Dice el dicho, "quien mucho abarca, poco aprieta", y lo utilizo en este contexto para referirme a los juegos que quieren combinar varias propuestas o géneros en un sólo título, o como en el caso que nos ocupa, en los juegos pertenecientes a su saga. Porque así como combinar RPG con mundo abierto es como mezclar uvas con queso (que saben a besos), si tratamos de introducir una tercera variante, como la gestión de ciudades, se nos puede desequilibrar o diluir en exceso la propuesta.
Pero estos dos juegos firmados por The Wandering Band, y que pertencen a una misma saga, consiguen eso: que ninguna de sus partes esté desequilibrada en exceso y ofrecen una experiencia única, visualmente agradable y también desafiante y original; Airborne Kingdom y Airborne Empire son dos juegos en los que el aspecto RPG es la base de la experiencia, pero uno lo orienta mucho a la gestión de nuestro "personaje" en el juego -la ciudad que debe crecer y desarrollarse sin tocar el suelo- y el otro hace un mayor énfasis en la exploración del mundo en el que se desarrolla su trama. Todo al tiempo que debemos hacer que la ciudad crezca, descubra los motivos por los que el antiguo imperio del aire se "estrelló", y forjemos alianzas y convirtamos nuestras pequeñas aldeas voladoras en Imperios en el cielo.
Un Reino de gestion y un Imperio de exploración
El elemento que ambos juegos comparten es la ciudad flotante que de nosotros depende desarrollar vigilando factores tan originales como la inclinación de toda la "urbanística". Pensaréis que por el hecho de que estamos sobre las nubes y no hay un terreno que condiciones lo que podemos o no podemos edificar podríamos levantar lo que se nos antoje. Nada más lejos de la realidad, ya que la mecánica "estrella" de estos juegos es que debemos asgurarnos de que la ciudad no se nos caiga a ningún lado.

En ambos juegos, el mantener la ciudad "a flote" gira en torno al hecho de que podamos sustentarla recolectando carbón para alimentar los rotores que nos mantienen en el aire. Si añadimos estructuras adicionales para producir ciertos materiales, construir ciertas mejoras, o atender las necesidades de nuestros avícolas ciudadanos, en el caso de que no lo midamos bien, toda la estructura escorará hacia donde haya más peso. Y eso implica no sólo que se vea más "fea" por estar inclinada; la incomodidad de los ciudadanos hará que muchos pidan bajarse de la ciudad en la próxima urbe que visitemos en busca de recursos o para forjar alianzas mientras avanzamos por sus tramas.
No obstante, esa premisa básica puede variar mucho de uno juego al otro en esta saga. En Airborne Kingdom, el foco se centra especialmente en la correcta gestión de la ciudad flotante, en explorar el mundo y en conseguir los recursos que necesitamos no sólo para sobrevivir, sino para que las ciudades que encontramos en nuestro viaje se unan a nuestra causa. Por contra, en Airborne Empire (juego que cronológicamente se situa mucho tiempo después del primero) el foco pasa más a una aventura de estilo RPG de exploración en mundo abierto.

Seguimos teniendo que vigilar la disposición de nuestro incipiente Imperio Volador, pero en esta secuela se añade un componente de aceptar misiones de las ciudades que vamos encontrando, y de enfrentarnos a una facción enemiga que estaba ausente del original: los Piratas del Aire. Con lo que al hecho de "equilibrar" la ciudad ahora se suma el estar listos para repeler raids aereos -contra nosotros o las ciudades del suelo- teniendo que disponer de cazas o torres de defensa anitiaerea que despachen a estos bucaneros alados antes de que nos roben nuestros preciados recursos, destruyan estructuras vitales, o en el peor de los casos, nos derriben.
Un mundo por explorar y para muchas partidas
Pero en lo que más destaca este duo de juegos que combinan RPG, mundo abierto y gestión, es en el hecho de que son una experiencia relajante y que se renueva con cada partida que juguemos. Aunque en el aprtado técnico sean modestos, las vistas y la construcción del mundo en el que se desarrollan sus tramas están muy bien representadas; realmente da la sensación de que estemos en una ciudad que esta a cientos de metros sobre el suelo (lo que puede causar algo de vértigo a los más sensibles a las alturas, icnlsuo si su representación es algo básica).

La rejugabilidad es otra de las credenciales de estos juegos, pues los mapas en cada partida cambian, siendo el de Airborne Kingdom parcialmente procedural, y el de la secuela, Empire, mucho más aleatorizado y con sorpresas que puede que no viesemos en nuestra primera partida. Partida que en su caso, dada la naturaleza de que algunas misiones que debemos recoger hablando con los habitantes de las ciudades, se pueden resolver de formas distintas, e incluso proporcionarnos resultados y recompensas distinas. Con lo cual, hay motivos para volver a jugarlo una segunda, una tercera, o tantas veces como nos apetezca.
Si os recomendamos los dos a la vez es porque Airborne Empire es el más nuevo, pero todavía está en desarrollo, aunque ya avanzado y con muchas más características que las que había en su ya de por sí original y divertida demo que probamos el año pasado en Steam Next Fest. De ahí que, para familiarizaros con su cautivador mundo y original propuesta, quizás queráis empezar primero con Airborne Kingdom -experiencia ya completada al 100% en cuanto a desarrollo-, y posteriormente darle un tiento a Airborne Empire en Steam.
En 3DJuegos | Mi nueva vida rural es digital, y tengo un huerto que ni en Stardew Valley
En 3DJuegos | Ni siquiera sus creadores se acuerdan de él, pero es uno de los mejores juegos de estrategia y ciencia ficción de la historia
Ver 1 comentarios