Análisis de Catherine Full Body, ahora con más cuerpo que nunca

Análisis de Catherine Full Body, ahora con más cuerpo que nunca
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Siete años después, la pesadilla de Vincent Brooks regresa a la presente generación, en una edición revisada y llena de extras. En el análisis de Catherine Full Body, damos un repaso al juego original mientras revisamos qué tal le sientan los añadidos incorporados al videojuego. En especial su nuevo personaje: Rin.

No hay muchos juegos que traten el amor y las relaciones de pareja en su tema principal. Tiene sentido, si lo pensamos. No es el asunto más fácil de trasladar a la interactividad y las mecánicas que propone nuestro medio. A Atlus, en el fondo, esto siempre le ha dado igual. Y probablemente sea esa indiferencia ante lo que es apropiado y lo que no, lo que le ha permitido adentrarse en aspectos sociales y psicológicos de la condición humana. ¿Que hay que meter combates por turnos y mazmorras como en la saga Persona? No hay problema; estas peleas son el resultado de los conflictos de la psique y los esfuerzos por la búsqueda del verdadero yo. ¿Que en Catherine (puedes leer aquí nuestro análisis original de Catherine) hay puzles oníricos completamente letales? No hay mejor forma de representar la superación que escalar una montaña conformada por bloques, perseguidos por nuestros más oscuros miedos internos.

Así, la vida de Vincent Brooks se ve completamente trastocada cuando comienza a tener una serie de pesadillas muy reales, en las que con forma de carnero, deberán ascender interminables montañas de bloques si quieren despertar a la mañana siguiente. Todo ello en la peor semana de su vida, ya que los problemas con su novia Katherine no dejan de acumularse al pedirle esta una mayor implicación en la relación y una misteriosa mujer, Catherine, aparece llegada de la nada.


Busca realizar una introspección sobre cómo nosotros mismos enfocamos las relaciones y los conflictos amorosos

Para Katsura Hashino y su equipo, la conexión con la realidad y los problemas del mundo moderno son una máxima en sus obras, aunque debo reconocer que en Catherine algunos elementos pueden sacarnos demasiado de esta reflexión sobre el verdadero significado de la madurez, y el eterno conflicto entre seguir las reglas preestablecidas o las tuyas propias. Pero sí creo que el marco es el adecuado. Lo que vemos en pantalla es una ficción dentro de una ficción. La historia de Vincent, como un capítulo de Más Allá del Límite, Historias de la Cripta o Twilight Zone, tiene a un presentador que nos introduce a la historia que vamos a presenciar. El programa tiene nombre propio y todo, el Golden Playhouse (edición especial en esta Catherine: Full Body) y anticipa las normas y estructuras que cumplían todas las mencionadas series de televisión: el descenso a los infiernos de un personaje aparentemente normal.

Análisis de Catherine Full Body, ahora con más cuerpo que nunca


Catherine: Full Body, salirse del rebaño

Creo que esta normalidad es la clave de todo y el motivo por lo que a algunos jugadores les cuesta empatizar con Vincent. Mientras que la mayoría de los videojuegos nos presentan un protagonista con el que nos podamos identificar en mayor o menor medida, que sirva como un avatar en el mundo virtual y que incluso pueda ser dirigido por nuestro código moral, con este personaje es difícil sentir ninguna conexión.

Vincent no está preparado para vivir la semana más dura de su vida.
Vincent no está preparado para vivir la semana más dura de su vida.


Vincent, por decirlo simple y llanamente, es un idiota. Alguien que a sus 32 años no se ha parado ni un solo momento a reflexionar sobre su vida, su futuro, ni tan siquiera su relación con su novia, Katherine, con la que lleva unos cuantos años. Ver la profunda indecisión del protagonista, cómo no es capaz de hacer frente ni a los problemas y situaciones más sencillos de resolver, es una completa frustración para el jugador, pero también una forma satírica perfecta con la que reflexionar sobre los problemas del amor y las relaciones personales. También de la sociedad japonesa. ¿Qué impacto nos produce ver que se da por supuesto que hay que casarse en determinadas circunstancias o que una relación seria signifique que una de las partes debe llevar las cuentas bancarias de ambos?

Desde la perspectiva occidental, los problemas globales se unen al choque de culturas en Catherine. Y aunque no compartamos las inseguridades ni la inmadurez de Vincent, podemos entender que la presión psicológica ante la madurez llamando a la puerta sea tal, que necesite una forma de escapar. Y si Katherine, su novia, es esa llamada al orden, Catherine es esa válvula de escape. Tan atractiva como su vestido. Una respuesta que representa el espectro contrario a aquello que la sociedad parece exigir del individuo.

