No me equivoco si digo que Colin Farrell es un actor como la copa de un pino. Y no lo afirmo solo porque me encantó su interpretación de El Pingüino en su homónimo spin-off y en The Batman, sino por Almas en pena de Inisherin, una comedia dramática muy humana que realmente te toca la patata. También destacó su papel en Escondidos en Brujas, por el que recibió varios premios. Pero, pese a su talento, hay veces que uno no tiene el día, y eso fue lo que le pasó con Tom Cruise en un clásico sci-fi moderno de Steven Spielberg.
Concretamente, hablamos de Minority Report, un thriller de ciencia ficción basado en un relato corto de Philip K. Dick, donde —como recordaréis— Tom Cruise debía zafarse de la acusación de una unidad capaz de predecir y prevenir crímenes antes de que ocurran, para la que antes trabajaba. En este largometraje aclamado por la crítica, Farrell interpretaba a un agente del Departamento de Justicia decidido a investigar este sistema y, por ende, al propio personaje de la estrella de Misión Imposible, siendo así uno de los personajes principales del filme y, como tal, alguien que tuvo que compartir minutos en pantalla con Cruise. Pues bien, se ve que grabar una de esas escenas no resultó nada sencillo.
"Fue uno de mis peores días en un set de rodaje. Era mi cumpleaños". Colin Farrell
Y no me refiero a que fuera necesario realizar muchas acrobacias ni nada especialmente complicado a nivel técnico, sino a que el bueno de Colin Farrell, simplemente, no se encontraba en las mejores condiciones del mundo tras una noche de borrachera. Así lo contó él mismo hace unos días en una entrevista con The Late Show with Stephen Colbert: "Fue uno de mis peores días en un set de rodaje. Era mi cumpleaños, el 31 de mayo, y estábamos grabando. Les supliqué a los productores —¿quién me creía que era?— de una película de 120 millones de dólares si podían no hacerme trabajar ese día", agregó la estrella
La frase que era incapaz de decir bien
Evidentemente, no le hicieron caso y, tras una noche de excesos, recordó cómo al llegar le dijeron: "No puedes llegar al set así". Farrell, entre risas, recordó haber pedido una cerveza y un paquete de Marlboro para poder afrontar la situación. "Fue terrible", admitió. "Nunca olvidaré la línea que no podía decir bien: 'Estoy seguro de que todos han comprendido la paradoja fundamental de la metodología de PreCrimen'. Esa era la línea que abría la escena", dijo. Tras 46 tomas, Farrell recordó que Cruise no estaba nada contento con él. "Tom, a quien quiero, no estaba muy feliz", finalizó (vía Fox News).
Aunque todo esto lo contó entre risas, Farrell también quiso recordar que, poco tiempo después de aquello, tuvo que entrar en rehabilitación. Sea como fuere, hoy es un actor que claramente está en su mejor momento, si bien su nueva película para Netflix, Maldita suerte (Ballad of a Small Player en inglés), del director de Sin novedad en el frente y Cónclave, no parece estar entusiasmando mucho a la audiencia ni a la crítica. En ella interpreta a un tipo que malgasta sus días y noches entre juegos de azar y alcohol, arriesgando el poco dinero que aún le queda, hasta que recibe una oferta inesperada.
Minority Report sí merece la pena verla, y es sin duda una de las mejores películas de su tipo, ofreciendo una trama que te dejará reflexionando por sus implicaciones morales y filosóficas. Por cierto, en unos meses llegará un largometraje con Chris Pratt y Rebecca Ferguson que tiene una trama bastante parecida: Sin piedad (Mercy), que presenta a un policía juzgado por una IA que él mismo ayudó a impulsar.
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