La parrilla aumenta, las motos ocupan su lugar junto a los karts y los Miis esperan ansiosos desde las gradas a que el semáforo se ponga en verde. Sólo faltas tú y tu volante, porque el resto de corredores, procedentes de todos los rincones del planeta, ya están preparados para compartir las carreras más disparatadas de Nintendo una vez más.
Más de quince años de carreras locas a bordo de karts y, a pesar del tiempo, la esencia de la saga se mantiene intacta. Desde Super Nintendo a Gamecube y pasando por Nintendo 64 (sin contar las portátiles), Mario, sus amigos, y también sus enemigos, nunca dudaron en subirse a unos bólidos que nos han dado las que son, a día de hoy, las carreras más inverosímiles y disparatadas que haya visto jamás el mundo de los videojuegos. Por ello la saga sigue viva y por ello, una vez más, podemos seguir disfrutándola en un nuevo sistema Nintendo.
Wii es la máquina destinada a recibir los derrapes, los adelantamientos y las jugarretas más sucias dentro de una versión que recoge todos los elementos jugables que han ido construyendo los de Kyoto desde el primer Mario Kart (1992). Pero no todo es antiguo. En su continuo propósito de mezclar elementos del pasado con nuevas propuestas, Nintendo nos da el Wii Wheel, un periférico diseñado específicamente para convertir al wiimote en un volante capaz de poner a las masas sobre la pista de carreras.
Wiimote, el mejor volante de Nintendo
Mario Kart Wii es la clara intención de los japoneses por hacer que todo aquel que siempre deseó ponerse a manos de estos divertidos karts pueda hacerlo ahora girando su wiimote para tomar las curvas. El resultado ha sido un control más preciso del esperado y que casi iguala en exactitud al que puede experimentarse a través de las hasta tres posibilidades adicionales de manejo que ponen a nuestra disposición las carreras de Mario y compañía: el controlador de Gamecube, el mando clásico de Wii y el binomio wiimote-nunchuk.
Con este abanico de posibilidades, es difícil quejarse de la mayor dureza en la dirección de los monoplazas, los cuales se verán obligados a derrapar pero sin hacer posible la conocida y mal reputada técnica del "snaking", la cual causó auténtico malestar entre aquellos que querían igualdad y competitividad en las carreras multijugador online del excelente Mario Kart DS. En este sentido, la nueva entrega de los vehículos a motor de Nintendo ha progresado aunque, como veremos, también presenta algún que otro pequeño inconveniente.
¡Vuelven los monoplazas!
Para definir de una manera rápida y precisa a Mario Kart Wii, tendríamos que irnos muy atrás en el tiempo, puesto que la apuesta del videojuego arranca de sus orígenes más remotos. No obstante, los elementos más recientes podemos encontrarlos hace escasos años en Mario Kart: Double Dash!!, aquel experimento jugable para Gamecube que nos puso a dos personajes dentro de un mismo vehículo con el fin de ganar las disparatadas carreras que, hasta el día de hoy, mejor se han visto gráficamente en una máquina Nintendo.
Bajando a uno de los ocupantes y cambiando a los biplazas por los monoplazas, Wii no mejora sustancialmente el apartado visual de aquella obra. Por tanto, aquí podemos y también debemos hacer un paralelismo que sólo encuentra un punto de discordancia en la ventaja que tiene la sobremesa blanca para representar mejor la lejanía de los escenarios y un, verdaderamente, profundo paisaje que será muchas veces objeto del recurrente pero elegante efecto "blur" representado a lo largo de 32 divertidos circuitos.
Imitando el éxito de Mario Kart DS
Aunque un videojuego siempre nos entre por los ojos, en un título como Mario Kart debemos de sentar prioridades y empezar a hablar de un apartado que influye más en la diversión que unas cuidadas animaciones, unas correctas texturas o una sensación de velocidad contenida pero suficiente. Evidentemente, nos referimos a la jugabilidad y, en el caso particular de este videojuego, a esa simbiosis entre pasado y presente que ya pudimos comprobar a través de una obra tan exitosa como Mario Kart DS.
Efectivamente, para completar nuestra definición de Mario Kart Wii sólo nos falta echar mano de este fenómeno interactivo que logra vender consolas por sí solo. De hecho, y echando un vistazo a las cifras de ventas, era muy predecible que los desarrolladores intentaran repetir la experiencia con un título que, al igual que aquel Mario Kart DS, nos da 16 circuitos nuevos y otros 16 trazados clásicos a los que se suman unas posibilidades online capaces de mantenernos frente a la pantalla durante horas seguidas.
La carrera continúa en los circuitos online
Es cierto que se ha caído alguna que otra modalidad presente en anteriores entregas, como aquel Grand Prix a dos jugadores (de pantalla partida), el cual era realmente desafiante y divertido. No obstante, hay otras muchas características que sí se mantienen: varios vehículos por protagonista (en concreto, seis), un gran elenco de corredores (también se suman los Miis, que los veremos incluso en las gradas animando), ítems (con novedades como una seta que nos hará gigantes) y una variedad de modalidades de juego a las que se suma el Canal Mario Kart, que servirá para retar a pilotos fantasmas, comparar rankings o participar en concursos.
Este canal es prácticamente la única novedad dentro de un repertorio que sigue apostando tanto por el jugador individual como por las "partys" improvisadas donde hasta cuatro wiimotes pueden competir en carreras y batallas de globos que se disputarán, si lo queremos, por grupos de usuarios. No obstante, tal vez la opción más interesante de cara a la diversión sea conectarnos a Internet y, con la compañía de un amigo (también podemos hacerlo solos) ponernos a disputar carreras y batallas hasta que alcancemos el límite de 12 jugadores simultáneos.
Mario Kart deja su estela en Wii
El modo online funciona a la perfección (incluso nos hace ver como espectadores una carrera online hasta que llegue nuestro turno) y supone la más tonificante alternativa a un modo para un jugador que se ha quedado un tanto descafeinado. Eso al menos si es que no tenemos en cuenta a su modalidad estrella, presente en todos los Mario Kart hasta la fecha: el conocidísimo Grand Prix, que con sus tres cilindradas (50cc, 100cc y 150cc) y sus ocho copas salvan al jugador solitario de quedarse apantanado por las demasiado típicas modalidades Contrarreloj, Versus y Batalla. Se echaba de menos algo más de aire fresco en este sentido.
Y es que se esperaba algo más de este Mario Kart Wii. Sin embargo, no podemos quejarnos en exceso. La jugabilidad sigue siendo endiabladamente buena y el discurrir de las carreras es tan caótico como siempre. La esencia de la diversión que hizo grande al videojuego está presente, tal vez con alguna modalidad menos, pero no tampoco sin alguna novedad que, además de traernos un apartado online realmente trabajado, suma motos, un apartado visual ligeramente remozado y muchos circuitos nuevos a una experiencia Mario Kart que sigue dejando su estela allá por donde pasa.
Mario Kart es siempre sinónimo de diversión y el caso de esta nueva versión para Wii no iba a ser diferente. Además de un nuevo control que imita el funcionamiento de un volante, de un apartado visual mejorado, de nuevos circuitos y de más corredores por parrilla, Nintendo nos da un multijugador online que supone la verdadera novedad de un título al que se le notan las ganas de repetir el éxito de Mario Kart DS. Le han faltado unas décimas para hacerse con la medalla de oro, pero puede estar contento de su buena estrategia de carrera.
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