Soy un fan letal de Los Cuatro Fantásticos, junto a Daredevil y Spider-Man, sin duda mi cabecera preferida de Marvel. Y también soy un gran fan del trabajo de Carlos Pacheco, un artista increíble que nos ha dejado muy pronto y que hizo para Marvel algunas de las mejores páginas publicadas por la editorial en toda su historia. De ahí que el trabajo que Pacheco, junto con Rafael Marín al guión y Jesús Merino a las tintas, sea una de mis etapas preferidas de todo Marvel. Pero también una de las que me han dejado más insatisfecho.
Y no por culpa de los autores precisamente, sino porque Marvel, de alguna manera, parecía empeñada en torpedear la que podría haber sido la etapa más memorables del cuarteto de aventureros. De la mano del sabor agridulce que me deja siempre el recuerdo de estas historias me queda el consuelo de saber que tres señores de Cádiz reiniciaron todo el Universo Marvel y que nadie pareció darse cuenta.
Problemas con La Casa de las Ideas
En la introducción de la última edición española de Los Cuatro Fantásticos, Rafael Marín comparte cómo, desde el principio, su trabajo en la serie se vio obstaculizado por problemas con Marvel. Según Marín, la editorial no solo malinterpretó las intenciones narrativas del equipo creativo, sino que además introdujo cambios que alteraron el desarrollo de la historia original. Esta serie de dificultades no solo afectó el ritmo de las tramas, sino que también dificultó la visibilidad del gran potencial de la etapa en cuestión.
Uno de los problemas más significativos fue la falta de comprensión por parte de Marvel sobre la dirección creativa
Pacheco, Marín y Merino se encontraron desde el inicio con varios desafíos. Uno de los problemas más significativos fue la falta de comprensión por parte de Marvel sobre la dirección creativa que querían tomar. En su época, el trabajo del cuarteto estaba destinado a explorar historias profundas y complejas, con un enfoque en el multiverso y sus implicaciones. Sin embargo, las constantes interferencias editoriales y la confusión en los textos contribuyeron a una narrativa que parecía desorientada y atropellada. La falta de comunicación entre el equipo creativo y la editorial se hizo evidente cuando se hicieron cambios sustanciales en la trama sin el conocimiento o consentimiento del equipo que estaba creando esas historias.
Los textos y diálogos, escritos y acreditados a Jeph Loeb en lugar de los originales planeados, se convirtieron en otro dolor de cabeza. Loeb no parecía captar el detalle y el matiz que Pacheco y Marín habían incluido en los guiones. Esto resultó en una versión muy resumida y minimalista de las historias, perdiendo gran parte de la complicidad y la riqueza de las tramas originales. Cuando los guiones y los dibujos finalmente fueron traducidos para la edición española por Forum, la labor de Pacheco y Marín se trató de encarrilar en lo posible, pero el daño ya estaba hecho en la edición americana, que al final, es la que cuenta para Marvel.
Fue un intento audaz de dar un giro emocionante a la serie a la vez que se trataba de devolver el tono original establecido por Stan Lee y Jack Kirby
A pesar de estas dificultades, el trabajo de los autores españoles no dejó de ser innovador. En su historia, abordaron temas como la guerra civil Skrull y exploraron el multiverso de una manera que no se había hecho antes en Los Cuatro Fantásticos. La introducción de personajes como Abraxas, el villano que amenazaba con destruir el multiverso, y el uso del Nulificador Supremo (el arma definitiva del Universo Marvel), fue un intento audaz de dar un giro fresco y emocionante a la serie a la vez que se trataba de devolver a estos cómics el tono original establecido por los legendarios creadores del equipo, Stan Lee y Jack Kirby.
El reinicio del Universo Marvel
El evento que quizás mejor ejemplifica el impacto de la etapa de Pacheco y Marín es el número 49 del volumen 3 de la edición americana de Fantastic Four, titulado "Oscura Victoria". En esta historia, Franklin Richards, el hijo de Reed y Sue, utiliza sus poderosos poderes para reiniciar el Universo Marvel. Este acto no solo reinicia la narrativa del multiverso, sino que también establece un nuevo equilibrio en las realidades paralelas.
En Oscura Victoria, Abraxas ha obtenido el Nulificador Supremo, el único artefacto capaz de detener su destrucción del multiverso. La batalla sobre el icónico Edificio Baxter es feroz, con la intervención de héroes de otras realidades como Thor o el Capitán Marvel. Sin embargo, es Franklin Richards, el hijo de Reed Richards y Sue Strom, quien juega el papel crucial en esta saga. A través de un deseo, Franklin y su hermana Valeria invocan a Galactus el único poder del universo capaz de detener a Abraxas. Recuperado el Nulificador Supremo gracias a Galactus, Reed Richards activa el arma y gracias a su voluntad genera un reinicio del multiverso. Todo el universo se desmorona por un instante y, cuando regresa, parece como si nunca hubiera estado en peligro.
Una victoria agridulce
Como lector y fan de Pacheco, me parece que el hecho de que la historia continuara como si nada hubiera pasado en las siguientes entregas de Los Cuatro Fantásticos es una pequeña victoria en sí misma. Sí, algunas de las tramas se continuaron, como el origen de Valeria, la hija perdida de Sue Storm que fue reintroducida en la continuidad. Pero en general, Pacheco, Marín y Pulido se cargaron el Universo Marvel de un plumazo. Aunque la editorial no permitió que Pacheco y Marín desarrollaran su visión en su totalidad, lograron dejar una marca indeleble en el Universo Marvel. Su reinicio del multiverso, aunque poco reconocido, es un testimonio de su habilidad y creatividad y una muestra de hasta qué punto este equipo creativo tenía grandes expectativas para su trabajo.
La etapa de Pacheco y Marín, a pesar de las dificultades y los conflictos editoriales, sigue siendo para mí una de las más queridas. Tal vez no tenga el reconocimiento de otros trabajos de Pacheco en Marvel, como Avengers Forever. Pero no dudo que de haberles dejado hacer, esta etapa podría haber sido recordada como una de las más recordadas en la historia de Los Cuatro Fantásticos, como la realizada por John Byrne, de la que tanto bebió este trabajo.
Los 4 Fantásticos de Carlos Pacheco y Rafael Marín (MARVEL OMNIBUS)
Como recordó Marín en un momento,en un momento dado de la historia, la cabecera que dio origen al Universo Marvel la hacían tres señores de Cádiz, y si hubieran podido, tal vez hubiéramos disfrutado de algo inolvidable. De momento, yo me quedo con su "borrón y cuenta nueva", que aunque pasó desapercibido para muchos, Pacheco, Marín y Pulido acabaron con el Universo de Marvel, y lo trajeron de vuelta
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