Uno de los inventos más revolucionarios de los últimos años es la impresora 3D. Aunque algunas personas la utilizan para llevar a cabo maniobras dignas de Breaking Bad, la mayoría de usuarios que tienen acceso a estos dispositivos hacen un uso práctico de ellas. Sin embargo, también hay hueco para las locuras, razón por la que un aficionado a la tecnología creó hace algunos meses la impresora 3D más pequeña del mundo. Y, como hemos podido conocer, un youtuber llevó a cabo un particular experimento al intentar clonarse a sí mismo a través de su impresora 3D.
Como se puede ver en el canal de YouTube de Ivan Miranda, un youtuber con más de 300.000 suscriptores, este intentó en su último vídeo realizar una versión de sí mismo con su impresora 3D. Así, llevó a cabo una estructura gigantesca confeccionada por la citada impresora 3D, un enorme bastidor y un lecho de impresión. Sin embargo, su hazaña no salió tan bien como esperaba, ya que se topó con varios problemas que tuvo que resolver y, más de 100 horas después, no consiguió una solución para la mayor parte de estos.
Un proceso de 108 horas con un final agridulce
Como recoge el portal alemán Mein-MMO en una reciente publicación, el calor del lecho de impresión fue uno de los principales problemas a los que se enfrentó Miranda. Para su desgracia, los materiales se pagaban durante el proceso de impresión. Por ello, tuvo que colocar cables de calefactores de suelo para contrarrestar el impacto del calor. Así, después de un proceso de 108 horas (y “solo” 76 horas si contamos únicamente la impresión), Miranda pudo comprobar cómo lucía un clon de sí mismo hecho con impresión 3D.
El resultado final, como se puede ver en el vídeo del youtuber, es una gran figura roja hecha de PLA, uno de los materiales más utilizados en la impresión 3D. Así, para la confección de la figura utilizó el proceso FDM, un método de estratificación en el que decenas de capas de plástico se “apilan” unas sobre otras. Al final, su clon de plástico constó de 4.375 capas de plástico y Miranda se mostró notablemente contento con el resultado. Pero, en tintes generales, el esfuerzo que tuvo que realizar fue mayúsculo y muchas partes del proceso tuvieron que buscar soluciones improvisadas.
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