Hace escasos días conocimos que los despidos y los salarios de 100.000 anuales son los dos aspectos que más preocupan a los trabajadores del sector tecnológico. A tenor del comienzo de año que hemos experimentado, casi tres meses marcados por miles de despidos que han afectado a distintos sectores, muchos han comenzado a temer las consecuencias de la integración de la inteligencia artificial en el trabajo, la robótica y otros elementos similares. Y, por ello, un reciente estudio ha ahondado en el impacto que tienen estas facetas en los trabajadores.
Así, en una reciente encuesta de The Institute for the Future of Work realizada a más de 6.000 personas, la firma ha querido profundizar en cuáles son las tecnologías que más afectan a las personas en su ambiente laboral. Para ello, han centrado sus preguntas en cuatro vertientes: las cámaras de vigilancia, la robótica, la inteligencia artificial y los aparatos electrónicos. Y, según arrojan los resultados del estudio recogidos por el portal Techspot, parece ser que solo una de estas cuatro opciones no inquieta a los participantes de la encuesta: el uso de dispositivos tecnológicos.
La inteligencia artificial es la peor parada
Tal y como señalan los resultados del estudio, los trabajadores están afectados por el impacto que tienen las tecnologías de teledetección (véase cámaras y rastreadores visibles), la robótica (como puede ser el caso de máquinas o vehículos automatizados) o la inteligencia artificial. De hecho, hacen especial hincapié en esta última, ya que la misma ha pasado de ser una herramienta de apoyo a un elemento sustitutivo en algunas compañías. Así, citan ejemplos como el uso de robots humanoides en las fábricas de BMW, las plantas automatizadas de Samsung o la vigilancia de Amazon a sus empleados.
Sin embargo, Magdalena Soffia, autora del estudio, asegura que no quieren afirmar que exista una relación entre “la tecnología y lo que esta provoca en términos de bienestar”. Por ello, cree que depende del contexto y cita varios ejemplos: “factores estructurales, condiciones ambientales, diseño, despliegue y muchas decisiones humanas”. Así, queda patente que la introducción de la tecnología en el ambiente laboral, si bien es positiva por aspectos como el uso de ordenadores, tablets o móviles, no termina de convencer a un núcleo importante de personas que cree que pueden ser sustituidas.
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