Mario Gómez
Editor SeniorLos MMO de supervivencia conforman uno de los géneros más prolíficos de Steam, pero diría que hasta ahora, estaban estancados: no sabría decirte si es un problema de escala, de presupuesto o de que rara vez vemos a creativos triple-A tratando de revolucionar la fórmula de alguna manera; pero lo cierto es que estos juegos, por muy divertidos que puedan llegar a ser, no me dicen nada verdaderamente fresco o estimulante. Dune: Awakening, en cambio, sí que me ha enganchado más.
Por si no estabas familiarizado con el tema, Dune: Awakening viene firmado por Funcom, el estudio noruego tras The Longest Journey, el MMO The Secret Worlds o el más reciente (y exitoso) Conan Exiles, que logró amasar unas cifras bastante altas para los estándares de sus autores e incluso del propio Steam por aquel entonces. Habiendo encontrado un hueco en el mundillo, ahora repiten estrategia adaptando el universo de ciencia ficción de Frank Herbert.
Impulsado por la popularidad de las películas de Denis Villeneuve para Legendary, el juego ha alcanzado cifras de escándalo en Steam, prácticamente cuadruplicando el pico histórico de su predecesor. No hay duda alguna de que estamos hablando de un lanzamiento descomunal, pero en 3DJuegos hemos tardado un tiempo en sacar el análisis y a estas alturas los índices de actividad en la plataforma de Valve se han estabilizado en unos 45 000 jugadores simultáneos. ¿A qué se debe esto?
Un Arrakis en el que merece sumergirse
Principalmente, a que Dune: Awakening es un juego con varias fases muy marcadas; y si bien las primeras se pueden resumir como super disfrutables, cuando uno llega a lo que corresponde al área endgame la cosa cambia mucho. Para mal. Y hasta que Funcom implemente novedades de peso para lo que tal vez sea la recta final más absurda que recuerdo en mucho tiempo, tocará conformarse con lo que de cualquier otra manera es un viaje excelente al planeta Arrakis.
Con sus más y sus menos, si algo se le da bien a este juego, eso es imprimir una personalidad imborrable a todas las cosas que hace. Tanto la exploración como el combate están llenos hasta los topes de particularidades e interacciones que merece la pena descubrir: desde hacerse al funcionamiento del característico escudo Holtzmann hasta gestionar las horas del día y las herramientas que vas a necesitar si lo que quieres es recolectar agua en el desierto.
Y ahí es donde radica ese disfrute: en un sandbox rico y con personalidad, que hace las cosas a su manera, y que sabe reinventarse constantemente a través del diseño del mapa. De forma ilustrativa, la partida comienza en la cuenca de Hagga en medio del desierto. En este punto, el propio mapeado está diseñado de tal manera que te obliga a aprender a sobrevivir. Te tiene todo el rato aprendiendo lecciones básicas de supervivencia al estilo de "evita el calor" o "no pises las dunas".
Una de las cosas que me gustan de Dune: Awakening es que se hace respetar de una manera visceral, de modo que si no prestas atención te enfrentarás a cosas como una tormenta de arena que impone muchísimo si arrastras la cámara hacia arriba cuando está cerca, y si eres lento cruzando el desierto te empezará a perseguir el Shai-Hulud inmortal, o te darán caza los poderosos Sardaukar. Son amenazas grandes e imparables, emocionantes y divertidas.
Combinar poderes y artefactos es importante para combatir y hasta para moverte.
Personalmente, diría que ahí es donde mejor me lo he pasado: aprendiendo a desenvolverme sin usar guías para optimizar el progreso. Construyo una base modesta, estudio la tecnología a mi disposición, me figuro qué clase de módulos necesito y viajo de un lado para reunir materiales enfrentándome a los obstáculos que se me presentan. Es un ciclo simple, pero efectivo, en el que muchas veces se te presentan cosas que no planeabas y que siempre son interesantes.
Los eventos naturales del mundo no son solo pasajeros: son emocionantes y espectaculares
El juego tiene una de las mejores experiencias "minuto a minuto" del género con una orografía variada, un reparto inteligente de las bases de enemigos y muchos elementos de jugabilidad emergente. Pero como decía, la progresión también va evolucionando: eventualmente tienes todo lo que necesitas para viajar a una región en la que se pueden recolectar materiales más avanzados, y el nuevo mapa en el que te encuentras cambia acorde con ello.
La capital de Arrakeen, por ejemplo, es un entorno plenamente comercial lleno de NPC que hacen las veces de mercaderes; mientras que Carthag es una zona salvaje y mucho más vertical porque es más o menos cuando puedes construir vehículos avanzados como el ornitóptero para explorar. A cambio, las cavernas plantean un desafío para navegar por allí sin chocarte con nada. Incluso el tono general vira hacia el mundo del rol cuando entras en las facciones y la diplomacia.
Un combate único, resuelto a medias
Llegados a este punto, merece la pena hacer un inciso para hablar del combate. Porque si bien comienzas lidiando únicamente contra grupos minúsculos de bandidos, más adelante exploras mazmorras completas con un diseño de niveles concienzudo en los que debes encontrar llaves y lidiar con enemigos de diferentes arquetipos. A veces, también aceptas contratos que te llevan a desafiar bases enteras. ¿Qué tal se le dan estas cosas al juego?
