Hay quien dice que el representante de Adam Driver lo odia. Y es que el actor, considerado uno de los más prometedores del reparto de la trilogía de secuelas de Star Wars, no para de meterse en películas bastante malas, como Megalópolis. Yo no estoy de acuerdo con eso; en los últimos años también le hemos visto en films muy celebrados, como El último duelo de Ridley Scott o Historia de un matrimonio. Pero hoy quiero hablaros de uno de sus fracasos, 65, y de los motivos que llevaron a la estrella estadounidense a luchar contra sus dinosaurios.
"Es una película sobre una relación padre-hija"
Y es que sí, hemos de reconocerlo: un largometraje sobre un piloto de nave espacial que queda varado en un planeta desconocido que resulta ser la Tierra, días antes de que se extinguieran los dinosaurios, no suena precisamente a guion del año. Pero sí permite combinar mucho de lo que nos gusta a los fans del cine de ciencia ficción: viajes interestelares y grandes bestias prehistóricas. Eso, y la posibilidad de disparar con pistolas láser, fue precisamente lo que convenció a la también estrella de Silencio, de Martin Scorsese, de meterse en esta empresa. Pero hubo algo más en ese proyecto, y nos lo explicó Driver en su día en una entrevista.
"Bueno, que era tan único y que combinaba muchas cosas diferentes. Tenía dinosaurios, pistolas láser, naves espaciales estrellándose, y no parecía algo raro que me pidieran hacer eso, pero eso también es algo secundario en comparación con el hecho de que es una película que realmente es, en su esencia, una película sobre una relación padre-hija. Cada vez que hay una película a gran escala, una película familiar a gran escala a la que todo el mundo puede ir, y no deja que el espectáculo interfiera con los dos personajes que, con suerte, son tridimensionales, y trata sobre el duelo. Yo la leí durante la primera etapa del COVID, y, como seguro que mucha gente, estaba haciendo las conexiones sobre lo que estaba pasando en el mundo." (Vía Collider)
"Se trata sobre dos personas de contextos completamente diferentes enfrentando una amenaza obvia para la que nadie tiene un precedente, y a través de eso se convierten en una familia encontrada, basada en esta cosa común del duelo. Y él lo niega porque todo lo que ve en ella le recuerda a su propia hija, y está negando ese sentimiento tanto como puede hasta que ya no puede más", añadió. "Me parece que es algo único de hacer en una película a gran escala como esta", concluyó el actor sobre este tema. Tras haberla visto un par de veces, le doy la razón. Es una historia de supervivencia bastante humana que no usa de pretexto su historia para simmplemente unos cuantos tiros y carreras.
Para quien no la haya visto, y aunque no entraré en spoilers, en 65 tenemos a Adam Driver como Mills, un tipo marcado por el dolor y la desesperación de perder a su hija, con quien no pudo estar hasta el final por aceptar un trabajo interestelar precisamente para poder pagarle un costoso tratamiento médico (se ve que su civilización futurista, de hace 65 millones de años, muy utópica no es). En definitiva, esto hace del personaje del actor de Star Wars alguien vulnerable con el que el espectador puede llegar a sentirse identificado de vez en cuando.
Pero no nos engañemos: 65 está hecha para los fans de historias de supervivencia extrema, como Pitch Black, y Parque Jurásico. De hecho, la afición del actor a la película de Steven Spielberg fue otro plus que le llevó a querer salir en este filme: “Jurassic Park, para mí, la primera, verla en los cines fue un momento seminal, y, ya sabes, tiene dinosaurios y T. rex, es jodidamente genial.” No seré yo quien me oponga. Sea como fuere, 65 mereció más atención de todos vosotros (solo fue capaz de recadar 80 millones de dólares en taquilla) y podéis verla, si os place, en streaming. Está disponible actualmente en el catálogo de cine de Prime Video.
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