La mejor pantalla gaming que he analizado hasta ahora. Análisis del monitor LG 27GR95QE

La tecnología OLED es la última gran barrera que separa a los televisores y monitores gaming. Una tecnología que está llena de bondades a la hora de crear pantallas para jugar, pero cuya miniaturización ha demostrado ser un reto. Los fabricantes están haciendo lo posible por eliminar estas barreras, pero los monitores OLED siguen siendo la excepción, no la regla.

Por eso celebro que salgan al mercado pantallas como el nuevo LG 27GR95QE. Un monitor de la serie Ultra Gear de 27 pulgadas con un panel OLED a 240 hercios por unos 999 euros. Una combinación que hace tan sólo un par de años sonaba a auténtica ciencia ficción, pero unas especificaciones con las que la compañía surcoreana ha coqueteado en el pasado.

He tenido la inmensa suerte de usar este monitor durante poco más de una semana, y quiero contaros cual ha sido mi experiencia con el que, a mis ojos, es el nuevo estándar en monitores gaming de gama alta.

Jugando en un panel OLED a 240 hercios

Seguro que nuestros lectores más avispados llevan unas líneas preguntándose por qué he abierto este análisis diciendo que la miniaturización de la tecnología OLED está siendo un reto para los fabricantes.

No en vano, tenemos smartphones con pantallas OLED desde 2012, incluso antes si hablamos de la tecnología AMOLED. ¿Dónde está el problema con los monitores para jugar?

Como con tantas otras cosas en el mundo de la tecnología, es sencillamente una cuestión de costo-beneficio a la hora de fabricar estos dispositivos.

Es eficiente crear pantallas OLED de baja densidad – con menor resolución dado su tamaño – en dispositivos como smartphones, mientras que los televisores cuentan con su tamaño como ventaja natural a la hora de elaborar estos paneles.

Los monitores, sin embargo, suelen contar con diagonales mucho más comedidas que sus equivalentes de salón. La mayoría de estos dispositivos están hechos para estar tan sólo a unos centímetros de nuestra vista, pero sí que hacen uso de las mismas resoluciones – si no mayores – que la mayoría de los televisores del mercado. Especialmente si estamos hablando de monitores para usarse en un PC Gaming moderno, donde incluso las gráficas de gama media pueden ejecutar juegos actuales a resoluciones 4K con facilidad.

El cómo ha conseguido LG hacer eficiente este proceso de fabricación es algo que sólo sus ingenieros pueden responder. Pero creo que es fácil trazar una línea que relacione la existencia del LG 27GR95QE con la experiencia adquirida por la marca asiática a través de la evolución de los televisores OLED de la compañía.

De hecho, las características de los paneles en los televisores OLED de LG son muy similares a las de sus nuevos monitores. Quienes hayan podido usar modelos como la LG C2 42" se van a encontrar con unas sensaciones de uso muy similares a la hora de jugar en el LG 27GR95QE.

Eso sí, el monitor de la compañía asiática cuenta con esos llamativos 240 hercios de tasa de refresco. Y la densidad de píxeles del panel es superior, como es natural, a la de los televisores de la compañía, rondando los 110,8 PPI según los valores del fabricante. Pero las sensaciones de uso de un frente al otro son muy similares. Y eso es algo francamente positivo.

Curiosamente, donde he notado más diferencia a la hora de usar ambos periféricos para jugar ha sido en el recubrimiento de la pantalla del 27GR95QE.

Aunque la mayoría de monitores de altas prestaciones han estado optando por recubrimientos brillantes, habitual también en televisores de cualquier gama, los chicos de LG han querido mantener la pantalla mate para el nuevo Ultra Gear. Una elección más afín a pantallas destinadas al uso competitivo, así como una opción curiosa, ya que juega en contra de la viveza del color de la pantalla en entornos mal iluminados a cambio de una imagen más clara.

Esta elección puede deberse al enfoque competitivo de este modelo, en el que LG ha querido centrarse en su marketing durante los meses previos al lanzamiento del dispositivo.

Por suerte para los surcoreanos, se le puede sacar muy poca punta a esta faceta del 27GR95QE. El monitor es un periférico excelente para el juego competitivo.

Si atendemos a los valores de las especificaciones técnicas, estamos ante un monitor que se mueve por debajo del milisegundo en tiempo de respuesta. Una cifra que sólo solemos encontrar en monitores TN de altas prestaciones. Pero, además, unos números que se ven realzados por la completa desaparición de cualquier tipo de residuo en la pantalla. Y sin una latencia perceptible en escenarios de juego intensivo, a altas resoluciones y con extras activos.

Esto coloca al 27GR95QE en una posición muy interesante en un mercado en el que las opciones de alta gama que tenemos pasan por modelos como el ROG PG259QNR, contra el que el nuevo Ultra Gear no sale mal parado, o monitores como el Zowie XL2566K, con un panel TN que no puede competir con el 27GR95QE fuera de escenarios competitivos. Y es que una de las grandes bazas de esta valoración del 27GR95QE es que, en entornos competitivos, además de ser un monitor excelente para estos escenarios, es también un panel fantástico para consumir en él cualquier otro tipo de contenido multimedia.

