Coincidiendo con el estreno en todo el mundo de la primera película de animación de Paramount Pictures, Rango, Electronic Arts tiene preparado para casi todos los formatos su adaptación a videojuego de dicho film. Y el resultado no es malo en absoluto.
A estas alturas todos sabemos lo que suele ocurrir con los juegos basados en licencias de películas: su calidad tiende a ser mediocre o incluso algo peor. Por eso mismo nos hemos llevado una pequeña sorpresa con esta versión doméstica de Rango. Y no porque ésta sea una obra maestra (para nada), sino porque simplemente se trata de un título bastante ameno, orientado eso sí a los más pequeños de la casa.
Variada acción
La historia que sirve como excusa para dar vida a la aventura tiene que ver con unas pequeñas piedras muy poderosas que el malvado de turno (en este caso Bill el Malo, “original” nombre donde los haya) quiere recolectar. Y como parece ser que eso sería muy peligroso, el Sheriff del pequeño pueblo Dirt debe impedirlo. Dicho Sheriff no es otro que el propio Rango, un curioso y simpático camaleón a quien le encanta contar historias sobre sus aventuras a sus amigos y residentes del pueblo y, de paso, exagerarlas un poquito. De hecho, cada uno de los niveles del título tiene lugar durante las “batallitas” narradas por el mencionado camaleón, característica que tiene su parte de gracia.
El desarrollo de las fases que componen la aventura es bastante variado. En esencia, Rango es una aventura plataformera que sigue las normas básicas del género: recolección de ítems (principalmente estrellas de Sheriff en este caso), secciones que ponen a prueba nuestra habilidad en el salto, etc.
Sin embargo, también se han incorporado otra serie de ingredientes que enriquecen sustancialmente la experiencia global del juego. Por un lado tenemos los momentos de acción, que vienen a ser una especie de shooter en tercera persona en el que únicamente tenemos que preocuparnos de acertar a los rivales ya que no podemos desplazar al protagonista, quien permanece fijo en un punto determinado del escenario. Estas secciones son relativamente amenas y rompen el ritmo del juego, si bien es verdad que no terminan de estar bien integradas en el conjunto.
Otro aspecto importante que merece la pena ser destacado son los niveles de persecución, fases que a nuestro parecer son las que mejor interpretadas están de todo el juego. En ellas debemos subirnos a algún que otro animal (desde murciélagos a una especie de avestruces) o incluso a naves OVNI, e ir superando diferentes obstáculos que van saliendo a nuestro encuentro, teniendo que eliminar por el camino a los enemigos que salgan a nuestro encuentro. Estas fases pecan de ser un tanto lineales y “sobre raíles”, pero añaden un puntito extra de interés y dinamismo a la jugabilidad.
Aún así es preciso señalar que el número de niveles que incluye el título no es muy alto, como tampoco lo es su dificultad. Por esto mismo pensamos que Rango es en una aventura orientada claramente al público infantil, si bien también puede ser disfrutado por los seguidores más acérrimos del género que busquen algo “light” y no demasiado complicado.
Gran interpretación
Los diálogos entre los personajes cobran una importancia sustancial en la aventura, pues gracias a ellos vamos enterándonos del argumento… y, de paso, echándonos unas risas con las ocurrencias y “vaciladas” de Rango. El doblaje que se ha implementado es realmente bueno, siendo una de las virtudes más plausibles que incorpora el título. Como consecuencia de este trabajo los personajes gozan de una acusada personalidad y hasta llega a ser fácil encariñarse con algunos de ellos. El resto de los efectos sonoros (como los disparos, golpes, etc.) son algo más discretos, pero tampoco desentonan. Y lo mismo sucede con la banda sonora, muy ambiental, con temas claramente inspirados en la música “country” y alguna que otra partitura de talante mexicano.
Gráficamente el título se sitúa claramente por debajo del apartado anterior. Y no porque este sea malo, sino porque simplemente es menos ambicioso -por decirlo de alguna manera- dejando prácticamente de lado la mayor parte del potencial técnico de las consolas actuales, especialmente PS3 y Xbox 360. Y es que, al margen de la consabida HD, las tres versiones principales del título (PS3, Xbox 360 y Wii) son muy similares, algo que habla muy bien del trabajo realizado en esta última máquina pero no tanto del efectuado en las otras dos. Es cierto que la estética consigue destacar (aun sin alcanzar niveles brillantes), pero el resto de los elementos (texturas, efectos lumínicos, animaciones…) son meramente funcionales.
En conclusión, nos encontramos ante una aventura especialmente recomendable para los más pequeños, quienes disfrutarán de personajes bastante “salados”, mucho humor y un desarrollo atractivo. El resto de usuarios, en cambio, la encontrarán demasiado “básica” y, sobre todo, “facilona”.
Sin llegar a despuntar en ningún apartado en concreto, esta versión interactiva de Rango se ha convertido en una aventura agradable y variada. La baja dificultad y el tono general de la misma la orientan claramente hacia un público infantil, que encontrarán en ella un título simpático, bastante jugable y ameno.
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