Hace unas semanas, Google reveló que instalará un cable submarino bajo Isla de Navidad. Hasta aquí nada fuera de lo común, pero hay un dato no menor a tener en cuenta: la migración moviliza a 120 millones de cangrejos que campan a sus anchas por la isla. Ahora, sin abandonar este plan, el gigante tecnológico ha puesto el foco sobre otro país oceánico: Papúa Nueva Guinea, un paraíso tan disperso como montañoso que concentra a 10,8 millones de habitantes a lo largo de todo su territorio.
El plan de Google en Papúa Nueva Guinea
El gobierno anunció que esta medida llega para paliar una necesidad, ya que mejorar la conectividad les permitirá potenciar campos como la educación, la salud y la economía digital. Para ello, colaborarán con Google para la construcción de tres cables submarinos que, hablando rápido y mal, reforzarán el "esqueleto digital" del país conectando norte, sur y la región autónoma de Bougainville. En lo relativo a la financiación, Australia confirmó su peso en la misma: una inversión de 102 millones de euros bajo el tratado de defensa mutua “Pukpuk”.
El argumento técnico, así, es clave en materia de resiliencia: los nuevos cables reducirán la dependencia de "puntos únicos de fallo" y, al mismo tiempo, buscarán posicionar a Papúa Nueva Guinea como una zona interesante para grandes inversores tecnológicos y servicios globales. Así, la dimensión geopolítica toma peso al contar con la colaboración de países como Australia y China que ven al país como un enclave estratégico al norte de Australia. Sin embargo, China también quiere incrementar su influencia regional, pero el cable ha sido visto como una "infraestructura de poder".
El texto del traslado, de hecho, respalda esta última lectura al permitir al personal de defensa australiano instalar y operar sistemas de comunicación en Papúa Nueva Guinea. Gracias a ello, vincularán la conectividad y la seguridad con un proyecto que se discutió en las oficinas de Google en Australia con diplomáticos tanto del país oceánico como del norteamericano. Sin embargo, Google evitó comentar detalles, una prudencia que encaja con el peso estratégico que tienen estos cables submarinos.
Así, Google vuelve a mirar a Oceanía y confirma su interés en un territorio en el que ya ha colocado varios cables submarinos. En Isla de Navidad, por ejemplo, se habló de nuevos sistemas de cableado que conectan Australia hacia África y Asia, mientras que en Papúa Nueva Guinea el foco está puesto sobre la integración nacional y la conexión con Bouganville. De esta forma, la firma norteamericana sigue trabajando en una red "Pacífico-Índico" que tendrá impacto directo sobre millones de ciudadanos.
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