¿Fan de la serie de Netflix? La Temporada 3 de Stranger Things ya está en la plataforma y, acompañándola, tenemos también un videojuego. Puedes comprobar cómo ha resultado en nuestro análisis de Stranger Things 3: The Game, un título de aroma tan ochentero como la serie de TV.
Antaño el optar por un estilo estético u otro era algo que venía fijado por la tecnología; sin embargo, a día de hoy, los estudios tienen tantos recursos que sucede lo contrario. Cómo luce y suena tu videojuego viene completamente determinado por la historia o el tipo de experiencia jugable que quieres ofrecer. Huelga decir que con una serie de televisión como Stranger Things entre manos, y con su decidida apuesta por la nostalgia ochentera más descarada, la estética de un videojuego basado en ella estaba clara: tenía que homenajear a videojuegos clásicos aunque, posiblemente, los que sus responsables han tenido en mente sean de una época algo posterior a la que trata la propia serie.
La perspectiva isométrica está ahí, algo que retrotrae fantásticamente bien a los más veteranos que seguro que aún recuerdan motores gráficos como el alucinante, para la época, engine Filmation de Ultimate. Y también un cuidado estilo pixelado que parece a menudo un matrimonio indisoluble con las propuestas jugables de este tipo. Así se construye una aventura de acción y mundo abierto más curiosa en cuanto a su concepción inicial que a los resultados que ofrece su ejecución, y una que tenía buenos mimbres para trasladar la serie de TV con éxito a los videojuegos. En este análisis te voy a contar algunos de los aspectos en los que triunfa este Stranger Things 3 The Game, pero también los elementos en los que no ha acabado de redondear ese estupendo punto de partida que tenía entre manos.
El Mundo del Revés vuelve a ser la principal amenaza, aunque todo acaba siendo bastante más convencional y menos arriesgado de lo que hubiéramos esperado. Un juego que, en definitiva, es interesante casi en exclusiva para los fans más acérrimos de la serie de televisión.
Gameplay
Stranger Things 3, una Pandilla Alucinante
Conscientes de que, teniendo en cuenta que es un juego de acción, no tienen tanto tiempo como la serie de TV para desarrollar los temas, el videojuego de Stranger Things va directo al grano. Una breve cinemática nos presenta un experimento a modo de gancho, y acto seguido tomamos el control de los dos primeros personajes del grupo que controlaremos en una historia que podemos superar en unas 8 horas, que repasa casi todos los grandes momentos de la temporada 3 de la serie y que, para evitar spoilers, por supuesto no describiremos. Hay hasta una docena de héroes controlables, y el juego se las apaña bien para que, al margen del argumento, pueda mantenernos interesados a base de irlos desbloqueando. Cada uno de ellos tiene sus propias habilidades, y hay una constante sensación de curiosidad por saber qué nos deparará el siguiente y cuáles serán sus habilidades.
Utilizando un sistema con algunos ramalazos de Metroidvania, en ocasiones encontraremos en un determinado lugar un obstáculo que solo podemos sortear con alguien que todavía no hemos liberado. Así se construye la clásica mecánica de avance y retroceso constante, que se apoya en unos mapas no demasiado imaginativos pero que si permiten cierta variedad y que ocultan algunos rompecabezas muy sencillos pero que siempre son bienvenidos. Hay un bosque, hay un centro comercial, la ciudad de Hawkins con algunas casas visitables… Una decena de localizaciones que podemos visitar y que, si bien no tienen nada particularmente original o imaginativo, ayudan a aportar cierta variedad a los escenarios. Conociendo la serie y los temas que trata, por ejemplo sin ir más lejos la tercera temporada, había lugar para dejar cierto margen a la experimentación; no obstante la práctica totalidad del juego se desarrolla en almacenes e instalaciones totalmente reciclables e intercambiables unos por otros.
Hace los deberes para agradar a los fans de la serie de Netflix
Toda la estructura del juego es muy parecida a las de los mundos abiertos actuales. Con árboles de misiones principales y secundarias que podemos ir abriendo y cumpliendo en el orden que deseemos. Cuando el título se adhiere a lo que hemos visto en la serie de televisión logra algunos buenos resultados, nada memorable pero sí medianamente entretenido. Pero también en otras ocasiones trata de alargar su duración de una forma un poco tediosa con misiones del tipo de "limpia esta infestación de ratas" que se repiten más veces de las deseables. Una de cal y una de arena en este sentido.
