El precio de las entradas de cine de la Generación Z no tiene nada que ver con lo que pagaban los Boomer. Su diferencia explica muchas cosas

  • La diferencia entre el coste de una entrada ahora y hace 60 años es abismal

  • El cambio de precio respecto a la inflación no ayuda a ver el salto con mejores ojos

Palomitas
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A la hora de debatir sobre la situación actual del cine siempre suele acudirse a lo mismo, la culpa de hasta qué punto le va bien o mal a la industria está en el precio de las entradas de cine. La realidad es que, en base a la inflación, la Generación Z está pagando casi el doble de lo que pagaban los Boomer en su día, pero no es la explicación detrás de todos sus problemas.

Acudiendo a la evolución de los precios reflejada por organismos como FACUA o recopilaciones como la de Luis Deltell, cineasta y Profesor Titular de la Universidad Complutense de Madrid, lo que ahora suele moverse entre unos 8 euros de media para el coste de una entrada de cine en plena era de la Generación Z, en la época de los Boomers estaba en el equivalente a 0,12 euros, unas 20 pesetas.

La diferencia del precio del cine de 1960 al 2024

Tal y como se muestra en la siguiente tabla, el impresionante salto pierde bastante fuerza tras ajustar las cifras a la inflación actual, pero sigue siendo casi el doble de diferencia y, además, debe tenerse en cuenta que el poder adquisitivo y el coste de la vida ha variado notablemente en detrimento de las nuevas generaciones.

Año

precio en euros

precio en pesetas

euros según inflación

1960

0,12€

20 ptas.

4,65€

1980

0,79€

133 ptas.

4,15€

2000

3,9€

660 ptas.

5,68€

2020

6€

998 ptas.

6€

2024

8€

13.331 ptas.

8€

Las cifras serían escandalosas de estar ante una situación igual o similar, pero también es de recibo reconocer que los precios de las entradas no son la única evolución que se ha visto en el mundo del cine. Lo que antes eran pequeñas salas con un coste operativo y de personal muy inferior, ahora son macrosalas con decenas de opciones semanales que, pese a aportar una necesaria variedad, no resultan igual de rentables.

Lo mismo ocurre a nivel de comodidades y de tecnología de visionado y sonido, un aumento de los costes que, según organizaciones como la de UK Cinema, van en la línea de lo que también ha ocurrido con el teatro o los eventos deportivos y que se sostienen en base a los ingresos de comida y bebida. Es evidente que han subido los precios, pero también que lo han hecho para todo y para todos.

En cualquier caso no hay que olvidar que la propia industria del cine es muy consciente de por qué la gente no va a las salas, y los directivos de Sony apuntaban recientemente que "es demasiado caro llevar a toda la familia al cine", y que la única solución que debe abordarse es mejorar la oferta para que suba la demanda.

Imagen | LexScope

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