Debo ser uno de los pocos que, al menos en público, defiende Rebel Moon. Con sus defectos y todo, que no son pocos, creo que es una propuesta de una escala enorme que pide a gritos más metraje y un mayor desarrollo, y que bebe de tantas fuentes, en muchas ocasiones sin pudor, que soy capaz de perdonar su descaro porque entiendo que Zack Snyder tira tanto de episodios históricos como, como de Star Wars y Warhammer 40k, o la wicca y el Dios Astado, solo para divertirnos.
¿Qué hay de malo en ello? ¿Qué más da que el vestuario de algunos personajes sean unos vaqueros, camisetas y botas que puedo adquirir en cualquier tienda, cuando de fondo del plano se despliega un espectáculo visual de ciencia ficción de una escala enorme? Tal vez sea un tipo fácil: dame space opera, buenos efectos especiales, un diseño de producción con personalidad y una protagonista como Kora, y seré feliz durante dos horas. De ahí que me gustara tanto la primera parte de Rebel Moon. Y por eso mismo esta segunda parte me haya gustado un poco menos. Pero solo un poco.
Una gran apuesta por la diversión y el espectáculo
Rebel Moon es una saga dirigida por Zack Snyder que hereda una fallida propuesta del director para la saga Star Wars. Snyder no se esconde y su película rima tanto con la saga galáctica de George Lucas como con todos sus referentes, empezando por Kurosawa y Los siete samuráis. La primera parte, La niña del fuego, se estrenó el pasado diciembre de 2023, seguida por esta segunda parte, La guerrera que deja marcas, en abril de 2024 y una serie de cómics y novelas que sirven para ampliar esta mitología cinematográfica fuera de la pantalla. La historia se desarrolla en un universo de ciencia ficción y fantasía, con una amplia variedad de personajes y escenarios.
La trama sigue a Kora, interpretada por la dinámica Sofie Boutella, una desertora del Imperium que lidera un grupo de parias y rebeldes en una lucha desesperada contra un gobierno autoritario. El reparto estelar incluye a Djimon Hounsou, Ed Skrein, Michiel Huisman, Bae Doona y la voz de Anthony Hopkins, entre otros. Con un presupuesto estimado en aproximadamente 166 millones de dólares, la película cuenta con un equipo de dirección de producción liderado por Snyder, Stefan Dechant y Stephen Swain, quienes han creado un mundo cinematográfico rico en detalles y visualmente impresionante. La música de un irreconocible Tom Holkenborg, más conocido como Junkie XL, y la fotografía del propio Snyder contribuyen aún más a la atmósfera única de la saga, una de las apuestas actuales más ambiciosas de Netflix para reforzar su catálogo. Todos esos recursos juntos, bajo la tutela de Zack Snyder, hacen de Rebel Moon 2 algo tremendamente disfrutable.
Dos películas en una
La secuela empieza justo donde nos dejaba La niña de fuego, con los héroes reunidos en una pequeña luna agrícola contra la amenaza militarista del Imperium. En la segunda parte de Rebel Moon, nos encontramos con algunos problemas narrativos que empañan ligeramente la experiencia. El primero es que, una vez vista la primera película, esta segunda parte pierde pegada. Sorprende menos porque conocemos todos los personajes, recursos y escenarios. Además, centrando la trama solo en la pequeña aldea que los protagonistas defienden, se reduce tremendamente la escala de lo que prometía esta saga galáctica. Resulta paradójico que el gran final de esta sesión doble de pirotécnica espacial tenga lugar en un rincón polvoriento, pequeño, apartado y pobre de la galaxia.
El segundo problema es que se notan mucho los recortes de metraje. A estas alturas no es ningún secreto que Snyder rodó mucho más metraje del que hemos visto. Así que una vez podada, todo parece demasiado atropellado, ya que toda la película transcurre en apenas 5 días. Si bien en la primera película echamos de menos un poco más de desarrollo en los personajes principales, aquí todo eso vuelve a aparecer todavía más comprimido.
Paradójicamente, esto nos lleva a un tercer problema, y es que en cuatro de esos cinco días apenas pasa nada: los granjeros se dedican a recolectar grano, y los villanos a villanear en su nave espacial, en ruta a lo que es el gran momento momento final de la película. Tal vez por ese motivo la primera parte de la película, de manera prácticamente literal, con el cronómetro en la mano, parezca un poco hueca. Snyder trata de darnos un poco más de trasfondo a los personajes, pero en realidad solo nos vuelve a contar lo que ya sabíamos de la primera película. De verdad que lo intenta, pero resulta poco natural. Entiendo su esfuerzo por tratar de hacer que el público empatice con sus héroes, pero no es suficiente, y además llega tarde. Lo peor, es que si has visto la primera película resulta algo reiterativo, y si no la has visto, no entiendo muy bien qué haces viendo la segunda, pero bienvenido: Snyder también ha pensado en ti.
Finalizada la cosecha, puesto en escena el plan del equipo de defensores al más puro estilo del Equipo-A, y explicado todo lo explicable para que nadie se pierda, Snyder y sus aldeanos guerrilleros nos llevan de la mano hasta una segunda mitad de la película espectacular. En esa segunda mitad es cuando empieza la película que, seguramente, has venido a ver realmente, llena de explosiones, disparos y ese tipo de maravillas visuales a cámara lenta que ojalá hubiéramos podido ver en un cine. La puesta en escena es tremenda, y si bien tiene todos los recursos narrativos esperados y esperables, consigue dejarnos con la boca abierta.
Quiero más Rebel Moon
Una vez asentado el polvo de este espectáculo sideral, la película hace una declaración de intenciones que no son más que el eco en pantalla de la voz del propio Snyder, confirmado recientemente que los planes de Rebel Moon son extender esta saga hasta las seis películas. Y me parece genial, porque me he quedado con ganas de más. Necesito más batallas hombro con hombro con el General Titus, necesito seguir luchando contra este malvado imperio galáctico, y sobre todo, necesito más Sofie Boutella dando caña en pantalla, poseída por el espíritu de una imparable valkiria del espacio en su lucha por la libertad.
Rebel Moon 2 es una película que, a pesar de sus problemas, ofrece un espectáculo visual impresionante y una historia emocionante. Como veis, estoy tremendamente comprometido con Rebel Moon, y solo puedo deciros que no os dejéis llevar por el torrente de opiniones virtuales que no por numerosas son justas en muchas ocasiones. Dadle una oportunidad a Rebel Moon, recoged palos y piedras y uníos a esta lucha contra tanques y ejércitos en defensa del espectáculo y la diversión. Rebel Moon Parte 1: La niña del fuego y Rebel Moon Parte 2: La guerrera que deja marcas, ya están disponibles en Netflix.
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