Análisis de Civilization VI. Una genialidad que se mide por turnos

Análisis de Civilization VI. Una genialidad que se mide por turnos
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El tiempo pasa, las horas vuelan, pero la pasión por Civilization VI no decrece lo más mínimo. Esta es la grandeza del nuevo videojuego de estrategia por turnos de Firaxis Games. Lo pruebas… y es casi imposible dejar de jugar. Cargado de novedades y toneladas de contenidos, 2K nos ofrece el que es uno de los mejores y más brillantes juegos de 2016. En este análisis te contamos por qué no deberías perdértelo.

Tanto he disfrutado de Civilization VI, tantas horas de diversión me ha proporcionado este genial videojuego de estrategia por turnos, que lo que más me preocupa ahora mismo es no ser capaz de reflejar toda su grandeza en estas líneas. No sé ni por dónde empezar. ¿Os hablo de las grandes novedades que introduce? ¿De lo adictivo que es? ¿O tal vez me centro en las civilizaciones? ¿En cómo se diferencian y cambian la perspectiva de juego? Si me guiara por la razón, sí, me centraría en estos detalles; en las amplias opciones de gestión, la libertad de acción, el espionaje, la diplomacia y lo condenadamente divertido que es aplastar a los enemigos sin usar una sola arma; pero es el corazón quien manda y este, un juego donde las sensaciones lo son todo.

Es divertido de un modo que cuesta explicar con palabras. Inicias el viaje, la gran misión de convertirte en el líder de la nación que dominará el mundo, y de inmediato, sientes la imperiosa necesidad de contárselo a alguien. De relatar tus grandes hazañas, tus jugadas maestras, de cómo engañaste a los romanos o te ganaste la amistad de Estados Unidos. Y nunca te cansas de ello. Siempre quieres más. Necesitas más historias que contar, porque este es un juego sin fin. Un título que casi por arte de magia es imposible quitarse de la cabeza. No tiene un gran argumento ni falta que le hace, pues son tus actos los que definen la historia. Eres tú el que crea esa gran aventura, ese épico relato histórico del que no puedes desengancharte.


Pasión por los turnos

Lo repites una y otra vez de forma instintiva. "Un turno más y termino"; pero nunca lo haces. Es la gran mentira que nos decimos a nosotros mismos para no sentirnos mal tras horas y horas delante del PC. Siempre hay alguna excusa a la que recurrir; un nuevo edificio por construir, batallas que librar, rutas comerciales por explotar o tratados diplomáticos que firmar. Y la sonrisa nunca te abandona. Puede que los ojos estén irritados, pero ahí sigues, feliz, a lo tuyo, gestionando tu imperio con una variedad de acciones estratégicas que sorprenderá incluso a los veteranos de la franquicia.

Hay edificios, distritos, que bien ubicados aumentarán su poder generando más energía o incluso, bonificaciones especiales. ¡Prestad atención a todos los detalles!
Hay edificios, distritos, que bien ubicados aumentarán su poder generando más energía o incluso, bonificaciones especiales. ¡Prestad atención a todos los detalles!


El equipo de Firaxis Games ¡no se ha dejado nada en el tintero! como ocurría en anteriores episodios de la serie, que sacaban a relucir todo su potencial con las expansiones de contenido. Todo lo bueno que esperas de Civilization está aquí, como siempre, pero esta vez acompañado de un buen puñado de novedades que lo cambian todo. La más importante tiene que ver con la forma en la que expandimos nuestro imperio. Hay mucha más estrategia, más decisiones que tomar antes de construir este o aquel edificio, pues ahora el espacio físico es un bien preciado que no podemos desperdiciar a la ligera. Las construcciones que antes se erigían en el interior de las ciudades, incluidas las grandes maravillas, abandonan las murallas para buscar sitio en las casillas colindantes. Y no. No es una mera cuestión estética.

Una genialidad que se mide por turnos


Los grandes líderes de facción presentan un diseño artístico sobresaliente. Con cada gesto, cada mirada, lucen como si fueran personajes de una película de animación.
Los grandes líderes de facción presentan un diseño artístico sobresaliente. Con cada gesto, cada mirada, lucen como si fueran personajes de una película de animación.


Dependiendo de la orografía del lugar, y de los recursos que encontremos a nuestro alrededor, se podrán construir unos u otros edificios que ahora, en su mayoría, se encuentran dentro de los llamados distritos; barrios especiales que conceden bonificaciones dedicadas a la cultura, el ocio, la guerra o la religión entre otras. ¿Queréis pirámides? Solo las tendréis si hay desierto a su alrededor. ¿Os interesa construir un acueducto? Si no hay un río junto a la ciudad olvidaos; no se puede.

