No sé a vosotros, pero a mi me encanta ese momento en el que cambias de época en Civilization de forma vertiginosa y descubres que en la puerta de casa tenías yacimientos de petróleo cuando tus rivales aún están centrados en recursos más básicos. Pues algo así le pasó a China a finales de los años 70, lo que sucedió por dos razones: una visita a empresas estadounidenses y la transformación de un yacimiento clave hasta entonces por el hierro.
Deng Xiaoping, quien sucedió a Mao Zedong como máximo mandatario de China en 1978, tenía la tarea de reformar el país y llevarlo a una nueva etapa tras problemas derivados del anterior modelo productivo e industrial. Lo hizo viendo el potencial de algo a lo que el resto de potencias apenas le habían hecho caso: las tierras raras.
En la ciudad de Baotau, en la Mongolia Interior, se encontraba un gran yacimiento de hierro que había sido básico para la industria bélica desarrollada por Zedong. Sin embargo, también había ahí una enorme cantidad de tierras raras esperando a ser usadas. Pero hacía falta un esfuerzo técnico, a la vez que político. El técnico implicaba unas técnicas de separación rentables, que hasta ese momento eran carísimas y que sólo se permitían en occidente, así como la necesidad de aprender del extranjero, es decir, cierto aperturismo.
Fang Yi, vicepresidente y director de ciencia a nivel estatal, encargó a varios ingenieros visitar fábricas estadounidenses para tomar nota: la ya difunta McDonnell Douglas (integrada en Boeing) y la aún existente Lockheed Martin. Eso, sumado a un esfuerzo estatal de investigación, abrió las llaves al aprovechamiento de esos materiales con una nueva técnica de separación.
¿Qué son las tierras raras?
Son los elementos pertenecientes al grupo de los Lantánidos (la fila superior de esos elementos que están aislados en la parte de abajo de la tabla periódica), así como el escandio y el itrio. Su nombre puede llevar a equívocos, porque aunque no son los más comunes, algunos como el cerio o el neodimio son relativamente comunes, pero no lo son en forma pura. Su separación y aislamiento ocupó a los químicos desde el siglo XVIII a mediados del XX, siendo tanto o más laborioso este hecho que el encontrar sus yacimientos en la naturaleza.
Tabla periódica (Google)
Sus funciones son bastante interesantes, y dependen del elemento en cuestión, pero tenemos industrias tecnológicas e industriales completamente dependientes de ellas. Desde superconductores en el caso del itrio, pasando por componentes aeroespaciales que usan escandio o motores de coches eléctricos si hablamos del neodimio. Y así podemos seguir con todos.
En el caso del yacimiento de Baotou, eran muy comunes los yacimientos de cerio y lantano, vitales en la industria del fraccionado de petróleo, así como el samario, componente de los imanes resistentes al calor que usan aviones supersónicos y misiles. Ya no es que China tenga una enorme cantidad del total de estos elementos disponibles en la superficie terrestre, es que se desarrolló un sistema de separación de estos elementos mucho más barato.
Gracias a un avance tecnológico fruto del esfuerzo estatal comentado anteriormente y a unas bajas limitaciones ambientales que llevó a problemas serios de salud en la población rural, China desarrolló un sistema basado en plástico y ácido clorhídrico, en vez del acero inoxidable y ácido nítrico que imperaba en occidente y que era mucho más caro.
"Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras"
Estudios modernos como el de Zhou et al. publicado en 2022, nos muestra que el sistema de extracción se ha optimizado hasta el 99% con ácido clorhídrico para residuos como el de Bayan Obo, procedente precisamente de Baotou, y llegando a trabajar en torno a la cinética de la lixiviación. La evolución no se ha detenido desde entonces.
Para cuando occidente empezó a cerrar sus fábricas por los bajísimos precios en este ámbito que se ofrecía en China, en torno a la década de los 90 y 2000, el país asiático fue dándose cuenta de que poseía el 50% de las reservas de tierras raras del planeta. Además de estas tierras raras "ligeras" en Baotou, también poseía reservas de tierras raras "pesadas" en la zona de Longnan, vitales para vehículos eléctricos, turbinas de viento o equipamiento médico.
De esa posición de dominancia de China, llegando a producir el 90% de estos elementos, y de ese poder negociador, nacen varias de las noticias de política internacional como el interés de la EEUU de Donald Trump de controlar Groenlandia, donde se estima que están el 25% de las reservas de tierras raras. Ya lo dijo Xiaoping en 1992, "Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras".
Imagen | Idthings en Midjourney
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