Análisis de Isonzo. Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

Análisis de Isonzo. Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial
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El mundo de los shooters multijugador en primera persona está claramente de dulce: hay más variedad que nunca, tanto a nivel jugable como de ambientación, y de tanto en tanto salen títulos interesantísimos que buscan darle una vuelta de tuerca al género. Isonzo, heredero directo de Verdun y Tanneberg, quizás no sea el más original de la clase, pero me lo he pasado genial liándome a tiros en la Primera Guerra Mundial. Estas son mis razones.

Una de las preguntas que me he hecho en muchas ocasiones, especialmente en circunstancias como esta, es la siguiente: ¿Qué debe tener un juego de guerra? ¿Cuáles son sus requisitos, qué es exactamente lo que le pedimos como usuarios? Entiendo que la idea puede resultar un tanto típica a simple vista; sin embargo, me atrevería a decir que dar una respuesta completa, precisa, es algo mucho más complicado de lo que podría parecer en primera instancia.

No vamos a meternos en ejemplos externos, como la definición de guerra en sí misma, porque eso sería darle mil vueltas al tema, así que nos quedaremos únicamente dentro del mundo de los videojuegos: ¿Un juego de guerra necesita armas de fuego? Probablemente no; ahí tienes a Chivalry, Mount and Blade (en su parte combativa, vaya), y unas cuantas decenas de ejemplos más. Pero voy un poco más allá: ¿Necesita armas en general? Si yo me meto al Rust, y me lío a pedradas con otros jugadores en un descampado, desnudo y en modo troglodita enfurecido, ¿no es eso también una guerra, por mucho que tenga otros parámetros ligeramente distintos? ¿Y si fuera a puñetazos, simplemente? Este desvarío es mi manera de celebrar la increíble variedad de propuestas que tenemos hoy en día. Todavía recuerdo aquellos tiempos en los que la oferta era mucho más limitada: en consolas, y sin salirnos de esa guerra realista tenías el eterno duelo de Call of Duty y Medal of Honor (todos ya sabemos cómo acabó la cosa), y en ordenadores, aunque había más opciones, al final casi todos estábamos dándole caña a Counter Strike.

Sí, también jugábamos a Unreal Tournament, Quake y demás, auténticos precursores del shooter multijugador en general, de la misma forma que en consola también se disfrutaba de Halo y Killzone, pero ahí ya nos estamos saliendo de la temática de la que hablaba antes. Ahora, sin embargo, si te apetece un título de guerra tienes decenas para elegir: Call of Duty, Arma, Battlefield, Titanfall, Counter, Insurgency, Hell Let Loose, Chivalry, Conqueror’s Blade… Puedes tirarte media vida sin salir del género y cambiar de ambientación casi tanto como quieras, si bien es verdad que en su mayoría vas a estar dando vueltas por el presente o por la Segunda Guerra Mundial.

El tema está en que el caso de Isonzo, al igual que el de Verdun y Tannenberg, es algo especial: nos vamos ahora a una representación cruda y relativamente certera de la Primera Guerra Mundial, probablemente uno de los conflictos más sucios, terribles y escabrosos de la historia de la humanidad, y lo hacemos de manera un tanto distinta, con una jugabilidad a caballo entre lo arcade y la simulación bélica. Por todas estas dualidades, y por muchas más, en las próximas líneas voy a contarte qué me ha parecido Isonzo, para que puedas situarlo dentro de su género y para que despejes toda duda que puedas tener sobre si es un juego para ti o no.

Muerte y destrucción en el frente oriental

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

Puede que sea una obviedad, pero la Primera Guerra Mundial fue una liada de proporciones bíblicas; al clima de inestabilidad, muerte y pobreza que siempre genera una gran guerra se sumaron cuestiones burocráticas y políticas en las que los tratados firmados se rompían por cláusulas extrañas y vacíos legales encontrados de manera más que oportuna. Más o menos ese fue el papel de Italia en el conflicto, ya que pasó de ser legal y oficialmente parte de las potencias centrales (es decir, Alemania y el Imperio Austrohúngaro) a apoyar a los Aliados. ¿Las razones? La Italia de aquel entonces quería llevarse bien con todos, sí, pero quería más aún territorios que estaban en posesión ajena, como Dalmacia. Eso llevó al país transalpino a firmar acuerdos secretos con Francia, donde aseguraban su neutralidad más absoluta, y finalmente también los condujo a cambiar de bando y a enzarzarse con sus antiguos colegas. Su radio de acción se concentró en el frente oriental, que daba al centro-este de Europa, escenario de cruentas batallas entre los extintos imperios rusos, alemanes y austrohúngaros.

