Estarás harto de escuchar eso de que "segundas partes nunca fueron buenas", pero es algo que suele funcionar únicamente con las películas, no con los videojuegos. No hace falta que te mencione ejemplos, seguro que conoces un montón: Portal 2, Dead Space 2, Silent Hill 2, Assassin's Creed 2… Sin embargo, sí que considero que resulta interesante profundizar en qué es lo que hace que sea más probable ver una buena continuación en el mundo de los videojuegos que en el del cine.
¿Tienen algo que ver los valores de producción? ¿Se trata de una cuestión de narrativa? ¿Es acaso algo relacionado con que la tecnología es más importante en los videojuegos que en el cine? A continuación expongo 3 razones para tratar de comprender las diferencias existentes. Pero también me gustaría escuchar todo lo que vosotros tenéis que aportar, así que espero con atención todo lo que tengáis que aportar en los comentarios.
Sigourney Weaver como Ripley en Aliens. Imagen: 20th Century Fox
Porque los videojuegos no dependen solo de una buena historia
El director de cine Akira Kurosawa dijo una vez: "Con un buen guion puedes hacer una obra maestra, pero con el mismo guion también puedes hacer una película mediocre". Y a esto hay que añadir que sin un buen guion, no puede haber una buena película de ninguna de las maneras, ni tampoco una secuela a la altura. Esta es la gran limitación del cine, y lo que hace que secuelas de grandes films no sean mejores simplemente porque se ponga más dinero en ellas. ¿Ejemplos? Busca en Matrix, Indiana Jones, Alien y un montón de casos que seguro que tienes ya en la cabeza.
¿Cuántas veces has escuchado eso de "más y mejor" en una secuela de un videojuego? Muchas
Ahora piensa en videojuegos y cómo una mayor inversión habitualmente ha reportado mejores resultados. ¿Cuántas veces has escuchado eso de "más y mejor" en una secuela de un videojuego? Muchas. ¿Y en películas? No tantas, seguro. Street Fighter II, Half-Life 2, Resident Evil 2, Super Mario Galaxy 2, Red Dead Redemption 2, God of War: Ragnarok… Un videojuego tiene una mejor secuela no por su historia (que también puede influir), sino por un cúmulo de cuestiones que son mucho más complejas que en una película: dinámicas de juego, tecnología, cantidad de contenidos, rejugabilidad y un largo etcétera.
Mass Effect Andromeda
Porque se aprende con cada desarrollo
Todos aprendemos de cualquier trabajo. Sin embargo, en los videojuegos ocurre algo muy particular, y es que siempre se quedan en el tintero ideas que no pudieron implementarse en su momento (ya sea por tiempo o por cuestiones técnicas). Por ejemplo, en Zelda: Skyward Sword no pudieron hacer el mundo abierto que los desarrolladores de Nintendo tenían en mente, cosa que sí ocurriría en Zelda: Breath of the Wild.
La experiencia acumulada con cada desarrollo es fundamental en los videojuegos, pero también son relevantes los comentarios de los usuarios. Los creadores tienen muy en consideración lo que piensan los fans en cada juego (salvo excepciones, como el extravagante Swery65). Son conocidos los casos de Mass Effect Andromeda, en que los propios creadores pidieron ideas a los fans, o Halo Infinite, que llegó a retrasar su lanzamiento debido a la mala percepción tras su demostración inicial. En el cine esto también existe, pero no está -ni de lejos- tan extendido.
God of War (2018)
Porque mejora la tecnología
Una clave fundamental en la industria de los videojuegos es comprender que con cada generación de hardware se realizan numerosos avances técnicos. El gran Super Mario 64 implicó la llegada de las tres dimensiones a la licencia, y la revolución del género de los plataformas. Los videojuegos de God of War han gozado asimismo de una evolución brutal, al pasarse de un esquema hack 'n slash tradicional a una vista con la cámara sobre el hombro (y el uso del interesante plano secuencia).
Además, la evolución es continua y a ritmo de vértigo. Existe competitividad entre los fabricantes de hardware y desde siempre se ha entendido que los ciclos de consolas deben durar entre 6-7 años como mucho. La carrera por estar siempre a la vanguardia es algo que a los videojuegos les permiete evolucionar en muy poco tiempo. En el cine, por el contrario, el avance técnico es más lento y menos importante. Salvo la irrupción de las gafas 3D en los últimos tiempos (que ni siquiera ha calado), ha sido difícil observar un salto realmente importante, salvo cuando llegó el cine sonoro, en color o la animación.
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