Como sucede con la mayoría de las pantallas OLED modernas, los altos niveles de contraste derivados de la naturaleza del propio panel dan como lugar unas imágenes profundas, ricas en color, y con una sorprendente viveza. Especialmente cuando consumimos contenido compatible con los estándares HDR que vemos en muchos videojuegos modernos, ya que el monitor es compatible con los mismos estándares que los televisores de LG.

No confundir esta profundidad con la cobertura del color. El nuevo Ultra Gear no es un mal monitor para trabajos de edición o similares si atendemos sólo a su cobertura y capacidades, y capacidades, pero no alcanza los niveles de modelos destinados a ese uso, ni tampoco el de modelos de su misma gama en esta métrica. Aunque sí sea más alegre al ojo consumir contenido multimedia en un panel OLED.

Nada importante de cara a hablar de un monitor destinado a jugar, pero un apunte que he de hacer para recordar que, aunque las pantallas OLED son fantásticas en muchos aspectos, no son la panacea.

De hecho, ahora que he mencionado esto, creo que es un buen momento para hablar de otro de los puntos débiles de este monitor: la distribución de sus píxeles.

Un apartado muchas veces ignorado de un monitor es la forma en la que están distribuidos sus píxeles a través de la pantalla. En la mayoría de los paneles IPS esta distribución es RGB, y la mayoría de los contenidos están pensados para representarse adecuadamente en esta distribución. En el monitor de LG, como en el resto de sus pantallas OLED, esta distribución es WRGB, y esto tiene connotaciones negativas de cara a la representación de textos e imágenes en pocos píxeles, como, por ejemplo, el texto que estoy redactando en este preciso instante.

Esto contrasta enormemente con la percepción que podemos tener de un panel de este tipo, normalmente asociado a dispositivos con usos tan polifacéticos como lo es una televisión, y deja al 27GR95QE como un dispositivo mucho más enfocado al gaming – en el sentido más amplio de la palabra – que a otras actividades típicas frente a un PC, como lo son las labores de productividad, por poner un ejemplo.

Pasando a una nota más positiva, aún no he escrito nada del exterior del dispositivo, y este es un momento tan bueno como cualquier otro para cerrar este apartado.

El LG 27GR95QE cae dentro de lo que podríamos llamar "un monitor gaming convencional" si nos centramos en su aspecto. Colores oscuros, líneas marcadas, o la aparición de iluminación RGB, así lo demuestran; sin embargo, tanto la elección de materiales, como la disposición de los elementos características de su aspecto, están hechos con mucho gusto.

El panel ultrafino es un gran toque, su peana es firme y cuenta con una buena estabilidad, y la puesta a punto del monitor es sencilla y efectiva. Por sacar algo de punta, me hubiera gustado un control integrado más cómodo que el que aparece en el dispositivo, pero su mando a distancia es una alternativa correcta.

Tampoco va nada mal en cuanto a conexiones se refiere, con la presencia de HDMI 2.1 y DPI 1.4 para aprovechar las características del panel, así como a aparición de un HUB USB para conectar nuestros dispositivos. Una adición casi obligada en estos rangos de precios. Nada que objetar.

Un monitor excelente, pero no perfecto

Si sólo buscamos un monitor para jugar el nuevo LG 27GR95QE es una auténtica bestia.

Cuenta con todas las bondades de una de las tecnologías más potentes del mercado, de la mano de uno de los fabricantes con más tablas en dicha tecnología. Pero, además, el monitor de LG trae novedades consigo que lo hacen una opción mucho más ajustada a este uso.

Su factor de forma y tamaño lo hacen una opción más cómoda para un escritorio convencional. Y sus 240 hercios de refresco y absurda velocidad aportan mucho más de lo que parece a cualquier escenario de juego; especialmente en escenarios competitivos.

Creo que es franco decir que el monitor de los surcoreanos ha sido el mejor monitor que he probado en 3DJuegos hasta la fecha, pero las bondades de estos paneles OLED no están ajenas a sus problemas. Y el LG 27GR95QE no escapa de ellos.

El quemado de estas pantallas, aunque enormemente reducido salvo uso indebido, sigue siendo algo para tener en cuenta. Según el uso que vayamos a dar a nuestro equipo, esto puede ser una mera anécdota, o un problema que puede acabar con la excelente imagen del panel.

En lo personal, creo que el LG 27GR95QE se corona como el monitor de referencia en la gama alta de las pantallas QHD, pero no es una recomendación clara para todos los jugadores.

Usuarios que usen su equipo regularmente para algo más que para jugar tal vez encuentren más razonable mantenerse en tecnologías diferentes a la OLED.

Se me antoja difícil recomendar abiertamente un monitor que posiblemente pase los 1000 euros en nuestro territorio una vez se lance al mercado, cuando la vida útil de este en el largo plazo puede verse comprometida por estas actividades.

En definitiva. Si buscas una pantalla de alta gama para jugar, y nada más, esta es desde ahora mi recomendación principal fuera de las resoluciones 4K. Para todos los demás, es un gran monitor, pero con importantes matices.

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