Es innegable que nadie es capaz de competir contra Nvidia en campos como la inteligencia artificial o las tarjetas gráficas. Gracias al crecimiento del sector de la IA, la firma norteamericana ha sabido impulsar su marca y llevar sus operaciones más allá del terreno de los videojuegos, un campo que domina con mano de hierro desde hace varias generaciones. Sin embargo, Nvidia no planea quedarse ahí, ya que la compañía dirigida por Jensen Huang sigue dando pasos agigantados para cumplir uno de sus principales objetivos: lanzar una CPU Arm.
Como señala PC Gamer, la compañía apunta al primer trimestre de 2026 como la fecha en la que llegarán al mercado sus CPU personalizadas Arm. De esta forma, el lanzamiento no tendrá lugar a finales de este mismo año, siendo uno de los motivos principales la lentitud en el desarrollo del nuevo sistema operativo de Microsoft. Esto, sumado a las revisiones continuas de chips por parte de Nvidia y la baja demanda del mercado de portátiles, ha provocado que los planes se hayan modificado un poco.
Nvidia quiere todos los trozos del pastel
El proyecto, como señala la noticia original, se trata de una colaboración entre Nvidia y MediaTek, dos de los actores principales del sector tecnológico. Sorprendentemente, no es la primera vez que Nvidia culpa a Microsoft, ya que hace unos meses hizo lo propio al asegurar que los retrasos tanto de la marca como de sus socios les habían obligado a modificar sus planes. Aún así, los planes del gigante norteamericano no han cambiado y, por ello, siguen apuntando al sector empresarial como el principal beneficiado.
De esta forma, la intención de Nvidia no sería nutrir a los consumidores ni a los jugadores de videojuegos, sino alimentar las necesidades de las empresas. Arm, por su parte, asegura que la compatibilidad con Windows está resuelta, pero las pruebas señalan que aún existen problemas. De hecho, estos son aún más preocupantes en el campo de los videojuegos, dado que la firma no consigue dar con la tecla a la hora de solucionarlos. Por consiguiente, no se espera que haya portátiles de consumo con estos chips hasta mucho después de 2026.
Los chips N1X de Nvidia ya han sido vistos en pruebas, pero aún no hay muestras de ingeniería listas. En esencia, estarían basados en el chip GB10 utilizado en el mini superordenador DGX Spark, un equipo con 20 núcleos Arm. De esta forma, Nvidia estaría diseñando nuevos núcleos personalizados basados en Arm, pero hay un punto más interesante: la llegada de Nvidia al mercado de SoC podría llevar a Intel y AMD a bajar sus precios, ya que estos buscarían la forma de hacer frente a las virtudes del gigante norteamericano.
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