Análisis de Far Cry 3 Blood Dragon

Análisis de Far Cry 3 Blood Dragon
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Si tienes espíritu ochentero. Si adoras el más casposo cine de acción y ciencia ficción de hace treinta años. Si eres fan de los shooters más genialmente descerebrados... Blood Dragon es tu juego. Far Cry 3 se viste de serie Z y VHS, y suena a sintetizador y a diálogos absurdos con una propuesta frenética e hilarante, que sabe no tomarse en serio absolutamente nada de lo que pone sobre la mesa.

Desde el anuncio de Blood Dragon hemos visto una amalgama de reacciones digna de estudio. Por un lado ha habido muchos aficionados, generalmente jóvenes, que han recibido con escepticismo a este lanzamiento descargable: cuestionando incluso el hecho de que lleve las palabras Far Cry 3 consigo. Por otro encontramos a un perfil de público de una cierta edad que ha vivido todo lo que el juego de Ubisoft satiriza en este lanzamiento, esencialmente elementos de la cultura popular de la década de los 80, y que ha seguido con inusitado interés su desconcertante punto de partida.

¿Por qué tanto revuelo? Principalmente porque, como muchos ya sabrán, el producto es principalmente una parodia, un título que emplea el fenomenal armazón jugable del propio Far Cry 3 para crear una promesa divertida, desenfadada y plagada de homenajes que sin duda los veteranos agradecerán. Libertad de movimientos, misiones alocadas y un protagonista carismático, chulesco y cargado de sorna son las claves de esta breve e impetuosa aventura que no ha querido dejar indiferente a nadie y que podemos superar en unas seis horas.

Colt, Power Colt
Blood Dragon nos pone en el pellejo de Rex "Power" Colt. ¿Quién se oculta bajo ese imposible nombre? Un supersoldado de un "futuro" ambientado a finales del siglo XX que tiene la misión de salvar la humanidad de un jocoso villano en un planeta Tierra post-apocalíptico devastado por la guerra nuclear. Este ejército de máquinas de matar cibernéticas al que pertenecemos es creado en serie, y tiene como punta de lanza a nuestro protagonista que, acompañado por su inseparable compañero Spider, lleva a cabo una misión de auténtica vida o muerte.

Con esa base tan tópica, planteada de este modo con entera premeditación por cierto, sirve de punto de partida para un juego en el que la narrativa tiene mucha importancia a pesar de lo poco en serio que se la toma. Todo se nos cuenta a través de viñetas en movimiento acompañadas de voces al más puro estilo cómic interactivo, y ese es uno de los grandes puntos fuertes del título en cuanto a guión, puesto que ayudan a construir esa robusta identidad que atesora el programa. Las frases más estereotipadas de camaradería militar tienen, por supuesto, su hueco, con todas esas sentencias tan manoseadas que hemos oído mil y una veces en películas de género; sin embargo todo está tratado con un sentido del humor y un ansia de tomárselo todo a broma que resulta muy refrescante.

Blood Dragon nos pone en el pellejo de Rex "Power" Colt, la única esperanza de la humanidad en un oscuro futuro.
Blood Dragon nos pone en el pellejo de Rex "Power" Colt, la única esperanza de la humanidad en un oscuro futuro.

Trataremos con personajes como el propio Spider o la Doctora Elizabeth Darling, ya sea en persona o a través de la radio, y nuestros diálogos con ellos irán más allá del mero intercambio de instrucciones para seguir hacia delante. El motivo está relacionado con Rex: que replica y tiene contestación para todo lo que se le dice, casi siempre con palabras soeces y mal encaradas, pero siempre divertidas y a menudo capaz de dibujarnos una sonrisa en el rostro. Lo cierto es que ya sea por lo desenfadado que es lo que se nos cuenta, o por las escalada de situaciones absurdas que vamos a vivir, es difícil no sentir simpatía y gancho por el guión del título.

A final de cuentas la estructura es la misma que en Far Cry 3, con bloques de misiones principales, instalaciones aliadas y con abundantes entretenimientos secundarios para romper con el esquema. Así no nos llevará demasiadas horas superar los encargos principales, aquellos que hacen avanzar la historia, puesto que su número es breve y no resultan demasiado difíciles, pero si logramos sentir interés por todas las alternativas que ofrece a su alrededor y por la exploración de su mundo, sí le sacaremos buen jugo a todos los contenidos que oferta el producto. El mapa, en esencia, es muy parecido al del shooter tropical y cuenta con la misma disposición de ofrecer bases militares, patrullas itinerantes, distintos tipos de fauna... Todo al estilo Blood Dragon.

