La Segunda Guerra Mundial ha sido objeto de una enorme cantidad de videojuegos que han utilizado el conflicto para ambientarse y justificar, por norma general, sus mecánicas de disparos en primera persona. Medal of Honor: Above and Beyond lleva la guerra más cruenta que ha conocido la humanidad a una nueva dimensión y, de paso, pone todos sus medios al servicio del espectáculo más puro. Descubre en nuestro análisis por qué lo nuevo de Respawn Entertainment es un imprescindible de la realidad virtual.
Es posible que a los más jóvenes, que han crecido bajo la supremacía y casi total monopolio de la saga Call of Duty en cuanto juegos de guerra y disparos en primera persona se refiere, se les escape que, una vez hubo alternativa. Medal of Honor, la saga creada de la mano de Steven Spielberg tuvo sus años dorados en la quinta y sexta generación de consolas. Y fue a su vez la raíz de la que nació Infinity Ward tras el lanzamiento de Medal of Honor: Allied Assault, lo que dio lugar a la longeva y preponderante saga de Activision.
Esto es historia. Los caminos de estas franquicias han sido radicalmente opuestos habiendo tenido Medal of Honor un intento de reboot durante la séptima generación sin poder, en ningún caso, competir en ventas y público con Call of Duty. Así, y tras una generación sin tener absolutamente nada de Medal of Honor, ahora vivimos su renacimiento en la realidad virtual de manos de Respawn Entertainment. Y a los creadores de la saga Titanfall no les ha temblado el pulso para crear un título a la altura de lo que el sello Medal of Honor se merece. Porque si hay una palabra que puede definir a Medal of Honor: Above and Beyond de manera rápida y sin faltar a la verdad es espectacular. Lo nuevo de Electronic Arts sinergia los conceptos de entretenimiento audiovisual al más puro estilo de Hollywood y el videojuego en un solo producto: el videojuego al servicio del espectáculo o el espectáculo al servicio del videojuego. Tanto monta, porque lo que realmente cuesta en este nuevo Medal of Honor es discernir dónde empieza una cosa y acaba la otra, y esto es una experiencia difícil de explicar con palabras.
Adrenalina sin límites
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En su modo campaña el título ofrece al usuario una experiencia que supera las 10 horas en las vueltas más rápidas. Repleto de situaciones variadas, no hay tiempo de aburrirse, Medal of Honor desconoce el significado de la palabra repetitivo. Su esfuerzo se encamina a convertirse en sí mismo en un antónimo del tedio y lo consigue sin fisuras, planteando en cada una de sus 6 misiones nuevas mecánicas a las que hacer frente. He nadado, esquiado, usado un trineo, disparado desde un tanque, ¡en un avión!, e incluso he escalado en situaciones límite. Y son solo algunos pocos ejemplos, pero no quiero decir más porque la gracia está en sorprenderse y disfrutar en la "realidad" de su gusto por la variedad.
Las misiones del modo campaña son la joya de la corona en Above and Beyond. Hay mucha variedad en su acción, y también en los escenarios a los que nos transporta, con lugares recreados con gran fidelidad, dedicación y cuidado por el detalle. Todo para que una vez te pones tu visor de realidad virtual hagas un viaje no solo en el espacio, sino también el tiempo y seas capaz de sentirte como un auténtico combatiente frente a la amenaza nazi. Para ello, Respawn ha elaborado una sobresaliente labor de documentación en la que ha contactado con algunos veteranos del conflicto que les han asesorado a la hora de recrear situaciones y lugares. Esto no se queda ahí, ya que han grabado estos encuentros y desde la galería del juego puedes ver cada uno de sus capítulos.
Nuestra generación nunca se podrá hacer un idea de los horrores de aquella guerra, y esperamos que así sea durante muchos años más, pero cuesta no emocionarse al ver a estos nonagenarios revivir aquellas batallas en una mezcla de dolor y nostalgia como solo el poso del compañerismo y la pérdida puede dejar en un hombre. Una invitación de Respawn a ver Medal of Honor: Above and Beyond, como un producto que, indefectiblemente, quiere llegar a ser algo más que un juego de disparos.
Medal of Honor: Above and Beyond quiere llegar a ser algo más que un juego de disparos
Si a algo invita la buena realidad virtual no es solamente a jugar, a entretener, si no a sentir la experiencia, a vivir el juego, a asomarte a cada marco de una puerta, arrodillarte tras la cobertura, girar sobre ti mismo para eliminar la amenaza que te acecha desde el otro lado de la habitación, luchar por tu supervivencia… todo ocurre en el visor, en tu cabeza y, por último, en tu cuerpo. Si bien Medal of Honor: Above and Beyond tiene un modo sentado para ser disfrutado, estamos ante un juego que pide a gritos la implicación total del jugador; no es difícil verse completamente sumergido en su mundo mientras recargas a toda velocidad o apuras la última jeringuilla de vida consciente de que, probablemente, el siguiente disparo sea tu última oportunidad de salir con vida.
