Si alguien tiene algún prejuicio en lo que supone pasar dos horas viendo cómo una iguana mutante titánica que dispara fuego nuclear por la boca y un gigantesco y furioso gorila con un hacha y un enorme puñetazo mecánico se pelean entre las pirámides de Giza, a lo mejor, solo a lo mejor, esta película no es para él. Porque no vale eso de subirse a esta montaña rusa de criaturas y efectos especiales y luego quejarse de que hay curvas, de que va muy deprisa, de que hay criaturas o demasiados efectos especiales. Esta película no tiene medida, pierde los papeles, la vergüenza y lo único que devuelve es una espectacular y deliciosa tontería detrás de otra. Y en esa falta total de complejos es donde Godzilla y Kong: El nuevo imperio brilla con energía nuclear.
Furia de titanes
Godzilla x Kong: El nuevo imperio, la quinta película en la franquicia MonsterVerse de Legendary Pictures, se estrena en cines el próximo 27 de marzo, con ganas de divertir a los espectadores menos exigentes, o con menos prejuicios. Dirigida por Adam Wingard, esta película es una secuela de Godzilla vs. Kong de 2021 y continúa explorando el enfrentamiento y posterior alianza entre los titanes Godzilla y Kong. Con un reparto encabezado por Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, y Dan Stevens, la película lleva la diversión a otro nivel sin pensar dos veces qué pinta la humanidad en este circo.
La trama de Godzilla x Kong: El nuevo imperio es tan extravagante como cabría esperar de una película de estas características. Godzilla y Kong se enfrentan a una nueva amenaza en la Tierra Hueca, un lugar misterioso donde descubren más sobre el origen de los titanes. La película se adentra en el mundo de la ciencia ficción y la fantasía más alocada, con escenas llenas de acción y efectos visuales impresionantes. De hecho, el nivel de los efectos es tan alto que uno se pregunta a dónde va a parar lo millones de otras grandes superproducciones que, con el doble o triple de presupuesto, ponen cosas en pantalla que dan vergüenza ajena.
La película, en realidad, no tiene ni pies ni cabezas, pero resulta tan deslumbrante en lo visual que creo que da igual. Porque hay que destacar que siendo ya la enésima película de la serie, todavía logra sorprender visualmente con un planteamiento tan explotado como el de que dos bichos grandes se pegan mientras la humanidad huye despavorida a sus pies, pero que luego, son amigos. Y no hay que engañarse, la trama de la película es tan hueca como la Tierra de las teorías pseudocientíficas que la sostienen. Y no pasa nada, porque, por si alguien no se había dado cuenta, se trata de una película en la que Godzilla y Kong se pegan puñetazos.
Monstruos clásicos, mitologías modernas
Si bien la película carece de una trama profunda o personajes complejos, eso no importa realmente. Porque, sinceramente, ¿quién va a ver una película de Godzilla y Kong esperando un drama profundo? Alguien equivocado, seguramente. La verdadera atracción aquí son las increíbles escenas de acción y los enfrentamientos entre los titanes. Y eso hace que sea una película muy sincera, algo a valorar en este momento de la industria.
Pero si el espectador entra al juego estas dos horas escasas de metraje devuelven diversión a raudales. Lo hace con un estilo de rodaje que justifica el pago de la entrada de cine, porque este combate es un espectáculo que en pantalla grande y con un sistema de sonido de esos que hace que se salten los empastes, resulta toda una experiencia audiovisual. Hay, además, una propina acuñada por los fans de largo recorrido de este tipo de películas de kaijus y monstruos gigantes. Y es que a estas alturas ya resulta más que evidente que la mitología de Godzilla y su japonesa reflexión sobre el terror atómico con el que finalizó la Segunda Guerra Mundial, y la de King Kong, con su ingenua reflexión sobre el primitivismo y el colonialismo, están más que agotadas. Por eso resulta tan gratificante comprobar cómo esta nueva serie de película está mutando ese tipo de ideas de fondo por otras donde la ecología y las nuevas tensiones geopolíticas encuentran su caricaturizada puesta en escena.
A pesar de su falta de profundidad, la película es increíblemente entretenida de principio a fin, y en definitiva, Godzilla x Kong: El nuevo imperio es una película que no pretende ser nada más que lo que es: una extravagante y emocionante aventura de monstruos gigantes. Si tienes dudas sobre si esta película es para ti y si deberías verla, no lo hagas, porque seguramente no te va a gustar. Pero si te seduce la idea de ver este tipo de películas, o ya eres un fan de la saga, salta sin miedo, porque la diversión y el espectáculo por centímetro cuadrado de superficie de pantalla que deja Godzilla x Kong: El nuevo imperio es difícilmente superable.