El mundo del cine en ocasiones da lugar a extrañas asociaciones. Un ejemplo notable de esta dualidad se encuentra en la relación entre la legendaria productora de cine B, Cannon Films, y el exitoso anime Robotech. en un momento en el que occidente comenzaba a mirar hacia a Japón y su burbujeante cultura pop parecía que todo el mundo quería su pedazo del pastel en lo que se dibujaba como un tsunami cultural que iba a arrasar en occidente, a pesar de que visionarios como Steven Spielberg o George Lucas no fueran capaces de verlo claro con fenómenos de la talla de AKIRA. Desde Estados Unidos se trató de ar respuesta al fenómenos desarrollando sus propios animes, creando un título legendario, Robotech, y eso, a pesar del desastre que supuso su película.
Aunque Robotech había alcanzado ya el estatus de culto a principios de la década de 1980, la colaboración con Cannon en 1986 resultó ser un fracaso monumental. Esta fascinante historia, recogida por la web Filminquiry.com, nos muestra no solo las dificultades de importar ideas nuevas desde culturas algo diferentes, si no las de tener que lidiar con productores y efectivos con una visión muy particular de la industria del entretenimiento.
Robotech: Una joya del anime televisivo
Robotech, creado por Harmony Gold, se convirtió en uno de los primeros animes en alcanzar el éxito masivo en Estados Unidos. La idea era adaptar animes desde Estados Unidos que conservaran los temas y la estética nipona, pero que supieran jugar con los códigos narrativos y los gustos occidentales. Al combinar ideas de varias series de anime japonés protagonizadas por enormes robots de combate, junto con una evidente inspiración en Star Wars, Robotech ofreció una trama interesante en un escenario de ciencia ficción con una personalidad visual notable. Y mechas, claro. no solo porque quedaban bien en pantalla si no porque eran unos elementos perfectos para vender juguetes. La serie se ganó un cariño especial entre los primeros fans occidentales del anime y logró convertirse en un fenómeno televisivo lo suficientemente potente como para plantearse su salto a la gran pantalla.
La transición de Robotech al cine resultó ser un desafío monumental: La productora estadounidense Cannon Films, conocida por sus producciones de Serie B, decidió aventurarse en el mundo del anime con Robotech: The Movie. Sin embargo, esta colaboración sufrió las consecuencias de un choque cultural irrecuperable desde el principio del proyecto. Carl Macek, el cerebro detrás de la serie, quería mantener la integridad de la serie mientras lo adapta para la gran pantalla, manteniendo los valores narrativos que habían hecho de Robotech un pequeño éxito.
Sin embargo, no logró compartir su visión con Tatsunoko Productions y la Cannon Films, quienes consideraban que la película tenía "demasiadas chicas y pocas pistolas". Para tratar de salvar el lanzamiento Macek logró combinar imágenes de dos producciones diferentes, la película cyberpunk Megazone 23 y Super Dimensional Cavalry Southern Cross para crear una sola película. Eligiendo las escenas que pensaba que podían resultar más atractivas de cada una de las películas trató de darle coherencia a su proyecto, El frankenstein resultante fue desastroso.
Una película con demasiados pies y cabezas
El estreno de Robotech: The Movie en 1986 fue un fracaso tanto comercial como creativo. El resultado fue un estreno muy limitado en diferentes ciudades de Estados Unidos. Las críticas negativas y la falta de interés del público llevaron a su rápida desaparición de los cines. La película no se expandió a otros estados ni se lanzó en vídeo doméstico en los Estados Unidos, lo que llevó a Macek a distanciarse del proyecto y a la desaparición casi total de la película en el mercado occidental.
A pesar de los esfuerzos por parte del equipo de producción, Robotech: The Movie se estrenó con poco éxito en 1986. La película, que presentaba una trama confusa y una combinación discordante de diferentes estilos de animación, aunque la serie original continuó atrayendo a nuevos fans, mientras que la película se convirtió en una curiosidad para los coleccionistas y los aficionados más dedicados.
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