El Stray Sheep es el bar en el que podremos profundizar en la historia antes de sucumbir a las pesadillas nocturnas.
El Stray Sheep es el bar en el que podremos profundizar en la historia antes de sucumbir a las pesadillas nocturnas.


Catherine es capaz de reflejar estas dudas y tormentos en un juego macabro que mezcla la aventura conversacional y de decisiones con los puzles. Prácticamente la totalidad del videojuego transcurre en el bar Stray Sheep (Oveja descarriada) y el mundo de los sueños. El bar es el mejor escenario posible para que Vincent descubra, o al menos el jugador a través de él, que en esto de transformarse en adultos no está solo, pues todos tienen su propia montaña que escalar y nadie lo va a hacer por ellos. En el mundo de los sueños, o de las pesadillas más bien, es donde tendrá que enfrentarse a sus miedos. Es aquí donde el videojuego convencional, que depende de mecánicas clásicas, comienza. Este balance entre decisiones en el mundo de los sueños y la vigilia no busca solo despejar las dudas del protagonista, sino realizar una introspección sobre cómo nosotros mismos enfocamos las relaciones y los conflictos amorosos. Cuando Catherine lograba su objetivo, el impacto era poderoso, aunque revisitándolo otra vez, he de reconocer que en otras ocasiones, por ejemplo algunos finales, llegan a ser demasiado forzados y cambiar radicalmente algunas de las decisiones que habíamos tomado durante toda la aventura.

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El ascenso a la libertad

Los puzles en Catherine denotan una pequeña inspiración en el clásico Q*Bert. Montañas de ubos que tenemos que escalar y mover con unas reglas bien definidas y un tiempo marcado para que la presión del cronómetro no nos deje tomar siempre la decisión más lógica o elaborada. En Catherine, tan importante es resolverlos bien hacerlo con rapidez, porque, como en la vida real, no tenemos todo el tiempo del mundo para tomar la mejor decisión. Esta escalada imparable se va haciendo cada vez más compleja a medida que descubrimos que hay muchas técnicas y reglas para ascender en cada nivel, y cada uno de los mundos termina con un jefe final, si es que podemos llamarlo así. La presión aumenta definitivamente cuando no solo los bloques caen ante nosotros, sino uno de los mayores miedos de Vincent toma la forma más oscura y violenta y le persigue para hacerlo papilla.

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Vincent deberá superar todos los ascensos en sus sueños si quiere sobrevivir.
Vincent deberá superar todos los ascensos en sus sueños si quiere sobrevivir.


Las reglas de estos siniestros puzles se van haciendo cada vez más complejas a medida que descubrimos nuevas superficies, como el hielo. Algunas pueden ayudarnos, como los muelles y otras ralentizarnos o incluso matarnos. Sin embargo, aunque el desafío siempre aumenta, van perdiendo su frescura a medida que la trama se desarrolla. Momento, además, en el que más cantidad de puzles hay, pero más interés tienes en la trama, por lo que el ritmo decae en los días más avanzados.

Pero independientemente de si eres más propenso a los rompecabezas o no, el mayor puzle de Catherine es otro. Es aquél que conforman todas las piezas y personajes del juego. Intuir (porque a veces el juego no lo deja claro) cómo gestionar los días, hablar con todos los personajes secundarios de las formas más eficientes, manejar el alcohol, y todo mientras tomas decisiones que claramente afectarán al destino de nuestro protagonista es la verdadera esencia de la obra de Atlus. No deja de ser un experimento extraño, único y encantador. Uno con el que no comulgo en todas sus ideas. En particular, la manía que tiene algunas veces el equipo de Hashino en apoyarse demasiado en lo fantástico. Pero, con todo, Catherine logró hace siete años convertirse en una obra de culto simplemente por la ausencia de comparación. Porque pocas obras se plantean en el videojuego los temas que se tratan aquí y tantos años después esta realidad sigue latente en nuestra industria.

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7 años en barrica

Creo que la versión Full Body de Catherine no hace más que incidir en los aciertos y en los potenciales errores del videojuego principal. Lo cual significa que, si bien es recomendable para aquellos que no han jugado nunca a este videojuego, tampoco es una versión indispensable para aquellos que sí lo hicieron en su momento, o incluso que lo quieran repasar.

Nuestro protagonista no es el único que está maldito. Hay más de una oveja descarriada.
Nuestro protagonista no es el único que está maldito. Hay más de una oveja descarriada.