Casi como si de un juego de puzles se tratase, este nuevo sistema te obliga a pensar a gran escala antes de tomar cualquier decisión. Ya no vale eso de construir ciudades como si estuvieras haciendo la lista de la compra: construyo un granero, ahora un cuartel, luego un templo… y así hasta tenerlo todo listo. En Civilization VI es imposible. No hay espacio para todo, así que dependemos del tablero y de nuestra capacidad para gestionar sus recursos. La estrategia manda. Y las opciones son increíbles.

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Todo lo bueno que esperas de Civilization está aquí

La civilización que construimos turno a turno no es estática ni ajena a lo que la rodea, y esto se deja sentir también en los progresos científicos. ¿Eres propenso a entablar combate con los bárbaros? El desarrollo de nuevas armas y políticas militares llegará con mayor presteza. ¿Disfrutas de la mar? Pronto recibirás nuevos barcos y opciones para explorar las aguas con mayor efectividad, lo que es posible gracias a los llamados Momentos Eureka, que propician un fuerte impulso en la investigación de nuevas tecnologías y principios políticos.La idea es genial y se deja sentir en el ritmo de la acción, que es más dinámico y ágil que nunca. Que no más fácil.

Estos cambios buscan minimizar los tiempos de espera, no reducir la profundidad estratégica propia de Civilization. De ahí que ahora, por ejemplo, los trabajadores, a los que se conoce como Constructores, cumplan su función en un solo turno. Es más directo, instantáneo, pero a cambio, cuando actúan, desaparecen. Toca contratar a una nueva unidad.

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¿Me estás amenazando? ¡Vayamos a la guerra!

La relación con el resto de naciones también gana interés en este nuevo videojuego gracias a la inclusión de las Agendas Públicas y Ocultas, que son las que marcan el comportamiento de cada civilización. Estas, además, están perfectamente recreadas; tienen particularidades, edificios exclusivos, tropas especiales y formas de comportarse que son una maravilla. En el caso de Felipe II con España, por ejemplo, la religión tiene un peso fundamental en su forma de entender la acción. ¿Peleas contra una nación que profesa una religión distinta? Tus tropas serán más efectivas. No solo eso. Se pueden construir las llamadas Misiones, con las que potenciar la Fe o Ciencia del país, o hacer uso de sus ventajas navales para incrementar las ganancias en las rutas comerciales.

Una genialidad que se mide por turnos


Una genialidad que se mide por turnos


Además de escoger la forma de gobierno a nuestro alcance tenemos amplias opciones para personalizar el funcionamiento interno de nuestra civilización.
Además de escoger la forma de gobierno a nuestro alcance tenemos amplias opciones para personalizar el funcionamiento interno de nuestra civilización.


Obviamente estas particularidades no son axiomas inamovibles, siempre se puede alterar el curso de la partida para adaptar la acción a nuestro gusto, pero es importante conocerlas antes de plantear nuestra estrategia de expansión. También la forma de pensar de los enemigos. A Harald Sigurdsson, por ejemplo, le gustan los imperios con una gran flota naval, ¡que para algo es vikingo!, mientras Qi Shi Huang Di recela de aquellos que poseen más maravillas que su nación. Si conocéis estos secretos, si de algún modo, habéis sacado a relucir su Agenda Oculta, tendréis una clara ventaja táctica sobre ellos. De lo contrario, sin daros cuenta, podéis darles la excusa perfecta para iniciar una guerra.

Diplomacia y espionaje cobran en Civlization VI una importancia que no siempre se le otorga en esta clase de videojuegos. Podéis ofrecer regalos, establecer tratos comerciales, realizar exigencias, denunciar a otros países y, como novedad, declarar Casus Belli antes de iniciar la guerra para minimizar los efectos negativos que esta acción genera en el resto de naciones. Los espías, además, tienen a su alcance varias misiones especiales que nos van a permitir obtener recursos extra, aumentar la visibilidad sobre los territorios colindantes, o extraer información como la Agenda Oculta de otras civilizaciones. Incluso a nivel religioso encontramos nuevas opciones con las que expandir nuestra influencia, como losObispos, que si fuerzan demasiado la máquina, y tratan de convertir a su religión otras ciudades, pueden desatar un gran conflicto. Es normal.

