Abelardo González
Editor - TechMark Zuckerberg se ha convertido en la cara más representativa de la evolución tecnológica. A pesar de la polémica que rodea a la creación de Facebook, el neoyorquino saltó a la fama gracias a la popularidad de su red social. Tras ello, lideró una de las apuestas más ambiciosas de la historia, ya que cambió el rumbo de la compañía que fundó con la intención de invertir miles de millones de euros en la realidad virtual. Como consecuencia directa de ello, "Zuck" ha dilapidado una parte importante de su fortuna en un saco roto, pero su ambición llegó a un nuevo nivel cuando señaló que estábamos a punto de asistir al fin de los smartphones.
No es la primera vez que una compañía o figura tecnológica relevante hace alusión a esta posibilidad. Nokia, el gigante de la telefonía venido a menos, aseguró que los smartphones pasarían a mejor vida antes de 2030, pero los meses siguen pasando y su predicción está más cerca de ser una idea loca que una realidad. Humane, la firma detrás de AI Pin, uno de los dispositivos más olvidados del sector, también apuntó a esa realidad, pero tanto ellos como Zuckerberg unos meses atrás se han enfrentado al mismo resultado: el público no imagina un futuro sin la presencia de los smartphones.
Las gafas inteligentes no son tan populares
Para Zuckerberg, el final de los smartphones llegará como consecuencia directa del crecimiento de las gafas inteligentes, una línea de dispositivos que ha brindado varias alegrías recientes a Meta. Por ello, su compañía sigue dedicando esfuerzos a evolucionar esta familia. Así, aprovechó su presencia en el evento Connect 2025 para presentar sus nuevas gafas de realidad aumentada, un invento que llega bajo el nombre "Ray-Ban Display". De hecho, no solo las mostró al mundo por primera vez, sino que también compartió los dos detalles principales: fecha de lanzamiento y precio.
En lo relativo al primero, Zuckerberg reveló que no tendremos que esperar mucho, ya que la nueva colaboración entre Ray-Ban y Meta llegará al mercado el próximo 30 de septiembre. A su vez, en lo que respecta al precio, el CEO de la compañía confirmó que su precio oficial de venta rondará los 799 dólares, motivo por el que es probable que cueste 799 euros en Europa si aplicamos la conversión dólar-euro y tenemos en cuenta la inclusión de impuestos. Sin embargo, aunque Zuckerberg destacó aspectos como la inclusión de una pulsera de control muscular y la ayuda de un chatbot de IA, los fallos terminaron apoderándose del evento.
Como se pudo ver en la presentación, estas gafas permiten gestionar mensajes, música, videollamadas e incluso navegación a pie sin tener que consultar el smartphone. Además, el dispositivo incluye un microdisplay a color en la lente derecha (600 x 600 píxeles con 90 Hz de tasa de refresco), un añadido al que también debemos sumar la inclusión de un chatbot de IA para interacción directa, así como vínculos directos tanto con Instagram como con subtítulos en tiempo real. Además, en línea con una de las características principales de las Vision Quest, el brazalete electromiográfico permitirá sacar partido a pellizcos, giros de muñeca y movimientos en los dedos para ejecutar diferentes acciones.
Hasta ahora, todo lo mencionado es sorprendente y parece casi imposible imaginar qué pudo pasar para que la conferencia de Zuckerberg fuera un fracaso, pero aún queda un poco hasta llegar a ese punto. A todo lo citado, también hay que añadir el visor integrado y el zoom digital de 3x que integra la cámara, la ampliación del sistema de micrófonos y la mejora del touchpad (pasa de dos direcciones a cuatro). No obstante, la cara amarga llegó cuando Zuckerberg profundizó en aspectos como la calidad de grabación o la duración de la batería: por un lado, sus nuevas gafas solo graban en calidad 1080p a 30 fps; por otro, la batería promete 6 horas de uso para las gafas (24 más si utilizamos la funda de carga), una cifra que muchos han considerado escasa.
¿Qué falló en la presentación de Meta?
A la vista de todo lo mencionado, muchos podrían pensar que el error de Zuckerberg reside en aspectos técnicos, pero nada más lejos de la realidad: Meta falló cuando menos tenía que hacerlo. Durante la presentación, el chef Jack Mancuso intentó cocinar una salsa siguiendo las indicaciones de la inteligencia artificial de Meta integrada en las gafas. Por desgracia, no solo no salió como esperaban, sino que vieron cómo el sistema falló a la hora de reconocer y guiar el proceso, razón por la que se generó un ambiente incómodo entre los asistentes que llevó tanto a silencios prolongados como a intervenciones improvisadas para rebajar la tensión (como se puede ver a partir del 6:39 en el vídeo bajo este párrafo).
La IA, a diferencia de lo que prometió Zuckerberg, comenzó a indicar pasos que no correspondían a la receta, siendo el ejemplo perfecto de ello una de las instrucciones que dio: "Ahora tienes que rallar una pera en una salsa inexistente". El problema, por desgracia para Meta, no solo fue la inclusión de un ingrediente que no debía estar, sino la mención a una salsa que no existe. Mancuso, por su parte, atribuyó los fallos a problemas con la conexión Wi-Fi, una declaración que sirvió como alivio cómico para rebajar un poco la tensión. De hecho, Zuckerberg siguió esta línea al optar por un método que Steve Jobs o Bill Gates ya utilizaron antes que él.
Al ver que la postura cómica de Mancuso funcionaba, Zuckerberg trató de suavizar la situación admitiendo lo irónico que es trabajar en un producto durante años para ver cómo falla en la presentación. Esta situación no es inusual, ya que muchas figuras del sector tecnológico han pasado por ella, pero sí sucedió en el momento menos apropiado para las intenciones del creador de Facebook. De hecho, el propio Zuckerberg también experimentó numerosos fallos tras intentar probar las gafas en directo: tras utilizar la pulsera de control muscular, fue capaz de enviar un mensaje de texto como respuesta a una videollamada, pero nunca consiguió aceptar la misma.
Durante varios minutos, Zuckerberg trató de aceptar la videollamada para, pero se topó con la negativa de su propio sistema. Por ello, el tono de llamada siguió sonando mientras el neoyorquino hacía gestos con sus manos, una situación que derivó en un nuevo silencio incómodo que fue apagado por risas nerviosas. Hace unos meses, Zuckerberg anunció el fin de los smartphones y aseguró que las gafas llegarían para tomar su posición. Hoy, tras la presentación de sus gafas, ha conseguido reforzar la idea de que "no existe mala publicidad", pero por los motivos equivocados: su producto no está a la altura de aquello que quiere sustituir.
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En 3DJuegos | ¿Qué hacían Mark Zuckerberg y Bill Gates en la Casa Blanca? La respuesta la tiene una cifra: más de un billón de euros
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