A estas alturas, ya sabrás nuestra predilección por hacer justicia con películas que no tuvieron un desempeño comercial particularmente boyante en cines pero que merecieron mucho más. Este es el caso del film que hoy nos ocupa, una historia de terror fantástico firmada por un director legendario que, por un motivo u otro, no tuvo mucho éxito en taquilla y pasó algo desapercibida: La cumbre escarlata.
Un lugar plagado de misterios y peligros
Dirigida por Guillermo del Toro, esta cinta no aspiraba a reinventar la rueda. En realidad era una película de casas encantadas. En concreto, el célebre cineasta mexicano nos hizo ir sobre los pasos de Edith Cushing, una joven de EE.UU. que, tras enamorarse de un apuesto inglés, Thomas Sharp, y perder a su padre en extrañas circunstancias, viaja hasta la mansión familiar de su amado en Reino Unido. Allí se encontrará con un lugar plagado de misterios y peligros con los que, muy a su pesar, la protagonista tendrá que lidiar, si logra mantener su cordura.
Apariciones capaces de quitarte las ganas de comer, pero sobre todo un lugar construido con especial atención a cada mínimo detalle hizo de esta cinta un producto muy recomendable a poco que te guste este tipo de producciones y te sientas atraído por las creaciones visualmente espeluznantes y góticas. Además, Guillermo del Toro supo reunir un elenco de altura, con Mia Wasikowska, Tom Hiddleston y Jessica Chastain como principales cabezas de cartel del reparto.
Oscura, intensa y aterrador, lo cierto es que La cumbre escarlata no encontró el mismo empuje comercial que obras precedentes del director. La cumbre escarlata acabó su recorrido en cines con unos insuficientes 75 millones de dólares (tenía un presupuesto estimado de 50 millones de dólares) y si bien no fue machacada por la crítica y la audiencia, lo cierto es que el film quedó en tierra de nadie.
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Dónde ver La cumbre escarlata en TV
Ahora, sin embargo, puedes verla con tu suscripción a Netflix y te recomendamos que lo hagas. Es una historia de fantasmas, quizás algo extensa y a la que le falta una pizca de emoción en varias de sus partes, realmente absorbente. Lo ideal sería ponérsela en un día de lluvia, que viendo la previsión del tiempo tardará en llegar, pero sigue siendo una película estupenda para devorar cualquier noche.
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