La magia y el atractivo que supone adentrarse en el universo de Warhammer siempre resulta irresistible. ¿Y qué pasa si además se vincula al estilo de juego del clásico de Blizzard Diablo? Pues os lo contamos en este análisis.
No es el primero ni, tampoco, -apostaría por ello mi figura de Samus Light Suit- el último título ambientado en la creación de Games Workshop en aterrizar en consolas y PC. Warhammer arrastra a miles de seguidores en todo el mundo, fans que ya pueden disfrutar de una nueva obra de su querida franquicia: Warhammer Chaosbane. Un título que sigue muy de cerca los pasos marcados por Diablo, la popular saga de Blizzard, con todo lo que eso lleva consigo.
Pero antes de entrar en profundidad a desglosar su faceta jugable conviene situar la acción desde el punto de vista narrativo. Una historia que arranca con bastante fuerza pero que, con el paso de las horas, se diluye paulatinamente. Después de un corto período de sosiego en un mundo totalmente arrasado por las guerras, la llamada Hechicera del Caos atrapa con un hechizo al salvador del Imperio, Magnus. ¿Y qué sucede justo después? Pues que nos toca acabar con dicha Hechicera y su ejército de criaturas sedientas de nuestra sangre, un bestiario que según parece (no las he contado) está formado por más de 70 especies distintas.
Tal y como os acabo de comentar, la fórmula de juego que ha sido adoptada por el estudio Eko Software para dar vida a esta aventura es clavadita a la que hace ya muchos años estableció Blizzard con su maravillosa serie Diablo. Es decir, que bajo una perspectiva cenital picada debemos aventurarnos en mazmorras en las que no paran de aparecer monstruos de todo tipo… y no de uno en uno precisamente. Oleadas y oleadas de criaturas tan feas como agresivas se agolpan en los fondos con la única meta de acabar con nosotros, por lo que la acción y los enfrentamientos acaparan gran parte de la jugabilidad que ostenta el videojuego.
Destrucción y rol en solitario… pero mejor en cooperativo
¿Cómo han sido resueltos dichos combates (que transcurren en tiempo real, por cierto)? Pues de manera bastante acertada… aunque poco original siendo honestos. A nuestra disposición tenemos una buena gama de movimientos y ataques, incluyendo acciones especiales bastante espectaculares y poderosas. Y en función de la clase de personaje que hayamos escogido al comienzo del juego, dicho set de ataques varía de manera considerable.
Efectivamente, una de las decisiones más importantes que debemos tomar en Warhammer Chaosbane es la de qué personalidad asumir. Existen cuatro tipos distintos con su correspondiente raza y clase: mago, soldado imperial, slasher y explorador. El soldado, por ejemplo, es bajo mi parecer el personaje más indicado para novatos o para los que quieran adentrarse en esta aventura en solitario, dado que es un tipo fácil de controlar y bastante equilibrado. El alto elfo mago es ideal para dar cera a los rivales desde distancias prudenciales, mientras que el slasher (enano) es un tipo muy poderoso pero que requiere de bastante habilidad para ser controlado. Y, por fin, la exploradora usa flechas como arma principal, con todo lo que eso conlleva a la hora de encarar los enfrentamientos. Lo suyo es escoger al protagonista que mejor se adapte a nuestro estilo de combatir.
La mejor forma de disfrutar el juego es con su modo cooperativo
Una de las principales cualidades que posee el título viene a ser su modo multijugador cooperativo, una modalidad indispensable en este tipo de propuestas. Dicha opción tiene cabida para cuatro jugadores simultáneos ya sea jugando en modo local u online, y desde mi punto de vista es la mejor forma de disfrutar de lo que nos ofrece este título. Avanzar en equipo y superar todos los enfrentamientos y mazmorras que nos esperan en Warhammer Chaosbane en colaboración con otros personajes aporta los niveles de acción y diversión más elevados, dando forma a una experiencia de juego mucho más dinámica y profunda. Sí, en solitario también es posible jugar perfectamente… pero no es lo mismo. Para nada.
Como buen RPG, además de tener que ir eliminando a hordas de monstruos también debemos ir mejorando paulatinamente las habilidades de nuestros personajes. Dichas aptitudes quedan bien reflejadas en un completo pero bastante sencillo árbol de habilidades, el cual se divide en mejoras básicas y avanzadas. La oferta disponible en Warhammer: Chaosbane es muy amplia y, por supuesto, varía muchísimo entre cada una de las clases de personajes. Y junto a esto también debemos ir equipando a los protagonistas con los objetos y mejoras que creamos oportunos para ir aumentando sus estadísticas de ataque, salud, etc.
Las misiones acaban siendo muy predecibles
La jugabilidad que nos ofrece este título es, por lo tanto, tan simple y directa como poco original… y bastante invariable, siendo precisamente esto último el mayor de los defectos que se le pueden echar en cara a la aventura. Las misiones acaban siendo muy predecibles, así como el comportamiento de los adversarios y, en general, toda la mecánica de juego que pone de manifiesto esta producción. Si jugamos en cooperativo esto se disimula un tanto, pero en solitario se hace mucho más evidente a lo largo de las 10-12 horas que dura la campaña principal en un nivel de dificultad estándar. Una oferta que da bastante más de sí de lo que parece gracias al hecho de poder jugar con varios personajes muy diferentes entre sí, a la presencia de modos de juego adicionales (incluyendo el siempre desafiante boss rush) y a la interesante cantidad de objetos y piezas de botín que podemos llegar a coleccionar.
En el plano técnico, estamos ante un videojuego bastante notable, que nos ofrece unos escenarios excelentemente ambientados y personajes y enemigos representados con bastante acierto. A esto se añade la presencia de efectos especiales bastante vistosos y una fluidez en el desarrollo de las partidas más que solvente (y eso que a veces la pantalla está inundada de adversarios). Sin embargo y mientras el bestiario resulta más que generoso, no ocurre lo mismo con el diseño de las mazmorras que visitamos, que es tan parecido entre sí que a veces cuesta distinguir unos niveles de otros.
Para concluir, el apartado sonoro de Warhammer: Chaosbane raya a un nivel bastante bueno, destacando especialmente los efectos de sonido, tan contundentes como variados; así como la banda sonora que nos acompaña a lo largo de toda la aventura, que logra ambientar de manera correcta cada zona de juego.
La licencia Warhammer sigue expandiéndose y esta vez nos obsequia con un juego de rol acción hack´n slash que bebe de las mismas fuentes que Diablo… pero sin alcanzar las cotas de calidad logradas por la obra atemporal de Blizzard. Los combates resultan entretenidos y bastante dinámicos, el modo multijugador local y online funciona perfectamente y la ambientación que se ha conseguido imprimir a la aventura es muy acertada. Por desgracia también es una producción que se muestra bastante repetitiva en su desarrollo y poco original en su planteamiento, defectos que por fortuna no resultan lo suficientemente graves para arruinar la sugerente experiencia de juego que nos regala Warhammer: Chaosbane.
Comprar Warhammer: Chaosbane- El modo cooperativo es muy absorbente
- Las cuatro clases de personajes están muy bien diferenciadas
- Los combates son bastante dinámicos y espectaculares
- El desarrollo acaba siendo algo monótono, sobre todo en solitario
- El planteamiento de juego es de todo menos original