Todo esto no es sencillo de conseguir, y para lograrlo Above and Beyond nos dota de un cuerpo, un soporte sobre el que orientarnos para acceder de manera rápida y precisa a distintos tipos de granadas, objetos de misión, una pistola de mano en la cadera derecha, y dos armas de largo alcance en sendos hombros. La munición queda reservada a la cadera izquierda y las jeringas de curación en la muñeca del mismo lado. Precisamente, estos son los dos ítems alrededor de los que gira su jugabilidad. La munición, por un método de recarga activa que exige del jugador destreza y rapidez para insertar el cargador en un sistema muy ágil y preciso, cargar el arma, con uno u otro gesto en función del arsenal que dispongamos en cada momento. Las jeringuillas, porque en este Medal of Honor se ha optado por la autocuración hasta un límite de daño, una vez alcanzado, ya sea por acumulación o por un impacto crítico tendremos que usar una de estas jeringuillas que nos clavamos directamente en el pecho.
Puede parecer intrascendente, pero la velocidad con la que recarguemos o seamos capaces de curarnos, asumiendo de manera instintiva estas mecánicas, va a suponer en muchos casos la diferencia entre la vida y la muerte. Pero, ¿qué ocurre cuando somos nosotros los que buscamos la muerte del rival? Pues que el resultado es de lo más satisfactorio. Cada una de las armas transmite sensaciones completamente distintas, ya sea en la forma del agarre, la dispersión de los disparos o en la cadencia de los mismos. Los sistemas de apuntado sin retícula hacen que el disparo desde la cadera sea efectivo a media y corta distancia pero, cuando el objetivo está lejos, tendremos que equilibrar nuestros hombros, pegar nuestros codos y apuntar con cada uno de los sistemas propios que tiene este arsenal.
Lo cierto es que no todo son luces en este apartado y, a pesar de su buen rendimiento general, el sistema para agarrar objetos de nuestro cuerpo puede comportarse de manera errática si nos encontramos agachados. Además, el sistema de apuntado con miras telescópicas carece de visión periférica, por lo que al llevarnos la mira los ojos toda la zona circundante queda fuera de nuestro control, algo que, visto el nivel de la producción que nos atañe, se debería de haber cuidado un poco más.
En cuanto al diseño de sus escenarios en el modo campaña, el juego se decanta por escenarios cerrados cuando tenemos la capacidad de desplazarnos libremente, mientras que las escenas en las que manejamos algún tipo de maquinaria recrean paisajes más abiertos a los que no vamos a tener un acceso real. Esto se hace palpable en la disposición de los enemigos que tienden a aparecer en numerosos puntos del mapa siempre frente a nosotros, dando muy pocas veces margen al flanqueo por parte de la inteligencia artificial enemiga. No obstante, su comportamiento suele ser acertado y no regalan su vida con facilidad optando por parapetarse cuando sea necesario y saliendo de esta cobertura siempre con un alguna otra unidad ejerciendo fuego de cobertura. Además, cada uno de los capítulos que conforman las misiones tiene sus propios coleccionables que invitan a perderse entre tiroteo y tiroteo con el fin de encontrarlos todos.
Precisamente, esta estructura de capítulos cortos en misiones de una hora y media o dos de duración puede estar bien justificado desde el punto de vista de dar posibilidades al jugador de optar por sesiones cortas o medias de juego en pro de la comodidad. Sin embargo, en algunas ocasiones estos capítulos pueden ser demasiado cortos o cortar el ritmo con argumentos narrativos que no consiguen transmitir la misma fuerza que el trabajo de documentación llevado a cabo. Se hubiera agradecido un mejor desarrollo de los personajes de nuestro escuadrón de las OSS que, si bien nos acompañan con más menos gracia durante la aventura, no consiguen establecer un vínculo con el jugador tan grande como lo hace el resto del juego.
El sistema de desplazamiento libre le sienta de maravilla al juego aunque hubiera agradecido la posibilidad de ejecutar arcos de giro más pequeños a los 45º que trae por defecto o los 30º por los que se puede optar. Las opciones de manejo e interfaz son personalizables desde el menú en cualquier momento, así como la dificultad en tres niveles distintos si bien, el normal ya da una experiencia bastante ajustada sin ser en ningún caso frustrante.
Mucho contenido
Medal of Honor: Above and Beyond no se acaba en el momento en el que finaliza su campaña. La vida del juego se torna infinita si se opta por alguno de los mapas de supervivencia en busca de mejorar nuestra marca o la de nuestros amigos, un añadido menor si se compara con una buena cantidad de modos que trae este Above and Beyond cuando nos referimos a su apartado multijugador.
