Bryan Johnson es un empresario tecnológico que amasó una fortuna gracias a la venta de Braintree a PayPal por 740 millones de euros. Tras esa operación, Johnson decidió que iba a enfocar su vida en la búsqueda de la inmortalidad, un proceso que le ha llevado a invertir millones de euros en su propia longevidad. Así, a raíz de esta iniciativa nace Blueprint, un proyecto que combina dieta estricta , un sueño milimetrado y pruebas médicas constantes.
Johnson, consciente del alcance mediático de su proyecto, ha calificado el mismo como "un sistema operativo para frenar el envejecimiento". Por desgracia, el coste es inasumible para muchos bolsillos, ya que gasta cerca de 1,9 millones de euros anuales en tratamientos, suplementos y análisis, una cifra que genera tanta fascinación como escepticismo. Sin embargo, el multimillonario lo tiene claro: "Intentaré lograr la inmortalidad en 2039".
Para reforzar las bases de su objetivo, Johnson compartió que su edad biológica se mantuvo estable durante un año. De momento, el principal reto que enfrenta es la seguridad médica, ya que las terapias centradas en "rebobinar" el tiempo pueden dar lugar a otras enfermedades. Johnson, por su parte, asegura que el humano puede llegar al mismo punto que las medusas u otros seres "inmortales", pero parece que se le olvida un detalle: la biología humana es mucho más compleja que algunos casos específicos de laboratorio.
Desde hace meses, los científicos han estado advirtiendo de los peligros de la visión de Johnson. Aunque agradecen el interés que genera en determinados campos, creen que el foco mediático y la falta de resultados puede llegar a provocar un desinterés dañino para algunos sectores. De hecho, es difícil relacionar las mejoras que ha experimentado con campos específicos, una situación que complica aún más la visión de Johnson.
Su sueño es lograr la inmortalidad
Si estás interesado en su historia, el documental de Netflix "Don’t Die" estrenado hace casi un año refleja tanto su rutina como las polémicas en torno a la misma. Sin embargo, Johnson señaló hace unos meses que está agotado de dirigir Blueprint como negocio, razón por la que barajó venderlo o, en el caso más extremo, cerrarlo. En esencia, asegura que gestionar este proyecto le distrae de su misión y cree que el estrés que le genera es negativo.
Más allá de su cuerpo, Johnson ha insistido en que la inteligencia artificial acelerará la medicina. Así, su pronóstico abre debate sobre promesas, marketing personal y, por encima de todo, límites éticos. Si su visión llega a cumplirse, los multimillonarios destinarían recursos infinitos a la búsqueda de la inmortalidad sin importarles la consecuencia. De momento, Johnson ha conseguido retrasar el reloj, pero confía en detenerlo por completo en 2039.
Imagen principal de Bryan Johnson (X)
En 3DJuegos | En 1990, Apple llamó "Carl Sagan" a un PC por una broma interna y terminaron en un juicio de 3 años
En 3DJuegos | Un padre de 39 años pensó que iba perder su trabajo por culpa de la IA y decidió adelantarse a los acontecimientos
Ver 0 comentarios