Me faltó ver un poquito más de atrevimiento en lo que respecta a los modos de juego

No te preocupes, no voy a seguir dando la turra con temas históricos; créeme que todo esto tiene un propósito. El primer título de M2H y BlackMill, Verdun, se centraba en el frente occidental (es decir, el oeste de Europa), donde la guerra de trincheras fue más bestia, inamovible y trágica. En cambio, Tannenberg, la segunda entrega de esta especie de antología bélica, ya se iba al frente oriental y, hasta cierto punto, abría el mapa; ya no estábamos del todo en una guerra inmóvil, sucia, de letrinas y tumbas anónimas cavadas en la tierra, sino en una ofensiva demencial y desesperada por separar la contienda en dos radios de acción. Isonzo está un poco a medias, porque también se ambienta en ese lado de la guerra y al mismo tiempo tiene un rollito defensivo muy marcado, un cierto enfoque en esto de aguantar la posición e impedir el avance de las potencias invasoras, algo que me parece más que acertado.

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

¿A qué se debe esta mezcla? A la jugabilidad, ni más ni menos. Estamos en 1915, hay una montada que ni te la imaginas, e Isonzo captura justamente eso. De entrada, hay dos facciones disponibles: el Reino de Italia y el Imperio Austrohúngaro. El único modo de juego del título consiste en un duelo de conquistas en escenarios de gran relevancia histórica, como Carso o la ciudad de Gorizia (en total hay 6 mapas), siempre con dos equipos de hasta veinticuatro jugadores cada uno, veinte si juegas en consolas. De esta manera, un equipo hace de atacante y el otro de defensor; el objetivo de los primeros es conquistar todos los sectores en los que está dividido el mapa, y el de los segundos es derrotar a todas las fuerzas invasoras antes de que, bueno, les conquisten. Al final, no deja de ser una reinterpretación de algunos modos ya clásicos en el género, así que difícil será que te sientas como pez fuera del agua.

Sí que me parece muy significativo, en cambio, que el título tenga dos "ritmos", que funcione a dos velocidades; desde la perspectiva invasora, Isonzo es más vertiginoso, más arcade o directo, si me permites el término, mientras que cuando toca asumir posiciones defensivas es cuando la vertiente más táctica y posicional del juego entra en acción. Por supuesto, podríamos entrar en el debate de cuál de ambos funciona mejor, pero creo que es una cuestión muy subjetiva. Si te gustan las cargas de infantería, reventar artillería a bombazos o correr como un loco mientras las balas restallan a tu alrededor, lo más probable es que te lo pases genial atacando y pillando puntos de control enemigos.

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

En lo personal, ya te digo que a mí me gustó muchísimo más participar en los ejércitos de defensa que en los atacantes, aunque sospecho que se debe simplemente a que me flipan las películas de francotiradores. En serio, hay una magia muy especial en eso de quedarse agazapado detrás de una piedra y simplemente analizar la situación. En cualquier caso, esto no deja de ser un síntoma, una señal de que me faltó ver un poquito más de atrevimiento en lo que respecta a los modos de juego. En Verdun, mismamente, hay unos cuantos más (tampoco excesivamente originales, todo hay que decirlo) y en Tannenberg igual, de forma que no es necesario salirse de la serie para establecer comparativas. Puede que sea algo que se corrija con el tiempo, pero en ocasiones no pude sino pensar que estaba haciendo lo mismo una y otra vez, un entorno retorno de matar y morir, hasta que uno de los dos equipos acabara con el otro y diera comienzo así la siguiente partida.

Debo decir, no obstante, que eso no es del todo malo. Me explico: Isonzo es un shooter bastante complejo, está repleto de pequeñas variables y se presta muchísimo a distintas resoluciones de situaciones. No todos los asedios son iguales, ni las tropas atacan siempre de la misma manera por el mismo flanco, ni tus compañeros son las mismas personas, de manera que las posibilidades se multiplican hasta límites insospechados; es más, dada la pronunciada curva de dificultad del título, casi llegué a agradecer esa suerte de reiteración jugable en la que a veces incurre. Isonzo solo es arcade en determinados momentos y, a grandes rasgos, solo lo es en apariencia, porque el componente de simulación siempre está ahí, incluso cuando estás haciendo una desesperada carga colectiva de infantería contra esa base enemiga que lleva diez minutos resistiendo las acometidas de todo tu equipo. No por un tema de distancia, de todas formas, ya que los escenarios tienen una extensión media.

