Chema Mansilla
Editor - Cine y TVCuando estrenaron Intruders me pareció una serie estupenda. Misteriosa, intrigante y fiel al ADN de Expediente-X, la producción me atrapó desde el primer minuto. Incluso la jovencísima Millie Bobby Brown me pareció un tremendo descubrimiento interpretativo. Una década después de su estreno no he superado que la cancelaran y no soporto a Millie Bobby Brown. Tal vez lo de que Millie Bobby Brown tenga que ver más con su actitud fuera de la pantalla o con que en un momento dado parecía estar hasta en la sopa. En cualquier caso, no es importante. Lo importante para mí es que Intruders era una serie que me tenía muy enganchado y nunca pude saber cómo terminaba. La producción, adaptación de la novela The Intruders de Michael Marshall Smith, ofrecía un universo oscuro y cuidado al detalle, donde lo sobrenatural y lo humano se entrelazaban en una trama de posesiones, secretos y traiciones.
Un argumento que atrapaba desde el primer episodio
La premisa de Intruders giraba en torno a la misteriosa sociedad secreta Qui Reverti, cuyos miembros buscan la inmortalidad trasladando sus almas a otros cuerpos tras la muerte. Jack Whelan, interpretado por John Simm, es un ex detective del Departamento de Policía de Los Ángeles cuya vida tranquila se rompe con la desaparición de su esposa, Amy Whelan (Mira Sorvino). La historia sigue a Jack mientras descubre una conspiración que mezcla asesinos a sueldo, vidas secuestradas y una red de secretos tan compleja como inquietante.
Entre los personajes principales, Richard Shepherd (James Frain) se presenta como un asesino vinculado a la sociedad, encargado de guiar a los intrusos en su proceso de reencarnación forzada. Pero quien realmente se roba la atención es Madison O’Donnell, interpretada por Millie Bobby Brown. La niña, poseída por el alma de un asesino centenario, ofrece una de las interpretaciones más memorables de la serie, mostrando una capacidad para transmitir miedo y manipulación más allá de su edad ya algunos años de mertese en la piel Once en Stranger Things. La combinación de estos personajes en un sombrío escenario con lluvia constante y neblina, reforzaba la atmósfera de noir sobrenatural que hizo de Intruders una propuesta fascinante.
La cancelación que dejó a los fans con ganas de más
A pesar de sus virtudes, Intruders no logró sobrevivir más allá de sus ocho episodios. Las bajas audiencias fueron determinantes: el primer episodio reunió a apenas 0,8 millones de espectadores en EE. UU., cifra que se redujo a 0,37 millones en el segundo, estabilizándose posteriormente en torno a un público reducido. La complejidad de su narrativa, aunque atractiva para los fans del misterio y lo paranormal, resultaba demasiado confusa para un público más general. BBC America y BBC Two decidieron no renovar la serie, confirmando así que la historia quedaría, tal y como declaró Glen Morgan, creador de la serie.
Millie Bobby Brown, poseída por el alma de un asesino centenario, ofrece una de las interpretaciones más memorables de la serie
Los críticos también señalaron que la narrativa ambiciosa de Intruders podía resultar opaca. La serie compartía con Expediente-X, gracias a Morgan que trabajó en las aventuras de Mulder y Scully, un enfoque en lo desconocido y lo sobrenatural, pero prescindía de explicaciones fáciles, dejando a los espectadores con incógnitas que rara vez se resolvían de forma clara. a lo mejor deberísa haber tenido un poco de paciencia, ¿no? Aun así, la serie fue valorada por su capacidad para generar tensión y misterio, así como por la construcción de su mitología interna, que incluía símbolos, rituales y la obsesión de Qui Reverti por el número nueve y los objetos significativos que "despertaban" a los intrusos.
Aunque Intruders solo duró una temporada, su impacto entre los aficionados del thriller paranormal permanece. La serie ofrecía un enfoque único sobre la inmortalidad, el cuerpo como refugio y la lucha entre almas, con guiños estilísticos a clásicos del género como Invasion of the Body Snatchers y referencias indirectas a Expediente-X y el Folk Horror, tan de moda hoy en día. Para quienes disfrutamos de los misterios oscuros y la narrativa compleja, la serie sigue siendo un ejemplo de cómo se puede jugar con lo sobrenatural sin recurrir a clichés fáciles.
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