La mayor adquisición tecnológica de la historia está relacionada con los videojuegos y demuestra el potencial del sector

Si has seguido la actualidad tecnológica en los últimos años, lo más probable es que estés al tanto de las adquisiciones más grandes que se han llevado en toda la historia del sector. Entre ellas, por ejemplo, podríamos mencionar algunas como la compra de Worldpray por FIS Global por un montante que ascendió hasta los 32.400 millones de euros. Sin embargo, a la hora de la verdad, ninguna es capaz de compararse con una compra que no solo marcó un antes y un después, sino que fue capaz de paralizar el mundo durante años: la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft.

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Como indica el portal TechSpot en una reciente publicación, y tal y como nosotros os narramos durante meses en multitud de noticias que siguieron todo el proceso, tener acceso a franquicias como Call of Duty, World of Warcraft o Candy Crush le costó a Microsoft la friolera de 64.000 millones de euros. Y, a raíz de dicho importe, la transacción enfrentó numerosos problemas y varios desafíos regulatorios tanto en Estados Unidos como en el extranjero, pero la operación terminó llegando a buen puerto en lo relativo al interés de ambas compañías.

Elon Musk y Dell también aparecen en la lista

Sin embargo, esta adquisición no es la única que ha alcanzado una cifra astronómica. Como señala la noticia original, la adquisición de EMC por Dell a cambio de 62.000 millones de euros en el año 2016 ostentaba el récord hasta la compra de Microsoft. Además, cuando Elon Musk decidió comprar Twitter (ahora llamado X) a cambio de 41.000 millones de euros, también consiguió colarse en el puesto de las adquisiciones más caras de la historia tecnológica.

Aún así, existen varias compras que nunca llegaron a producirse y, por ende, no aparecen en este top. Una de ellas tuvo como protagonitas a NVIDIA y ARM, dos compañías que buscaron cerrar un trato valorado en 35.700 millones de euros. No obstante, el acuerdo fue bloqueado por cuestiones regulatorios y, por ende, no vimos qué consecuencias habría tenido este movimiento en el sector de los semiconductores. Y, aunque no fue por un bloqueo, también debemos mencionar uno de los grandes "¿y si?" de la industria tecnológica: el interés de Intel en comprar NVIDIA, una operación que no llegó a producirse por no ver viabilidad al movimiento.

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Imagen principal de Alexander Grey (Unsplash)