Con partidas de hasta 12 jugadores podemos competir en línea en los modos Deatmatch, Team Deathmatch, Dominación, Mad Bomber, en el que debemos de poner y desactivar bombas en distintos puntos del escenario y por último, mi favorito, Blast Radius. Básicamente estamos ante un modo todos contra todos como el Deathmatch, pero el gran aliciente es que hay un anillo que aparece cada cierto tiempo para que te quedes dentro, otorgándote 5 veces más puntos por muerte que si no lo estás. Lo malo es que al estar en el círculo eres presa fácil, por lo que, cada vez que alguien muere dentro, un lanzacohetes de un solo disparo aparece en su cuerpo. Es un modo tremendamente divertido.
A este buen repertorio de modos de juego más o menos originales se le suma una selección de 10 mapas específicos que están brillantemente diseñados, ofreciendo una gran cantidad de oportunidades con un componente vertical muy acentuado que hace que el peligro pueda llegar desde cualquier parte. Conforme avanzamos en la historia y en este modo multijugador desbloqueamos nuevas skins para nuestro personaje. Sin embargo, se echa en falta algún tipo de sistema de desarrollo o mejora para las armas que haga al jugador volver a este modo de manera recurrente.
Falta por saber cómo se va a comportar el matchmaking en el futuro ya que, como veremos en un par de párrafos, las altas especificaciones técnicas del juego pueden dar lugar a problemas en cuanto a número de jugadores activos y, a pesar de su correcto comportamiento, los bots no son una solución. El punto a su favor es que cuenta con servidores dedicados en cada región, algo que siempre es una garantía. Y ya que he empezado a comentar algunos detalles que, si bien considero menores, me hubiera gustado ver en el juego, no puedo pasar por alto el hecho de no poder equipar un arma en cada mano o que el sistema de físicas para cuchillos u objetos arrojadizos no consiga el efecto deseado de la manera más natural posible. No obstante, cualquier objeto que encontremos en Medal of Honor: Above and Beyond es susceptible de convertirse en un arma, incluso las granadas arrojadas por los rivales, las cuales podemos arriesgarnos a devolverles.
No es un juego al alcance de todos
Si hay un punto que me ha tenido en vilo durante todo el análisis ha sido el rendimiento del juego en Oculus Quest 2 usando un PC con una tarjeta gráfica Nvidia RTX 2080 Super, 32 GB de RAM y un procesador AMD Ryzen 7 3800X de 8 núcleos, la potencia recomendada por Respawn para mover el juego. Sin embargo, la opciones de personalización de los gráficos desde el visor son muy parcas, limitándose a ajustar la resolución de baja a alta incluyendo un modo dinámico. Aún contando con este equipo y la última versión del visor Quest 2 instalada (cosa que permite llegar ya a frecuencias de 80 y 90Hz y forzar la resolución), hemos tenido que decantarnos por asegurar la estabilidad de la tasa de imágenes por segundo haciendo uso de la resolución media. Nada que achacar en este punto al juego pues, incluso en menor rendimiento, sigue siendo una obra de alto calibre.
Sin embargo, y si bien no voy a tener en cuenta este punto a la hora de establecer una calificación final, me parece que los requisitos mínimos que pide Respawn para este nuevo Medal of Honor van a alejar a muchos potenciales consumidores que, por motivos de equipo, no van a poder sacar todo el partido de la experiencia. Se entiende que se quiera llegar a nuevas cotas de calidad en realidad virtual, no obstante, hacer que tu juego sea accesible a cuanta más gente mejor gracias a una buena optimización es algo que no debe de ser infravalorado por parte de los desarrolladores. El título llega con voces en inglés y alemán, así como subtítulos en castellano. Los efectos de sonido están a un gran nivel acompañando no solamente los disparos de nuestras armas, sino que ayudan a convertir algunos de los momentos más impactantes del juego en memorables. Sin embargo, el apartado musical o las marchas épicas que a veces se dan durante la batalla, si bien están compuestas con entusiasmo y buen gusto, pueden acabar por parecerse demasiado entre sí.
Medal of Honor: Above and Beyond es un espectáculo de principio a fin, una experiencia que invita a ser experimentada al completo, a fundirse de lleno con ella y las posibilidades que nos ofrece. En definitiva: a ser vivida. Su gran variedad de misiones, con una campaña duradera que invita a revisitar algunos de sus mejores escenarios es su principal baza. A todo esto suma sus modos multijugador y supervivencia, algo que hace que el total del paquete sea muy completo.
- Un espectáculo sobrecogedor de principio a fin
- Una enorme cantidad de contenido tanto para un solo jugador como en línea
- Su manejo es fluido y a la vez exigente con el jugador, logrando una magnífica sensación de inmersión
- El trabajo de documentación que se ha llevado a cabo es magnífico...
- … si bien no pasa del documental llevado a cabo para la galería
- Los requisitos recomendados para jugarlo son demasiado altos