Eso sí, no hay duda de que es mucho más cómoda. Se han agilizado algunas tareas, como la forma de responder a los mails del móvil (aunque restando algo de encanto en el proceso) y para aquellos jugadores que quieran volver a disfrutar de su historia saltándose los puzles, o aquellos que directamente no estén interesados, tiene unas cuantas opciones que convierten al videojuego en una obra estrictamente narrativa, eliminando los rompecabezas. El modo de dificultad Safety nos permitirá saltar directamente estas pruebas, mientras que también existe una opción automática que podemos activar para resolver los ascensos que se nos resistan. Evidentemente, esto quita encanto al videojuego, pero es una buena fórmula para aquellos que estén únicamente interesados en la historia.

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Es un juego único

Luego está Rin, el nuevo personaje que se añade a este Catherine Full Body y que condiciona buena parte de la historia de Vincent e incluso de los sistemas de juego. Nos topamos con Rin al principio de la aventura y poco a poco iremos comprendiendo mejor quién y cómo ha terminado aquí. En el Stray Sheep, se encargará de tocar el piano, pero también lo hará en el mundo de los sueños, lo cual nos ayudará en nuestro ascenso por estas montañas de bloques dándonos un respiro. Pero quizá lo más interesante de Rin es que trae un aspecto completamente nuevo a la aventura que no había sido explorado en la obra original, lo cual aumenta aún más la cantidad de desenlaces que teníamos ya a nuestra disposición que, aunque algunos compartían elementos en común, estaban bien diferenciados según las decisiones que hubiésemos tomado a lo largo de la odisea sentimental del protagonista. A los nueve desenlaces originales se le añaden cinco nuevos finales, tres dedicados exclusivamente a la trama de Rin; uno para Katherine y otro para Catherine.

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El discurso sobre el amor y las relaciones se mantiene palpable durante toda la obra.
El discurso sobre el amor y las relaciones se mantiene palpable durante toda la obra.


Aparte de la inclusión de Rin, los cambios en la historia y los puzles se hacen patentes a lo largo de todo el juego. Desde el añadido de dos personajes nuevos en el Stray Sheep, pasando por supuesto por más escenas cinemáticas y vídeos de anime para complementar toda la trama. Pero quizá es en los propios rompecabezas donde Atlus ha puesto mucho tesón para que la experiencia de Catherine pueda ir más allá de los créditos finales y ayude a los jugadores clásicos a querer revisitar la obra. Por ello, se han añadido desafíos nuevos y la opción Arrange, que aporta nuevas mecánicas y estrategias al uso de los bloques en todos los mundos. Unido al arcade que podemos encontrar en el bar, renombrado ahora como Super Rapunzel y con nuevos desafíos, a las nuevas fases para el modo Babel y Colisseum, encontramos un total de más de 500 niveles de juego, lo cual es una cifra más que respetable. Además, ante el interés de los jugadores más habilidosos en comparar sus puntuaciones, Atlus ha creado un sistema de rankings online que nos empareja con los jugadores de nuestro nivel para competir en cada ascenso.

¿Es necesario esta versión Full Body para tener la experiencia Catherine definitiva? Probablemente no, porque mucha de la esencia del mensaje que quería transmitir Atlus sigue patente en la versión clásica. Sin embargo, no hay duda de que Full Body es la forma correcta de añadir contenido, ya puestos a remasterizar el producto original. Su principal novedad, el personaje de Rin, aporta un nuevo giro a la trama, y si bien en mi opinión el juego en líneas generales sigue inclinándose demasiado a lo fantástico, restando en ocasiones algo de su poderoso mensaje, sigue siendo hoy como hace siete años una obra introspectiva y clave para entender todo lo que nuestro medio puede ofrecer, si se tiene la voluntad para ello.

Excelente

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Catherine: Full Body

Por: El equipo de 3DJuegos
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Catherine Full Body no deja de ser una versión vitaminada del clásico de 2012 que aporta no sólo un nuevo personaje y expande sus desenlaces, sino que también amplía mucho su universo de puzles, creando nuevos desafíos y versiones alternativas. Una buena forma de remasterizar el clásico de Atlus. Una obra que explora temas y fórmulas pocas veces recorridas por el videojuego.

Comprar Catherine: Full Body
  • La edición Full Body suma una gran cantidad de contenido, tanto en la historia como en sus puzles.
  • Sigue siendo una obra única y personal, con temas pocas vees explorados en los videojuegos.
  • Sus puzles son desafiantes y bien planteados.
  • Algunas decisiones y acciones de Vincent pueden verse algo forzadas.
  • Pese a que la historia se mantiene interesante, hay momentos extraños y chocantes.
  • El ritmo entre puzles e historia podía estar más conseguido.
Jugadores: 1
Idioma: Textos en español y voces en inglés / japonés
Duración: 15 horas
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