Ya tenemos aquí una nueva propuesta para PSVR que llega en exclusiva para esta plataforma de Sony. Analizamos lo que da de sí Falcon Age, una creación de Outer Loop Games.
Parece que Sony ha conseguido que su apuesta por la realidad virtual, PSVR, reciba juegos a un ritmo bastante estable teniendo en cuenta sus características y target. Cada mes, y ya sea en formato físico como digital (como es el caso que nos ocupa), PlayStation VR da la bienvenida a varios títulos, algunos de ellos bastante interesantes como la Opera Prima del estudio americano Outer Loop Games. Eso sí, antes de seguir debo dejar claro que es posible jugar a Falcon Age tanto con PSVR como sin utilizar dicho periférico, pero ésta última opción no me parece muy recomendable dado que la experiencia de juego se resiente de manera considerable.
Falcon Age es una aventura bastante interesante y, dentro de unos límites, también original en su planteamiento. Sí, porque se trata de un juego que combina varios elementos que ahora mismo explicaré pero que, sobre todo, basa gran parte de su encanto en la interacción con nuestro gran aliado: un halcón.
Desde mi punto de vista no es su punto fuerte, para nada. Me refiero a la historia que está detrás de esta propuesta, que pese a no ser desestimable en absoluto tampoco es que sea ni demasiado original ni, tampoco, demuestra haber sido muy trabajada. Nosotros encarnamos el papel de una joven llamada Ara, la cual se encuentra prisionera en unas pequeñas instalaciones penitenciarias.
Falcon Age, un halcón muy bien adiestrado
El mundo en el que habita ha sido tomado por una organización (Outer Ring Company) que se compone básicamente de robots. Ara debe "rehabilitar" su conducta y mostrarse obediente ante los colonizadores de metal, pero antes de que estos consigan que esto suceda a través de "terapia" diaria en dicho centro de encarcelamiento, un acontecimiento lo cambia todo: su encuentro accidental con una cría de halcón.
Gracias a su ayuda y al poco de comenzar la aventura, Ara escapa de la cárcel en la que se encuentra, dando así comienzo a lo que va a convertirse en su gran odisea, la cual se dilata durante unas cinco o seis horas. Sí, está claro que podría haber dado más de sí, pero teniendo en cuenta las características (precio, desarrollo indie, etc.) de Falcon Age, no está mal del todo.
Una vez metidos en faena, debéis saber que estamos ante un título “serio” o “completo”, por así denominarlo. Es decir, que no se trata de una especie de demostración técnica “readaptada” como otros casos que, desgraciadamente, de vez en cuando se dan en PSVR en lanzamientos de origen exclusivamente digital. ¿Y qué elementos forman parte de la jugabilidad? Pues, principalmente, uno: la ya citada interacción con nuestro halcón. Si bien nuestra mascota es una cría al comienzo del juego y, como tal, debemos alimentarla y poco más, más tarde crece y se convierte en un aliado formidable.
El vínculo que creamos con el halcón es de lo mejor del juego
Junto a él y a través de una perspectiva subjetiva debemos explorar los escenarios más bien desérticos que acogen la aventura. Y podemos hacerlo tanto mediante movimiento libre como, también, a través de teletransportes para evitar los mareos innecesarios. Y ya que estoy, también es posible jugar usando el DualShock 4 como los mandos Move para PS4, opción esta última más recomendable porque es la mejor forma de guiar e interactuar tanto con nuestra mascota como con los objetos que nos encontramos en los escenarios.
Investigar los fondos es, pues, una de las tareas más importantes que es necesario llevar a cabo durante el juego. Gracias a ello es posible descubrir pequeños secretos, dialogar en español con diferentes personajes (pudiendo en algunos casos elegir entre varias respuestas… intrascendentes), obtener objetos, etc. Es cierto que el tamaño de dichos fondos es bastante reducido y que el desarrollo se muestra bastante guiado y lineal pero, a pesar de eso, explorar los escenarios resulta relativamente gratificante. Además siempre podemos echar mano de nuestro fiel amigo para alcanzar ciertos objetos a los que no logramos alcanzar e, incluso, pedir ayuda para que habilite ciertas rutas en principio bloqueadas.
De cuando en cuando los decorados dejan ver diversas clases de adversarios (aunque me hubiera gustado encontrarme con una mayor diversidad) a los que es necesario reducir o liquidar. Y para ello contamos tanto con la ayuda de nuestro halcón, que es capaz de echarnos una mano de varias formas distintas (es capaz de distraerlos, mostrar sus puntos flacos, etc.) como, también, de una porra eléctrica que obtenemos al comienzo del juego. Dichas batallas no es que sean especialmente atractivas ni, menos aún, espectaculares, pero sí que ayudan a proporcionar ese puntito de interés extra que no le viene mal a este tipo de títulos.
Los puzles también salpican la aventura y aunque suelen ser bastante simples en su concepción (y, como consecuencia, también en su resolución), en cierta forma aportan variedad al asunto. Y algo similar sucede con otros aspectos que también forman parte de la jugabilidad como algún que otro minijuego o el hecho de poder personalizar a nuestro halcón con diversas indumentarias e, incluso, mejorar sus habilidades. Un ligero apunte rolero que le sienta muy bien al conjunto.
Pero insisto en que la gran protagonista Falcon Age es la conexión entre Ara (o sea, nosotros) y el halcón. El hecho de verle sobrevolar los escenarios para, acto seguido y tras el silbido de turno, posarse sobre nuestro brazo es una sensación realmente difícil de describir. Y lo mismo sucede cuando le alimentamos, le acariciamos… unas sensaciones que se pierden casi por completo cuando no hacemos uso de PSVR, tened esto bien presente.
Más allá de su ya mencionada corta duración, es cierto que el título posee otros inconvenientes que le alejan de haber alcanzado unas cotas más elevadas de calidad. Y una de ellas es la mejorable inteligencia artificial que muestra nuestro aliado dado que, si bien casi siempre se comporta de manera bastante eficaz, de vez en cuando es incapaz de ejecutar algunas de las órdenes que le indicamos. También he detectado más de un bug no demasiado trascendente pero sí molesto, así como pequeños defectos técnicos puntuales que afean el resultado final. Y a esto se une el apartado sonoro que, sin ser un desastre, es mucho más apagado y olvidable de lo que una producción de este calibre merecía.
PS4 recibe otro interesante título para su creciente catálogo de juegos compatibles con PSVR, aunque en este caso se puede jugar sin dicho periférico, algo no muy recomendable porque pierde gran parte de su esencia. Se trata de una aventura algo efímera pero muy disfrutable debido al nexo de unión entre la protagonista y su inseparable halcón, que da bastante juego a lo largo de las cinco o seis horas que dura Falcon Age.
- Todo lo que tiene que ver con la interacción con el halcón
- La jugabilidad resulta bastante variada y entretenida
- El control funciona de manera muy correcta casi siempre
- Es posible jugar con o sin PSVR…
- … pero sin el casco de realidad virtual pierde bastante
- La IA del halcón no está del todo pulida
- Sin ser excesivamente corta, podría haber sido algo más extensa
- Pequeños bugs ocasionales pero molestos
