaparición de 28 especies desde su introducción. Además, también se calcula que otras 120 especies están amenazadas por la presencia de unos felinos que, como reportan los medios gubernamentales, cazan más de lo que necesitan para alimentarse. Por ello, el país oceánico ha decidido optar por una decisión radical que no termina de convencer al grueso de la población, pero que parece la única alternativa para evitar pérdidas tanto de especies endémicas como monetarias.
Los robots asesinos utilizarán veneno para acabar con los gatos
En la actualidad, Australia dedica 8.000 millones de dólares australianos (algo menos de 5.000 millones de euros) al cuidado de mascotas y humanos que contraen enfermedades por los gatos asilvestrados. Esto, sumado a las especies en peligro de desaparecer, llevó al gobierno australiano a tomar una decisión radical. Sin embargo, el exterminio de 6 millones de gatos no es tan sencillo: además de ser consecuencia directa de la obra de los humanos, esperar más tiempo implica un mayor riesgo de extinción de especies. Por ello, en los próximos días se tomará una decisión al respecto.
Los 15 robots que se utilizarán para acabar con los gatos salvajes se llaman “Felixer Grooming Trap 1080 Cartridges”. Colocados en el hábitat natural de estos felinos, contarán con un sistema que llame su atención para poder depositar veneno en su pelaje. A la larga, estos lo acabarán ingiriendo al limpiarse y, posteriormente, morirán. Por desgracia, no hay mención alguna a si los animales sufrirán o si el dispositivo afectará a otras especies. Sea como fuere, Australia tendrá que tomar una decisión rápida si desea evitar que este conflicto siga escalando.
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