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

Isonzo no es tan directo como Battlefield I, ni tan sumamente perfeccionista como Hell Let Loose

Eso sí, creo importante señalar que la propuesta de M2H y BlackMill no llega al realismo desorbitado de Arma, por ejemplo, donde te puedes tirar perfectamente media hora cubriendo un matorral (tirador de profesión, botánico de corazón), por lo que podemos dejarlo que está a medias, es como un híbrido entre el juego de disparos más hardcore y las propuestas de índole más distendida. Dicho de otro modo: no es tan directo como Battlefield I, ni tan sumamente perfeccionista como Hell Let Loose. En esa tierra de nadie, Isonzo se siente especialmente cómodo y creo que por momentos consigue aunar lo mejor de ambos mundos; es decir, ofrece un cierto grado de satisfacción personal, de progreso, sin que tengas que invertir decenas de horas para ello, y también sin que parezca que todo está simplificado al máximo. Con todo, es verdad que en Isonzo cualquier error se paga caro y que el juego en equipo es fundamental, así que ojito con eso.

Cuando la guerra cambió

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

Al igual que sus hermanos mayores, Verdun y Tannenberg, Isonzo transmite muy bien las sensaciones de encontrarse inmersos en la Primera Guerra Mundial, a pesar de que cada uno lo hace un poco a su manera. Creo que ya sabes de qué hablo: batallas territoriales donde cada metro cuenta, donde asomarse un poquito más de lo recomendable por el límite de la trinchera puede suponer la diferencia entre morir y comerte una ración más por la noche. Todo este clima de incomodidad, de verse atrapado en según qué circunstancias, se complementa de maravilla con otro de los grandes elementos de caos en las guerras de la época: los ataques aéreos. En todos y cada uno de los conflictos bélicos hay muertes anónimas, intrascendentes, por mucho que la propaganda militar evite estas cuestiones de pleno; Bush hijo, polémico como siempre, no dudaba a la hora de llamarlas "bajas colaterales", mismamente. También llamaba "Ansar" a Aznar, que no se nos olvide.

Pues bien, en Isonzo esto de las muertes aleatorias es una constante: estás tan tranquilo, avanzando por las escarpadas pendientes de los montes italianos para atacar una base enemiga cuando, de pronto, oyes el zumbido de un motor de avión y… Hasta aquí hemos llegado, porque unas cuantas decenas de metros por encima de tu cabeza ha caído una salvaje salva de proyectiles o de explosivos y nos hemos quedado todos en el sitio. Todavía más bestias son los ataques con gas mostaza, en el sentido de que te obligan a ponerte rápidamente la máscara antigás, con la clara reducción de visibilidad que ello implica, y de pronto te sientes hasta desamparado. Ni la trinchera de la que venías, ni la pared de ruinas desastradas en la que estabas cubriéndote a duras penas pueden salvarte ahora. Casos como estos los hay a patadas y, si bien pueden llegar a ser frustrantes en determinados momentos, son parte de la experiencia. Al margen de estos ataques especiales, no hay vehículos en Isonzo, así que estos momentos de caos no son tan desesperantes como podrían haber sido en otras circunstancias.

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

Por otro lado, el "gunplay", es decir, el funcionamiento técnico de los disparos y el comportamiento de las armas, es sobresaliente. Hay más de treinta armas y no solo están bien representadas desde un punto de vista histórico, sino que transmiten sensaciones algo distintas: el retroceso cambia, el sonido es más o menos grave, tienen distintos accesorios, etc. Puestos a quejarnos, no estaría de más que hubiera caída de proyectiles o, cuando menos, distintas velocidades. También hay un sistema de clases bastante sencillito pero resultón; puedes elegir entre oficiales (solo dos por equipo, hablaremos de esto en un momento), fusileros, ingenieros, asalto, montañeros y tiradores. Los primeros son, con mucha diferencia, el tipo de unidad más desequilibrado del juego. Apenas tienen armamento, es verdad, pero lo compensan con creces con la posibilidad de solicitar apoyo aéreo, así que al final es común ver a los oficiales arriba del todo en la clasificación de puntos en cada partida.