Y es que para algunos paladares que sólo echen un vistazo rápido al título, éste puede dar la sensación de que el juego no es sino un mero skin de la aventura del propio Far Cry 3. Sin embargo la más mínima exploración nos hace darnos cuenta de que esta sensación es algo engañosa. Cierto que el nuevo lanzamiento recicla infinidad de elementos del shooter del año pasado, sin embargo también ofrece nuevos conceptos, enemigos inéditos, todo el arco de misiones que debutan y, por supuesto, los dragones que le dan nombre al juego.

Las misiones principales incluyen objetivos de sabotaje, protección, limpieza... Un clásico abanico de estilos, algo exiguos en cuanto a duración, pero muy objetivos.
Las misiones principales incluyen objetivos de sabotaje, protección, limpieza... Un clásico abanico de estilos, algo exiguos en cuanto a duración, pero muy objetivos.

El Año del Dragón
Tras comenzar Blood Dragon y superar su tutorial, especialmente prolongado y jocoso por cierto, el juego abre sus posibilidades ante nosotros. Podemos llevar a cabo un buen número de tareas, y es precisamente por eso por lo que el juego resulta muy divertido. Antes de dar paso alguno hay que planificar nuestros movimientos al igual que lo hacíamos en Far Cry, así que el paso por las tiendas de munición para cargarnos de balas, chalecos y botiquines, la exploración del escenario con los prismáticos o la mejora del personaje son aspectos fundamentales. Debemos dejar claro que el sistema de progresión, como el resto de elementos del título, es en este videojuego digital algo mucho más sencillo, y es que si bien todo se desbloquea con la experiencia que obtenemos por matar enemigos o cumplir misiones, también es cierto que lo que se libera es de forma automatizada, sin posibilidad alguna por nuestra parte de personalizar el siguiente aspecto a incrementar.

Todo queda encaminado a cumplir las misiones, que huelga decir que son el plato fuerte. En ellas es donde más brilla el sentido del humor, donde sin ningún tipo de sonrojo Ubisoft rinde culto de forma divertidísimamente grosera a películas como Terminator, Aliens: El Regreso, 1997: Rescate en Nueva York, y una larga retahíla de otros grandes hits cinematográficos de los 80. Se trata casi más de parodias cariñosas que de homenajes llevados a cabo con escrupuloso respeto, así que lo que el usuario debe esperar son bromas de trazo grueso llevadas a cabo con toda la chulería y el estilo retro de nuestro protagonista en cada palabra que pronuncia o en cada gesto obsceno que lleva a cabo.

Los encargos secundarios, por otra parte son bastante más estandarizados y no cuentan con nexo argumental o con distintas propuestas jugables. Sencillamente se trata de liberar fortalezas enemigas, de cazar criaturas o de participar en las pequeñas refriegas que encontraremos aleatoriamente en nuestros paseos por los escenarios, entre otras actividades. Son entretenimientos, como decimos, agradables y enriquecedores a la hora de vaciar adrenalina, prolongar la vida útil del juego y encontrar cosas que hacer en un universo grande y que podemos recorrer con libertad.

De hecho los vehículos, en esencia, son los mismos que los de Far Cry 3, con la misma oferta de medios de desplazamiento para movernos por tierra, mar o aire. Todos traen consigo alguna pequeña revisión en términos de diseño, pero su comportamiento y especificaciones son las mismas. La conclusión es muy parecida para las armas, y es que la mayoría parecen sencillas versiones ligeramente retocadas de las que ya conocíamos. Así tenemos la típica ametralladora, con una tasa de disparo muy inferior a la de su predecesor, pero también las muy útiles y retocadas pistolas; así como escopetas recortadas, lanzallamas, arcos o demoledores rifles de francotirador con explosivo plasma... Eso sí, a pesar de lo ruidoso que es Blood Dragon, la verdad es que el sigilo es tan útil para Colt como lo era para Jason en su momento, y permite de salida maniobras tan espectaculares como el encadenado de ejecuciones silenciosas o el lanzamiento de estrellas ninja después de acabar con algún enemigo sin levantar sospechas.

Las armas y accesorios del juego no ofrecen demasiadas sorpresas. El clásico catálogo de arsenal de fuego rápido, rango cercano, lejano, granadas, minas, etcétera...
Las armas y accesorios del juego no ofrecen demasiadas sorpresas. El clásico catálogo de arsenal de fuego rápido, rango cercano, lejano, granadas, minas, etcétera...