En mi opinión, el asunto está a medias. Por un lado, veo claramente que Dune: Awakening da un enorme paso hacia adelante tratando de implementar un sistema de combate único que encaje bien con el material original, y lo cierto es que sí consigue alejarse mucho de lo que entenderíamos por "genérico" en otros muchos juegos del estilo; pero al mismo tiempo, te diré que la IA enemiga solo funciona gracias a la presión de grupo y al diseño del escenario.
Este es uno de esos juegos en los que la IA suele trabarse con la geometría del escenario, o la naturaleza online del entorno hace que actúe con retardo. Son cosas que se notan mucho y afean bastante el resultado final, y otro punto que tampoco me gusta nada a título personal es que a esto le falta peso e impacto: tanto tu personaje como los enemigos flotan por el escenario, casi sin conexión con el suelo ni transmitir drama a través de las animaciones.
No creo que este juego deba de hacerte sentir como un tanque andante ni mucho menos, pero creo que le vendría bien revisar ciertos efectos de la cámara, los gráficos y el sonido para darle un empujoncito en este sentido. Dicho esto, la realidad es que cuando contextualizamos la acción dentro de un escenario el juego gana muchos enteros porque como te decía, el diseño de niveles es bueno y esto tiene unos pocos arquetipos de enemigos que cumplen en grupo.
El combate cuerpo a cuerpo es mucho más importante de lo que parece.
Los enfrentamientos de Dune: Awakening no abundan, pero cuando te enfrentas en solitario a un grupo, entras en una dinámica de tensión en la que te tienes que andar con mil ojos, y eso sí es divertido. Ciertos oponentes usan escudos y luchan en cuerpo a cuerpo, pero si bajan el escudo momentáneamente para disparar te los puedes llevar por delante mucho más rápido. Otros disparan a media distancia, y algunos son más pesados y te aniquilan si te pillan en un mal ángulo.
Entonces no te queda más remedio que pensar muy bien en cómo vas a posicionarte para no resultar herido, porque esas curaciones llevan un tiempo y consumen recursos; y te sientes naturalmente inclinado a cambiar de arma todo el rato para adaptarte a los desafíos que van surgiéndote sobre la marcha. A veces, los enemigos se juntan con las minas o aparecen en varias direcciones a la vez.
Y las propias mazmorras suelen tener diseños interesantes que combinan el combate con rompecabezas o secciones de plataformeo, a menudo recompensando tu curiosidad con cofres que realmente se agradecen y te ahorran tiempo de reunir materiales —o dinero, si prefieres comprarlos. Algunas habilidades incluso sirven para ponerte la travesía mucho más fácil, por lo que seguir jugando cambia de verdad la manera en la que luchas o te desplazas. Es casi como tener hacks.
Todo eso es cierto para el PvE, pero desafortunadamente el PvP no sale tan agraciado. La recta final del juego, que se ambienta en las profundidades del desierto y es una fuente de materiales para fabricar los mejores ornitópteros, está tremendamente vacío en el momento de escribir estas líneas: solo tiene unos pocos puntos de interés reciclados y los enfrentamientos entre jugadores transcurren casi en exclusiva en estos vehículos aéreos por miedo a los gusanos del suelo.
No entiendo muy bien qué clase de jugabilidad estaba planteando Funcom con esto. Es cierto que la Landsraad, la trama política que se disputa las reglas de cada servidor, es una buena idea a nivel de progresión; pero estos enfrentamientos no están en absoluto a la altura y esa es la razón principal por la que la gente abandona el juego. En el momento de escribir estas líneas, eso sí, los desarrolladores reconocen estos problemas y trabajan en medidas como mejorar la construcción en esa zona.
Imagino que con el tiempo, Dune: Awakening tendrá un contenido endgame a la altura del resto del juego. Pero ese momento está lejos del lanzamiento y quizá tardemos unas cuantas actualizaciones de contenido en verlo en su estado ideal. Pelear en ornitópteros está bien, pero no puede ser que sea lo único que haya. Todo lo que viene antes es mucho más fresco e interesante.
Flexible con las demandas de hardware
A nivel técnico, te diré que Dune: Awakening usa el motor Unreal Engine 5. Y con eso, deberías hacerte una idea aproximada de lo que puedes esperar de él. No es algo que puedas correr con facilidad en un portátil o una tarjeta gráfica de hace más de una década, y definitivamente tampoco lo tienes fácil con una más moderna si deseas sacarle partido a funciones como Lumen.
Dicho esto, en lo personal he estado disfrutando del juego a 100+ FPS de media jugando a 1440p con una RTX 5070 Ti y un Ryzen 9 9950X3D usando la generación de fotogramas construida directamente en la pestaña pertinente del menú de configuración. Si le echas un vistazo, deberías tener suficientes opciones como para amoldar los gráficos a las posibilidades de (casi) cualquier hardware especializado. Es más fácil adaptarlo hacia abajo que hacia arriba.
Lejos de conformarse con adaptar bien el material original a un mundo abierto genérico, Dune: Awakening eleva el listón de los MMO de supervivencia con un combate más elaborado y toda clase de particularidades que resultan emocionantes de descubrir y experimentar por primera vez. No todo sale igual de bien, claro, pero el cómputo general es tan bueno que resulta difícil imaginar que alguien no salga contento de ahí. Solo hay una decepción real, pero es una de peso: el material 'endgame' se queda muy pero que muy corto de salida.
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