A lo largo de los últimos años las subidas de precios en la industria del videojuego se han convertido en un mal habitual. Vivimos una era extraña en la que los usuarios que querían comprarse una consola de nueva generación tuvieron que ver cómo se encarecían un 10% tras haber pasado dos años en el mercado. Algo similar ha pasado con los propios juegos, que en función a cada compañía aumentaron de los 60 a los 70 euros o desde los 70 a los 80. Ahora, apenas unos días después de que Phil Spencer defendiese que el modelo de desarrollo de las grandes compañías está en problemas, tenemos más malas noticias
El presidente de Capcom nos ha sorprendido con su opinión
Haruhiro Tsujimoto, presidente de Capcom, ha defendido en el contexto del Tokyo Game Show (fuente) que los precios de los videojuegos deberían subir próximamente. "Personalmente, creo que los precios de los videojuegos son demasiado baratos. Los costes de desarrollo son unas 100 veces más elevados que en la época de la Super Nintendo, pero el software no se ha encarecido tanto. También ha habido una necesidad de incrementar los salarios. Considerando que los salarios están aumentando a lo largo de toda la industria, creo que aumentar los precios de los juegos es una opción saludable para la industria".
Las declaraciones llaman la atención, ya que Capcom es una de las pocas empresas que no se apuntó a la subida de precios generalizada de los últimos años. La compañía mantiene su estándar en 59,99 euros para las versiones de PC y 69,99 euros para las de consolas. La mayoría de compañías, por su parte, ha incrementado en unos diez euros el coste para el consumidor de las versiones para PC. También hicieron lo propio con una subida de entre cinco y diez euros de los juegos para consola. Dicho de otra forma, Resident Evil 4: Remake o Street Fighter VI han sido más baratos que muchos juegos de la competencia.
Quizá los próximos juegos de Capcom se adapten al estándar de la industria (imagen de Pragmata).
Entre los argumentos para la subida de precios, Tsujimoto defiende que las ventas de los grandes videojuegos no se verían afectadas por un aumento en los precios pese a la situación económica global. "Los títulos de alta calidad seguirían vendiendo", defendía. Lo cierto es que, en este caso, se trata de un argumento con el que resulta más difícil empatizar. Especialmente si tenemos en cuenta que Capcom viene de encadenar algunos de los mejores años de su historia después de convertirse, precisamente, en una desarrolladora por encima de la media en lo referido al trato con el consumidor. Ha habido pocas quejas con sus estrenos y esperamos aún más con títulos como Pragmata en el horizonte.
Todo apunta a que Capcom será una de las siguientes desarrolladoras en sumarse al aumento de precios. La nuestra nunca ha sido una afición barata, y los próximos años prometen hacerla aún menos accesible alrededor del mundo.
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