El detective más famoso del mundo se enfrenta a su peor pesadilla en The Testament of Sherlock Holmes. Una gran aventura gráfica que nos ha conquistado con sus desafiantes rompecabezas, su fantástica puesta en escena, y el gran respeto que profesa al legendario personaje literario de Sir Arthur Conan Doyle.
Sesuda como pocas y con un desafiante diseño de sus rompecabezas, The Testament of Sherlock Holmes se ha convertido en una de las aventuras gráficas que más nos han hecho disfrutar en lo que va de año. La fidelidad que profesa a la obra literaria de Sir Arthur Conan Doyle, y la enorme importancia que se le ha dado a aspectos como la investigación científica o la capacidad deductiva de este mítico personaje, son solo parte de los ingredientes que han permitido a los creadores de Sherlock Holmes VS Jack el Destripador, Frogwares, dar vida a un título tan recomendable como este.
El Holmes más oscuro
Ambientado en el Londres de 1898, este nuevo juego de Sherlock Holmes nos presenta una de las visiones más oscuras de este popular detective, que no solo tendrá que enfrentarse a un peligroso asesino, sino también a Scotland Yard, la sociedad londinense, e incluso a su fiel compañero Dr. Watson, que llegado el momento dudará incluso de las acciones del propio Holmes. ¿Cuál es el detonante de esta situación? Una serie de artículos periodísticos en los que se acusa de fraude al protagonista de esta aventura, que tendrá que lidiar con esta campaña de difamación como mejor sabe: resolviendo misterios.
De esta forma, y sin entrar en detalles del argumento, The Testament of Sherlock Holmes juega muy bien sus cartas planteando un montón de enigmas, relacionados entre sí por un salvaje asesinato, que nos mantendrán en vilo durante las quince horas que puede llevarnos resolver el caso. Lo que más nos ha gustado, sin embargo, es la fidelidad con la que se han trasladado los métodos de investigación de este personaje literario al desarrollo de la acción.
Y es que estamos, sin duda, ante una aventura muy sesuda y variada, en la que tan pronto podemos pasar de estar resolviendo los clásicos puzles relacionados con el uso del inventario y la interacción con los escenarios, a buscar pistas en el escenario de un crimen para elaborar hipótesis que expliquen qué ha pasado en el lugar, interrogar a testigos, o realizar trabajos puramente científicos como el análisis de pruebas.
Todo ello con el genuino estilo Holmes, que también tendrá que enfrentarse a complejos rompecabezas basados en juegos matemáticos, pruebas secuenciales, detección de pistas… en definitiva, todo lo que esperaríamos del detective más famoso del mundo. En este sentido, destaca la lógica aplastante que impera durante toda la partida, en la que nunca sentiremos que se nos plantean retos fuera de lo común o rebuscadamente difíciles. Más bien, al contrario, estamos ante una aventura construída alrededor de grandes misterios que solo resolverán los jugadores más pacientes que sepan leer entre líneas todas las pistas dispuestas en las escenas del delito.
Las pruebas deductivas son, en este caso, uno de los mejores ejemplos de ello. Básicamente, porque habrá que formular una hipótesis completa acerca de lo que ha ocurrido en la escena de crimen, respondiendo a varios interrogantes con tres opciones cada uno de ellos. Acertar en todas estas preguntas será vital para avanzar en la trama, lo que no siempre es fácil dado lo críptico de algunas pistas. En este sentido, habría estado bien contar con un sistema de ayuda más útil que el presente, puesto que Watson pocas veces sabrá responder a nuestros interrogantes -a veces incluso nos cuestiona acerca de lo que debemos hacer-.
Un problema que se agrava en determinados rompecabezas, bastante lógicos una vez entiendes su mecánica de juego, aunque excesivamente parcos en detalles que expliquen su funcionamiento. Algo que hará que superemos algunos de estos desafíos más por insistencia, probando alternativas, que por lógica deducción, que sería lo más deseable.
Escenario del crimen: Londres
Para dotar de mayor variedad a la aventura, los chicos de Frogwares también nos permiten controlar al Dr. Watson en momentos muy puntuales de la partida; e incluso tomar las riendas del simpático perro de Sherlock Holmes, Toby, al que usaremos para detectar pistas gracias a su olfato. Ciertamente, la jugabilidad no varía ni un ápice en estos casos, aunque nos permite obtener una perspectiva distinta de la ciudad de Londres de finales del siglo XIX.
Tampoco queremos olvidarnos de esos retazos de libertad que brinda esta aventura gráfica, en la que habrá momentos donde podremos decidir el lugar que visitaremos para proseguir la investigación; o directamente recorrer libremente las calles de la mítica Whitechapel (uno de los barrios pobres de Londres) en busca de pistas. En este caso, con un sistema de control que se asemeja al de las tradicionales aventuras en tercera persona, si bien es cierto que también puede disfrutarse de la acción con una vista subjetiva o, en el caso del PC, mediante un sistema de cámaras fijas adaptadas al clásico point & click.
Pero si aquí hablamos de libertad, precisamente ocurre lo contrario en lo que se refiere al sistema de diálogos, demasiado encorsetado en unas pocas respuestas prefijadas y con poco peso en el desarrollo de la aventura. Las pruebas deductivas, además, no dan pie a que cometamos errores. O acertamos o no lo hacemos, restando cierto atractivo al conjunto final. Por otro lado, el análisis de las escenas del crimen también resulta bastante restringido a unos patrones fijos, impidiéndonos abandonar los escenarios hasta haber detectado en ellos todas las pistas. Un detalle que a nosotros no nos parece del todo negativo, aunque más de uno habría preferido la opción de escapar dejándose por el camino pistas sin detectar (como en L.A. Noire).
Por otra parte, The Testament of Sherlock Holmes estrena un motor gráfico completamente tridimensional que ha permitido al equipo de Frogwares recrear con buen nivel de detalle las dos caras de la ciudad de Londres en 1898. Por un lado, la suntuosa y resplandeciente zona adinerada de la capital. Por otro, los oscuros y deprimentes bajos fondos, con especial mención al ya citado barrio de Whitechapel, donde Jack el Destripador hizo de las suyas. En total, una veintena de localizaciones bien trabajadas, pero en las que se echa en falta una mayor libertad de exploración.
En este caso, destaca la crudeza con la que se han recreado los asesinatos, permitiéndonos incluso examinar al detalle los cadáveres para extraer pistas. La variedad de localizaciones y la notable ambientación del juego son también dos de los grandes atractivos de esta aventura gráfica que nos atrapará desde el primer minuto con su enigmático argumento y puesta en escena.
Como punto negativo hay que resaltar las robóticas animaciones de los personajes, y lo hierático que resultan sus expresiones faciales. Dos detalles que le restan cierto atractivo a un conjunto visual que, por todo lo demás, se encuentra a un muy buen nivel. El apartado sonoro cumple con su cometido sin grandes alardes, con unas melodías no especialmente inspiradas y algo repetitivas y un doblaje al inglés discreto. Los textos en pantalla están traducidos al castellano.
Con bastantes referencias a las novelas de Sir Arthur Conan Doyle y un enorme grado de fidelidad a los métodos de trabajo de Sherlock Holmes, estamos ante una gran aventura gráfica con la que disfrutaremos mucho. Su argumento, el diseño de sus rompecabezas o la posibilidad de encarnar a uno de los detectives más famosos del mundo son solo parte del encanto de este título que aun con sus fallos, continúa siendo una compra muy recomendable.
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