Unas sensaciones un tanto parecidas deja Stranger Things 3: The Game en lo tocante al combate. Al haber tantos personajes diferentes, da la sensación de que podría haberse ido bastante más lejos a la hora de ofrecer variedad. Sí que es cierto que unos están especializados en el cuerpo a cuerpo, otros ofrecen alternativas a distancia y, además, cada uno de ellos tiene una habilidad especial única. No obstante, todos ellos son, por lo demás, bastante parecidos entre sí en su forma de enfrentarse a los enemigos, y solo hay dos botones para llevar a cabo los ataques: normal y especial, potenciado este último por un refresco de cola. El hecho de que no haya tampoco gran variedad en los adversarios, desde luego, no ayuda a esto. No hablo con esa falta de diversidad en términos estéticos, donde tampoco es la cosa para tirar cohetes desde luego, pero en cuanto a los comportamientos y los desafíos que presentan no hay demasiada pluralidad como para garantizar cierta frescura.
Obviamente no todo es negativo en los enfrentamientos, claro. Por poner otro caso, el cooperativo es una siempre interesante opción a la hora de inyectar diversión a esa fórmula de acción, y más cuando toda la experiencia parece tan fuertemente pensada para fomentar la colaboración entre dos personas y, además, hay tan pocos lanzamientos que permitan el juego local a día de hoy como es el caso. ¿Si se puede jugar en solitario? Por supuesto que sí, pero se pierde parte de la magia que tiene el programa y, además, se le notan más las carencias jugables. Eso sí, el programa es lo suficientemente ágil como para permitirnos cambiar de personaje rápidamente tanto entre los dos que tengamos en acción para cada momento como entre los que esperan "en el banquillo", y así dotarnos de cierta agilidad y capacidad de reacción.
El Club de los Doce
Y es que, aunque todas las mecánicas sean sencillas, hay una cierta satisfacción en ir saltando de los combates a los puzles y la exploración. Especialmente si, como decimos, lo hacemos junto a un amigo. Además, hay una modalidad extra que se desbloquea al terminar la campaña que es realmente interesante y que está destinada a ponernos a prueba. Responde al descriptivo nombre de Eliminador y tiene el interesante giro de que tenemos todos los personajes desbloqueados desde el principio, sí, pero si uno de ellos muere le decimos adiós para siempre. Nada revolucionario, por supuesto, pero unido a los tres niveles de dificultad que hay disponibles desde el principio, ofrece una cierta capacidad para estirar la duración tanto como deseemos.
Para todos estos modos tan desafiantes hay que sacarle el máximo partido posible a aspectos como la exploración. Con ella obtenemos dinero, por ejemplo, que sirve para algunas misiones y también para adquirir cosas que nos hagan la vida más fácil. Por otra parte, también hay un sinfín de objetos que podemos encontrar y que podemos destinar a la fabricación de diferentes recetas para conseguir estar más preparados. La mecánica es tan sencilla como podrías esperar de un juego de estas características, no obstante la adición de este tipo de cosas siempre es agradable para dotar de cierta profundidad al conjunto, y está bien explicada e introducida muy progresivamente para tratar de no abrumar a nadie.
El estilo que homenajea a los 16 bits está bastante logrado
Por otra parte, el estilo que homenajea a los 16 bits está logrado, y estéticamente este Stranger Things 3: The Game supone una propuesta agradable para la vista. El juego, eso sí, no hace demasiados esfuerzos por ser particularmente realista en los retratos de personajes, aunque sí hace lo suficiente como para que la mayoría de ellos sean identificables con sencillez aunque, realmente, la mayoría de ellos no se parezcan en demasía. Más conseguidos están los escenarios que, aunque adolezcan de esa variedad que mencionábamos antes, son coloridos, a veces abigarrados y albergan cierto espacio para la exploración. Lástima que la perspectiva isométrica nos juegue algunas malas pasadas con determinadas paredes, que pueden provocarnos más de un disgusto en el nivel de dificultad más alto.
En cuanto al audio, la banda sonora hace un buen trabajo. Homenajeando partituras que nos sonarán de la serie, pero llevándolas a su terreno retro. Los efectos están bien, aunque llama la atención que no haya ningún tipo de voz para unos diálogos que únicamente podremos conocer a través de cuadros de texto. Obviamente, un homenaje a la época que ha ahorrado muchos miles de dólares a sus responsables.
No hay nada esencialmente bueno ni malo en un Stranger Things 3: The Game que hace los deberes para agradar a los fans de la serie de Netflix, y poco más. Eso sí, hay algunas cosas rescatables como su cooperativo y su estética, que encantará a los nostálgicos, lo que unido a una buena duración pueden hacernos pasar un rato agradable con él. Es un videojuego que no aspira a más, pero tampoco a menos.
- El desfile de personajes controlables y situaciones familiares agradará a los fans.
- Cada héroe tiene sus propias habilidades, y eso siempre aporta cierta frescura.
- Todo el aroma ochentero del juego, desde la estética hasta el sonido.
- El cooperativo es una opción que siempre es bienvenida.
- La mezcla de exploración, acción y puzles es entretenida… un rato.
- Numerosos y molestos tiempos de carga.
- Muchas de las primeras misiones son aburridas y rutinarias.
- La perspectiva isométrica en ocasiones juega algunas malas pasadas.