Los líderes de facción, dotados de una gran inteligencia artificial, no quedarán impasibles ante la expansión de nuestro imperio, reaccionando de forma realista a cada paso que damos. ¿Tropas en las fronteras? A nadie le gusta, menos a ellos, así que poco tardarán en denunciarnos y, llegado el caso, declarar una guerra justificada a la que pueden sumarse otras naciones si no hemos cuidado bien las relaciones diplomáticas. Es fabuloso. A veces el caos que se genera en la partida es tan divertido y emocionante, que cuesta resistir la tentación de soltar una bomba atómica. En este sentido, el juego incorpora nuevas opciones militares que ayudan a que las batallas no sean tan farragosas como en capítulos anteriores. Es más fácil que nunca guiar los pasos de las tropas, a las que podemos agrupar en ejércitos o unir a unidades espaciales.

Una genialidad que se mide por turnos


Hay que pensar a gran escala antes de construir. Las opciones son increíbles

Aquí no falta de nada. Incluso a nivel visual Civilization Vi es una maravilla. Entiendo que haya gente a la que la apuesta por un estilo grafico más cartoon no termine de convencerle, pero el diseño artístico de los líderes de facción, con ese aire a película de animación de Pixar, es brillante. Todos y cada uno de ellos representan de forma creíble a sus homónimos con gestos, muecas, y palabras que inevitablemente os harán sonreír.

También se deja notar en la interfaz de usuario, más clara e intuitiva imposible, aun cuando el juego está plagado de opciones estratégicas. ¡Adiós a los menús enrevesados! Y qué decir del colorido de los mapas. Son fantásticos. Más todavía si te fijas en el detalle de la niebla de guerra. ¡Es un mapa de época! con ese tono amarillento y dibujos que representan todo aquello que hemos visto. Mención especial merecen las zonas por descubrir, que están representadas por monstruos, tal y como algunos imaginaban las zonas ocultas del mundo.

El Turismo es un recurso clave para obtener la victoria basada en la cultura. Se genera con grandes obras artísticas, literarias o los parques nacionales.
El Turismo es un recurso clave para obtener la victoria basada en la cultura. Se genera con grandes obras artísticas, literarias o los parques nacionales.


Puede que las tropas y los edificios muestren un acabado más simple, lo que contribuye a mejorar de forma notable el rendimiento del juego incluso en equipos más antiguos, pero aun con esas, estamos ante un videojuego plagado de detalles de calidad. Ver cómo se construye una gran maravilla es, nunca mejor dicho, una auténtica maravilla. El coliseo romano, las pirámides de Egipto, la ciudad de Petra… cada estructura posee tantos detalles con los que quedar embobados, que es difícil no enamorarse del apartado artístico de Civilizaction VI. Y si ya cerráis los ojos y dejáis que la música hable por si sola… ¡qué increíble! Una vez más Christopher Tin firma una banda sonora escandalosamente buena. Su música tiene alma; cada tema, cada pieza, representa a la perfección las distintas civilizaciones que protagonizan el videojuego. Hay temas memorables; el de España, Brasil, Noruega, Arabia, Egipto... y lo mejor es comprobar cómo estas melodías evolucionan con el paso de las eras, aumentando su complejidad sonora.

Una genialidad que se mide por turnos


No me olvido tampoco del gran doblaje al español ni del multijugador, que es pura adicción. ¿Pegas? Tal vez la inteligencia artificial, que en contadas ocasiones puede jugarnos alguna mala pasada. Me viene a la cabeza una disputa con Gandhi. No dejaba de acusarme de ser belicista… ¡cuando era él quien estaba en guerra con Moctezuma! Un detalle menor que no ensombrece un videojuego maravilloso de principio a fin.

Imprescindible

Obra maestra
Una genialidad que se mide por turnos

Civilization VI

Por: El equipo de 3DJuegos
Obra maestra

Nos hemos pasado dos décadas construyendo grandes maravillas en el mundo de Civilization, y este nuevo episodio solo puede ser calificado como tal. Es una maravilla. Un fantástico videojuego de estrategia por turno que hace honor al lema "un turno más y termino", conservando intactas las grandes señas de identidad de la franquicia a la vez que aporta importantes novedades que le sientan genial. Una vez lo pruebas ya no quieres jugar a otra cosa. Tal es la grandeza de un título que llega con una gran corona de oro bajo el brazo. El rey de la estrategia ha vuelto con intención de no irse jamás.

  • Fiel al espíritu Civilization, el videojuego introduce grandes novedades
  • Muy fácil de jugar pero a la vez difícil de dominar. Hay mucha profundidad estratégica
  • Guerra, diplomacia, espionaje, comercio… ¡no falta de nada!
  • Lo bien que se ha recreado cada civilización, incluso a nivel musical
  • Leves problemas con la inteligencia artificial
Jugadores: 1-12
Idioma: Textos en español y voces en español
Duración: Incalculable
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