Los videojuegos de velocidad arcade siguen resultando tremendamente populares, así que no es de extrañar que cada pocos meses tengamos nuevos títulos dispuestos a dejar huella entre los aficionados. Es el caso de esta propuesta independiente, que como verás en el análisis de Inertial Drift, presenta una llamativa conducción basada en los derrapes.
Recientemente están llegando numerosas producciones basadas en el género de la velocidad y estilo más bien retro pero, sobre todo, dotadas de un elevado componente arcade. Ejemplos de esto podría daros hasta cansarme (Horizon Chase Turbo, el más reciente Hotshot Racing, etc.), una clase de títulos que gozan del apoyo de miles de usuarios (sobre todo de los más veteranos). Inertial Drift es el juego más reciente en llegar (está disponible en PS4, Switch y PC), un título que si bien en líneas generales ofrece una jugabilidad que ya hemos disfrutado con anterioridad en ciertos juegos, posee un par de elementos muy llamativos que en un momento os explicaré.
Los desarrolladores del pequeño estudio irlandés Level 91 han tratado de plasmar un título muy peculiar que desprende un aire a racer arcade de los 90 que echa para atrás desde el punto de vista jugable y también estético. Un título que, eso sí, es necesario dejar claro desde el principio que no está orientado a todo tipo de usuarios dado lo particular de su sistema de control, característica que justamente es lo que diferencia a esta obra del resto de títulos similares. El planteamiento general que pone en liza el juego es muy sencillo.
Debemos superar una serie de pruebas (las cuales varían ligeramente en función del estilo de juego escogido y de las que en un momento daré buna cuenta) que se desarrollan a velocidades de vértigo y en las que los derrapes juegan un papel primordial (de ahí el propio nombre del título). El estilo planteado para dar vida a dichas competiciones no puede ser más arcade, hasta el punto de que no existen colisiones con los coches rivales y, por supuesto, nuestro vehículo no sufre ningún tipo de daño al chocarse una y otra vez contra las vallas y protecciones laterales de cada recorrido.
Derrapes al estilo twin stick
El diseño de los escasos trazados que es posible recorrer a los mandos del coche de turno es bastante técnico, con multitud de curvas y virajes, siendo necesario dominar hasta las últimas consecuencias la técnica del derrape. Y ahí es donde reside la gracia del juego, dado que para conseguirlo debemos dominar las dos palancas de control, algo que yo por lo menos no había experimentado hasta ahora en título alguno perteneciente al género de la velocidad.
De esta forma (y por defecto, se puede alterar en las opciones), la palanca de control izquierda sirve para controlar el volante, mientras que la derecha es la que nos permite realizar los derrapes directamente. Es necesario dejar claro que el radio de giro que poseen los coches a través del stick izquierdo es muy limitado, siendo imposible tomar una curva mediante el empleo únicamente de dicho stick tal y como sucede en el resto de arcades de velocidad. Por lo tanto, durante las carreras es necesario ajustar al milímetro cada derrape mediante el empleo combinado de ambas palancas de control, un sistema poco natural (y, en mi opinión, algo forzado) al que es necesario acostumbrarse… pero que, una vez lo consigues, resulta extrañamente satisfactorio. Y para complicar aún más las cosas, a esto se suma el hecho de tener que usar el acelerador y el freno en conjunción con ambos sticks de control, dando como resultado uno de los arcades de velocidad más técnicos que recuerdo.
Como es lógico y dado lo estrafalario del sistema de control que ha sido integrado en este título, es muy probable que cierto grupo de jugadores le encuentren demasiado complejo, raro, incómodo… o injugable directamente. Y es algo muy comprensible, dado que precisamente los títulos de velocidad arcade suelen gozar de una curva de aprendizaje muchísimo más relajada que la que propone esta obra. Pero insisto en que siempre es de agradecer encontrar atisbos de originalidad en cualquier título, y solo por eso Inertial Drift merece ser halagado.
Por desgracia, no puedo decir lo mismo acerca de su oferta lúdica, que me ha parecido relativamente amplia pero muy poco variada ni refrescante. Básicamente, el título nos invita a participar en pruebas muy similares entre sí una y otra vez con ciertas alteraciones. Casi siempre debemos disputar carreras individuales adornadas con un componente puntual, ya sea vencer al crono, a un coche fantasma, a un adversario real (controlado por la CPU o por otro jugador en modo local u online) pero contra el que no es posible chocarnos…. Una oferta demasiado encorsetada y no especialmente atractiva, la verdad, sobre todo si nos adentramos en el aburridísimo modo Historia, el cual básicamente nos ofrece charlas insustanciales entre personajes random y pruebas del estilo de las que os acabo de comentar. Sin duda algo más de cariño a esta faceta le hubiera sentado muy bien al juego en global.
No estamos ante un título que explote las cualidades de los sistemas actuales.
Su acabado técnico cumple, aunque tampoco estamos ante un título que explote las cualidades de los sistemas actuales. Lo que más me ha llamado la atención en este aspecto más allá de su aire arcade de los 90 es la apariencia de los vehículos, que me ha recordado un tanto a la plasmada en este juego de velocidad de culto de Capcom que fue Auto Modellista. En términos de rendimiento, las versiones para PC y PS4 se mueven a 60 fps más o menos constantes, si bien en Switch dicha tasa se ha reducido a la mitad. Y en cuanto al sonido, los efectos cumplen con creces, mientras que la banda sonora es una mera comparsa, aunque no molesta.
En un género tan saturado como es el de la velocidad se agradece bastante encontrar títulos que propongan algo diferente. Y eso es lo que consigue esta obra de Level 91, dado que si bien en líneas generales se trata de un arcade basado en la dinámica de los derrapes, es la forma de realizarlos donde estriba gran parte de la originalidad y gracia que posee esta producción. No es perfecto bajo ningún concepto y se echan de menos modos de juego más originales y satisfactorios, pero se trata de una obra amena y curiosa que destaca bastante dentro de su estilo.
Comprar Inertial Drift- La jugabilidad basada en los derrapes funciona muy bien
- Conseguida sensación de velocidad
- El control de los vehículos es tan curioso como interesante
- La oferta de modos de juego no está mal en cuanto a su cuantía…
- … aunque todos pecan de resultar predecibles y rutinarios
- Al principio cuesta acostumbrarse al control dual stick
