Si tienes cierta edad, como para saber lo que es el Tang por ejemplo, seguramente recuerdes con cierta nostalgia a esos chavalines sobreactuados que, embutidos en llamativas mallas de colores brillantes, hacían acrobacias imposibles en descampados y escombreras varias. Más de uno seguramente tendrá grabada en la memoria la imagen de los Power Rangers, esos alegres muchachos dispuestos a salvar la Tierra disfrazados de fichas de parchís. Pero si eres de los que recuerda a Parchís, el grupo musical, seguro que también recuerdas a los pioneros de este descacharrante género televisivo: ¡Bioman!
La llegada del género Super Sentai a España con Bioman
La calidad del vídeo ya delata que hablamos de los tiempos de Maricastaña. El fenómeno de los superhéroes japoneses no llegó de la noche a la mañana a nuestras pantallas españolas. La serie Bioman, conocida en su versión original como Choju Sentai Liveman, fue uno de los primeros exponentes del género Super Sentai en hacer su aparición en nuestro país. Y claro, como las cosas se hacían como se hacían, ni siquiera era la serie que nos decían que era. Con su mezcla de acción, aventuras y rudimentarios efectos especiales de fiesta patronal, nos hacían sentir como si viviéramos una aventura épica en pijama. Con todo, Bioman capturó la atención de los chavales de la época.
La formación tricolor original de Bioman
Emitida a finales de los 80 en Japón, y un poco más tarde en España, Bioman nos presentaba a un grupo de guerreros de colores que luchaban contra fuerzas del mal, utilizando técnicas de artes marciales y, por supuesto, sus poderosos robots gigantes. Lo que viene a ser una vuelta de tuerca más a este género televisivo nipón, con la novedad de que los robots en este caso eran de forma animal. En Francia, esta serie tuvo tanto éxito que llegó a ser conocida como Bioman 3, ya que se emitieron otras dos series anteriores de la misma franquicia. Esta adaptación se tradujo directamente a España, lo que generó una confusión significativa respecto a la serie original. Bueno, claro la confusión fue posterior, con la llegada de Internet, en su momento la serie era Bioman y ya está, poco importaba cómo se llamara en Francia o en Japón. La historia se complicó aún más, ya que muchos de los episodios se emitieron en desorden y con un doblaje que dejaba bastante que desear.
Bioman: ¿realmente la serie que creíamos?
Aquellos que piensan que Bioman fue la serie que realmente se emitió pueden llevarse una sorpresa. Como os decía, en realidad la serie que llegó a nuestras pantallas no era Chōdenshi Bioman, sino Choujuu Sentai Liveman. Este error se debió en gran medida a cómo se distribuyeron y tradujeron las series en Europa. La falta de atención a los detalles y la premura por aprovechar el éxito de las franquicias en Francia hicieron que Liveman llegara a España con el nombre de Bioman, apostando por un título que se pensaba que tendría más impacto y que resultaba más atractivo. Seguramente fuera así..
Este tipo de descoordinación era habitual en la época. Las emisiones de las series a menudo se realizaban con cambios en el orden de los episodios y con traducciones que a veces resultaban poco fieles al material original. Ya tampoco es que las cadenas de televisión se tomaran demasiado en serio la programación infantil. Sin embargo, la esencia del género se mantenía intacta, tampoco es que las diferencias entre las dos series resultaran abrumadoras. Lo importante es que Bioman sentó las bases para la llegada de otras producciones similares en el futuro.
Todo lo que necesitabas saber sobre Bioman estaba en el libreto que acompañaba a su banda sonora
La relación entre Bioman y los mucho más populares Power Rangers
La popularidad de Bioman abrió las puertas a un fenómeno aún mayor: los Power Rangers. Esta serie estadounidense, lanzada en los años 90, tenía todos los elementos que habían hecho del género un éxito, y que compartía con Bioman, desde los trajes coloridos hasta la combinación de escenas de acción y comedia. La fórmula fue tan exitosa que Power Rangers se convirtió en un verdadero ícono de la cultura pop porque además supo darle a sus tramas un acercamiento occidental mucho más amigable.
La estrategia de los productores de Power Rangers consistió en reutilizar las escenas de acción de las versiones originales japonesas, entre las que curiosamente se encontraba Chōdenshi Bioman. Así, mientras en las escenas de combate veíamos a los héroes en acción, en las secuencias de la vida diaria se cambiaron a los actores originales por intérpretes occidentales. Esta adaptación permitió a Power Rangers mantener el dinamismo y el atractivo de las secuencias de acción, pero, al mismo tiempo, ofrecía a los espectadores una conexión cultural más cercana.
La llegada de Bioman y su posterior conexión con Power Rangers no solo nos permitió disfrutar de aventuras llenas de acción, piruetas imposibles y robots enormes de todas las formas y colores imaginables, sino que también dejó una huella en nuestra cultura televisiva. Muchos de nosotros crecimos viendo estos programas, aprendiendo con su tufillo moralizante sobre la importancia del trabajo en equipo y la amistad, mientras los personajes se enfrentaban a enemigos de otros mundos. Eran lecciones coloridamente disfrazadas de entretenimiento, una mezcla que logró captar la atención de un público joven ávido de emociones y fantasía.
No obstante, el fenómeno no se limitó solo a la pantalla. Las figuras de acción y los juguetes derivados de estas series se convirtieron en objetos de culto entre los niños de la época, quienes deseaban recrear las épicas batallas en casas. Si fuisteis de los afortunados niños que tuvieron los tres muñecos protagonistas de Bioman, sabéis de qué os hablo. La serie no solo traspasó la frontera de la pantalla, sino que también se coló en nuestros juegos y patios de colegio.
Otros tiempos, otros héroes
Hoy en día, al recordar aquellas épocas, es inevitable sentir una mezcla de melancolía y nostalgia. Me resulta asombroso pensar en cómo estas series han influido en generaciones enteras, y que Power Rangers siga siendo un pequeño fenómeno cultural. De Bioman, claro, pocos nos acordamos, aunque siempre han sido mis preferidos. Porque al final del día, esos héroes de brillantes colores, aunque solo fueran un copia y pega de algo que nos era un poco extraño y ajeno culturalmente, lograron calar en una generación entera de espectadores.
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