Seguro que has visto por redes sociales o escuchado por ahí que la serie de animación infantil Bluey es especial. La tienes íntegra en Disney +, y merece mucho la pena. También es muy posible que hayas intentado ver unos cuantos capítulos, pero al encontrarte en la pantalla con una familia de perros de colores hayas pensado: "esto no es para mí". Pues bien, te equivocas. Es para ti porque es para todo el mundo.
A su manera, Bluey es una serie de dibujos tan especial como Hora de Aventuras o como Rick & Morty. Sabe trascender de lo que se le supone a una serie de dibujos a priori para niños. Y hay capítulos en Bluey que pegan tan fuerte como los del pasado de Marceline o los que tratan sobre la mujer de Rick. Sí, Bluey también sabe arrancar más de una lágrima.
El punto de partida de la serie es muy especial. Los Pastor son una familia de perros que viven en Australia. Son cuatro miembros, el padre Bandit, la madre Chilli, la hija mayor Bluey y Bingo, la pequeña. Y todo gira en torno al verbo "jugar". No me tiembla el pulso al escribir que Bluey es un poderoso ensayo en forma de serie de ficción sobre la importancia de jugar, de inventarse juegos, reglas y de cómo se construyen narrativas en torno a ellos. Y no, tranquilos. Es una serie de perros, pero no es tan insoportable como La Patrulla Canina.
Bluey explica cómo jugar es la mayor de las felicidades
La hermana mayor, Bluey, se inventa juegos sin parar, y toda la familia y todo el barrio los sigue. Se saca de la manga reglas como que una pluma tenga poder y haga que todo sea pesado, o que son médicos y Bandit se ha tragado un gato, y todos los perretes aceptan jugar sin ni siquiera pedírselo o explicarle las reglas, porque las saben interpretar a su manera. Hay capítulos muy sencillos sobre esta cuestión, como el Xilófono Mágico. En este episodio. el juego es que si alguien toca este instrumento, otra persona se tiene que quedar quieta, pero hay otros más complejos en los que juego y problemas de verdad se juntan en uno. Y esos te tocan por dentro.
Bluey es un poderoso ensayo en forma de serie de ficción sobre la importancia de jugar
Un episodio muy especial es el que se llama El Pájaro Palo. En él, la familia de Bluey se va de vacaciones. El padre está agobiadísimo por un asunto de su trabajo que nunca llega a explicar, pero es imposible no empatizar con su estrés. Está en la playa, pero no está, su mente está en su curro, en su problema. Bluey y Bingo se inventan un juego, y le enseñan a tirar sus preocupaciones al mar al disfrutar de él a su lado.
Este capítulo, que parece muy tontorrón contado así, te lleva de la mano por todo el proceso de sufrir ansiedad hasta el punto de no dormir y cómo liberarte de ella. Honestamente, este episodio de escasos minutos me pareció mucho más potente que Del Revés 2, tratando ambos el mismo tema.
Va mucho más allá de intentar convencerte de que todo se resuelve jugando
Capítulos como el de El Pájaro Palo hay muchos, pero he de reconocer que mis favoritos son en los que Ludo, el estudio de animación autora de Bluey, juega con la narrativa. El capítulo llamado Cricket es una barbaridad en términos de escritura, ritmo y emoción. Mi personaje favorito de la serie, Rusty, se enfrenta al resto de padres en un partido de cricket.
Algo que Bluey sabe hacer genial: darle significados profundos a elementos comunes
Rusty es buenísimo y los derrota a todos con sus bateos. Pero lo maravilloso del episodio no es eso, sino cómo el capítulo hace continuos flashbacks explicando cuándo aprendió a golpear a cada bola; a las rápidas, a las que van con efecto o a las lentas. Bluey construye un relato tremendamente emocionante que vincula el deporte (un juego) con el crecimiento personal, con el coraje y con hacerse mayor. Si te van los shonen de deportes, el capítulo de cricket te entrará solo.
Además de El Pájaro Palo y Cricket, otro de mis favoritos es La Odisea del Curry. En esta ocasión, el episodio mezcla la estructura clásica de Viaje del Héroe con el juego de vivirla. El pequeño de la casa descubre que su padre tiene que irse de viaje durante seis fines de semana, lo que es una eternidad para él. La Odisea del Curry combina varios retos enormes a los que se tienen que enfrentar sus personajes, y muestra cómo los superan a través del juego con jefe final incluido. Este episodio es genial porque deja de manifiesto algo que Bluey sabe hacer genial: darle significados profundos a elementos comunes.
Y la pelota la recogió ella
Esta es una técnica narrativa muy común; es lo que se hace, por ejemplo, con el reloj de Joel en The Last of Us para que llores al verlo en la secuela, pero Bluey la maneja especialmente bien. Aquí, se le atribuye un papel a un cuervo y a unas pinturas de cara que vehicula todo el capítulo. En solo 8 minutos, te desarma y acabas con una lagrimita en la cara y en el corazón. Pero, de todos, el mejor capítulo es El Cartel. Hasta su propio creador Joe Brumm lo adora. Y tiene que ser bueno, porque tiene una media de 9,8 en IMDB.
El Cartel es un capítulo especial. Como veis, no quiero contaros del todo cómo son estos episodios, porque quiero que los veáis, pero sí daros ciertas pistas para animaros a disfrutarlos. El Cartel plantea una situación que muchos habéis podido haber vivido. La decisión entre mudaros a otra ciudad a trabajar por más dinero o quedaros en la ciudad en la que sois felices. No hay respuestas correctas. No hay aciertos, ni fracasos, porque eso es la vida, un juego incierto.
El Cartel vuelve a eso que hace tan bien Bluey: atribuirle significados muy especiales a objetos que no lo son, a un cartel en este caso. Y sobre lo que quiere decir, y cómo la serie juega con su significado, consigue hacerte llorar y que acabes diciendo con una sonrisa "ya veremos". Por supuesto, El Cartel, El Pájaro Palo, Cricket, la Odisea del Curry u otros tan buenos como A Dormir, solo se comprenden del todo bien si habéis visto la serie por completo.
Así que tanto si tenéis hijos como si no, dadle una oportunidad a Bluey. Y si ya la habéis visto, recomendad en comentarios cuáles son vuestros episodios favoritos a los que todavía no han tenido vuestra suerte. Bluey es una serie magnífica por lo que cuenta, por cómo lo cuenta y porque su mensaje conecta especialmente con nosotros, con todos los que disfrutamos de los videojuegos. Con todos los que sabemos lo importante que es jugar.
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