Los grandes protagonistas, sin embargo, son los dragones que dan nombre al juego. Se trata de gigantescas criaturas cibernéticas que se unen a la fauna de bestias que ofrecen las vastas praderas del juego. Es fácil encontrarlos, por su gigantesco tamaño, y cuando aparecen siembran el caos haciendo que facciones que son fáciles de encontrar peleando entre sí en los escenarios se olviden de sus diferencias y se centren en tratar de acabar con estos peligrosos rivales tanto en el cuerpo a cuerpo como desde la distancia. Al margen de algún giro en su comportamiento propiciado por el guión, éstos son ciegos y se guían por el sonido, de modo que es relativamente fácil esconderse de ellos e incluso utilizarlos a nuestro favor lanzándoles a modo de anzuelo los corazones de nuestros enemigos que les robaremos al morir. El sistema funciona y nos deja algunos buenos momentos, que se ven únicamente lastrados por una IA en general deficiente tanto para los imposibles reptiles como para el resto de fauna e incluso los inoperantes y a menudo despistados soldados de infantería enemiga.

El Futuro -Gráficos y Tecnología-
Desde la óptica visual, Blood Dragon es un videojuego muy llamativo. La base gráfica es, como en el resto de aspectos del programa, la heredada directamente por el brillante legado de Far Cry 3, lo que supone que todo el terreno que pisamos tiene un aspecto francamente bueno. La diferencia estriba en que aquí el conjunto ha sido pasado por un adecuado filtro de estilo ciencia ficción-retro que plaga sus horizontes de focos de luz, su cielo de un tono rojizo y las estructuras de las bases enemigas de unos diseños netamente futuristas.

Los Dragones de Sangre son uno de los grandes titulares del videojuego. Poder usarlos a nuestro favor será clave para sobrevivir.
Los Dragones de Sangre son uno de los grandes titulares del videojuego. Poder usarlos a nuestro favor será clave para sobrevivir.

Las diferencias se hacen más patentes en interiores que en los vastos exteriores, y es que la dirección artística es uno de los puntos fuertes en determinadas áreas para hacer que el juego goce de esa tan fuerte identidad que exhibe: una idiosincrasia visual que permite hacernos una idea del juego que estamos viendo con sólo echar un rápido vistazo a las imágenes o vídeos del programa. Los personajes, por otra parte, cuentan con un trabajo bastante aceptable a sus espaldas, menos ricos en cuanto a variedad que el anterior juego, pero con buenos modelados y diseños algo reiterativos y no particularmente inspirados, pero definitivamente cumplidores.

Los efectos visuales, por su parte, rayan a buen nivel, y hacen gala de todo lo que tiene que ver con el tratamiento de estilo retro que muestra el programa en todos los aspectos. El fuego y las explosiones, por ejemplo, son impecables, ofreciendo imágenes muy del estilo de los ochenta para mostrar su aspecto en pantalla. Sin embargo a nivel tecnológico los resultados son algo peores y, en líneas generales, hacen gala del tipo de tratamiento algo menos cuidado que se puede esperar de un juego de mundo abierto como el que nos ocupa. Algunas técnicas de renderizado tardan algo en mostrar texturas detalladas para ciertos objetos de repetición, produciendo un efecto de granulado algo extraño según nos vamos acercando a ellos. Algo especialmente notorio en unas versiones de consolas que tampoco cuentan con el buen tratamiento de sincronía vertical que sí atesora la edición de compatibles. Algunos bugs de diversa consideración, y las ya mencionadas deficiencias en cuanto a la inteligencia artificial, consolidan un apartado algo más discreto que el resto de partes del título.

Los efectos visuales son uno de los factores clave del juego. Explosiones y fuego están tratados con un rico estilo retro de muy buen aspecto.
Los efectos visuales son uno de los factores clave del juego. Explosiones y fuego están tratados con un rico estilo retro de muy buen aspecto.

En cuanto al sonido el conjunto del audio es muy robusto. La banda sonora, hecha a golpe de sintetizador de hace tres décadas, es fantástica y muy inspirada, con una serie de partituras de una gran calidad: exactamente lo que esperábamos. El juego permite disfrutarse en versión original (el legendario ídolo venido a menos Michael Biehn pone la voz del héroe), o de la localización a nuestro idioma en un doblaje de buen nivel, con mención especial para las hilarantes voces con "vocoder" de nuestros oponentes. Los efectos de sonido, por último, rayan a muy buena altura.

Excelente

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Por: El equipo de 3DJuegos
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Blood Dragon ofrece exactamente lo que prometía: entretenimiento descerebrado y rápido que rinde culto a los clásicos de acción de los 80. Aliens, Terminator o 1997: Rescate en Nueva York desfilan ante nuestros ojos en hilarantes parodias dentro de un juego muy divertido, del que sólo hemos echado en falta algo más de duración y un mayor nivel de pulido. Un homenaje poco menos que imprescindible para la generación del VHS.

Jugadores:
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