Nada es original y, aún así, Isonzo consigue ser divertido y trepidante

Los fusileros, por su parte, no tienen límite de jugadores y componen básicamente el grueso de las tropas de infantería, mientras que los ingenieros hacen de apoyo y los tiradores, como es lógico, son los francotiradores de toda la vida. Nada sorprende, nada es original y, aún así, Isonzo consigue ser divertido y trepidante una vez te ves inmerso en su acción multijugador. Distintas mecánicas, como agacharse o tumbarse a ras de suelo, terminan de redondear la fórmula, pero no están carentes de claroscuros; disparar acostado, mismamente, se hace bastante incómodo cuando aparecen continuamente mensajitos emergentes de acciones bloqueadas, y me pregunto si no será simplemente que hay determinadas cosas que el motor de juego dificulta a propósito para evitar comportamientos que buena parte de la comunidad entendería como tóxicos o negativos. Algunos lo llaman ser campero, para mí es una cuestión de rigor histórico. Esa es mi excusa.

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

Todo ello se complementa con un sistema de progresión que quizás peca de ser un pelín simplista, con armas que se desbloquean al subir de nivel o al cumplir condiciones dentro de la partida, como dar unos cuantos tiros en la cabeza o matar a unos cuantos enemigos en distintas posiciones. De nuevo, nada especialmente distintivo. Probablemente lo peor es que hay ciertas cosas necesarias que se desbloquean al subir de nivel, como las armas secundarias de mano, algo que no termino de entender.

En temas técnicos, tengo que decir que Isonzo, que aceptémoslo, no es el más fotogénico de los shooters bélicos, gana un montón de enteros en movimiento; los efectos visuales, como el humo, la gravilla saltando por los aires después de un bombazo de artillería, o el fuego arreciando los bosques de las cimas italianas ayudan a construir una atmósfera que por méritos propios me ha parecido brutal. La representación de los escenarios italianos es magnífica, los uniformes son clavados a los de los documentales (incluso con los cosméticos de pago, polémicos pero intrascendentes) y la música acompaña tan bien que es imposible no meterse de lleno en la acción. La única nota negativa la ponen las animaciones, que son tirando a ortopédicas, los modelos faciales y alguna que otra textura traviesa que te encuentras de tanto en tanto, pero poco más.

Este shooter realista te hace sentir que luchas en la Primera Guerra Mundial

En tema errores y problemas de conexión, solo me encontré alguna que otra colisión de bala un poco sospechosa, algo que tampoco es especialmente significativo. Sí que me preocupa un poco más la vitalidad del título de cara al futuro; Verdun, que salió en 2015, tiene ahora mismo una media de 100 jugadores en Steam, mientras que Tannenberg debutó en 2017 y no llega ni a 70. Es verdad que buena parte de ellos se encuentran ahora mismo en Isonzo, y que no hay ningún problema a estas alturas para encontrar partidas (incluso a altas horas de la madrugada), pero es difícil anticipar hasta qué punto esto va a mantenerse en el futuro. Son títulos de nicho, más aptos para los amantes de la historia o de los shooters ultrarrealistas que para los que buscan una propuesta puramente competitiva, algo que tiene sus cosas buenas… Y sus cosas no tan buenas.

Buen shooter histórico

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Isonzo

Por: El equipo de 3DJuegos
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Las malas lenguas dirán que Isonzo es demasiado similar a Verdun y a Tannenberg, y aunque en líneas generales estoy de acuerdo, tengo que admitir que me lo he pasado genial en todas y cada una de las partidas. El gunplay es excelente, la ambientación es de diez y está repleta de detalles capaces de encandilar a ese pequeño historiador que todos llevamos dentro, y su propuesta, una suerte de híbrido entre la accesibilidad de Battlefield y la complejidad ultrarrealista de títulos como Hell Let Loose, consigue aunar lo mejor de ambos mundos sin caer en problemas conceptuales. Es verdad que le vendría bien algo más de variedad, especialmente en lo relativo a modos de juego, y que su apartado técnico no es para echar cohetes, pero cumple exactamente con lo que se propone: sumir al jugador en el maremágnum de disparos, trincheras, gas mostaza y ataques aéreos que fue la Primera Guerra Mundial. Es un poco de nicho, pero si te atrae ni te lo pienses: vale la pena.

5 Cosas que debes saber:
  • Se ambienta en la Primera Guerra Mundial, más específicamente en el papel de los italianos en el frente oriental.
  • Es un shooter en primera persona con ciertos elementos realistas.
  • Está un poco a medio camino de lo que ofrecen Battlefield I y Hell Let Loose; rescata ideas de ambos.
  • La ambientación es sensacional, con una Italia muy bien representada desde el punto de vista artístico y sonoro.
  • Gráficamente cumple y es bastante estable, aunque se echan en falta mejores animaciones y un mejor sistema de colisiones.
Jugadores: 1-40
Idioma: Textos en inglés
Duración:
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