Con la intención de recuperar la esencia de los hack'n slash clásicos, Modus Games publica Soulstice, un juego que busca volver a poner de relieve esos combates fluidos y frenéticos de sagas como Devil May Cry, Bayonetta o Ninja Gaiden. Con un apartado gráfico que encandila, y con unas cuantas vueltas de tuerca a la jugabilidad que hacen que sus combates se asemejan en desafío y dificultad a los juegos de hoy, aunque con algunos tropiezos por el camino, os cuento cómo lo consigue en este análisis.
Los hack'n slash son un género que, pese a haber dejado paso a otros más complejos y exigentes en combate como los soulslike, todavía tienen su legión de seguidores. Buena muestra de ello es que aún se siguen editando juegos reminiscentes de sagas como Devil May Cry, Bayonetta, o como los protagonizados por Kratos en God of War. Sin embargo, sea porque el público busca una experiencia más compleja o desafiante o porque los tiempos cambian, incluso esas sagas de las que os hablo han ido incluyendo poco a poco elementos de otros géneros que eran más propios de juegos tipo soulslike en su combate, o de fabricación y supervivencia en su exploración.
Y henos aquí, que Reply Game Studios, el estudio italiano responsable de juegos como Lone Wolf o Theseus, acaba de lanzar -a través de Modus Games- Soulstice, un juego que se siente descendiente directo de los títulos antes mencionados y cuyas cartas de presentación son un combate frenético y muy visual, y un apartado artístico tan llamativo como sus batallas. El juego en sí es un claro homenaje a aquellos primeros Devil May Cry por los planos y la exploración que ofrece, e incluso a los primeros Ninja Gaiden en entornos tridimensionales por su exigente -y a veces frustrante- combate.
Soulstice no busca ofrecernos grandes mapeados o un sistema de combate en el que contemplar barras de vida, aguante o magia -aunque como más adelante os contaré, es desafiante por la cantidad de elementos de los que hay que estar pendientes mientras combatimos. Es directo y explícito: nos presenta combates contra hordas de enemigos, cada uno con sus debilidades, y en los que primará nuestra habilidad para ejecutar espectaculares combos y ataques a la vez que vigilamos nuestros recursos. Entre esos combates, nos desplazaremos por unos mapeados y recorridos eminentemente lineales, pero con cierto encanto en su apartado artístico y que también encierran secretos y desbloqueables que nos ayudarán en nuestra aventura. Eso sí, pese a este homenaje a los clásicos, el juego no se libra de tener algunos defectos que luego explicaré. Pero primero mejor nos ponemos en contexto.
Nuevos añadidos al combate hack'n slash
La historia de Soulstice tiene lugar en el reino ficticio de Kiedan. En el juego encarnamos a Briar, una guerrera perteneciente a la Orden del Filo Cinereo, y al alma de su hermana, Lute. Juntas forman lo que se conoce como una Quimera, la unión de un poderoso guerrero, y una sombra, el alma de un ser vinculado al guerrero y que tuvo una conexión muy cercano al guerrero en vida. Nuestro dúo protagonista llega a la ciudad de Ilden, enviadas por la orden a investigar un cataclismo que ha arrasado la urbe y ha provocado que se abra una gigantesca grieta entre el mundo real y el Reino del Caos. Durante su paso por los restos de la ciudad deberán descubrir qué ha sucedido para que se produzca este apocalíptico evento, a la vez que tratan de contener la invasión y descubren quiénes están detrás de todo esto y de su condición de Quimera.
Soulstice se diferencia de otros hack 'n slash por algunas mecánicas exclusivas que introduce
Los motivos y otros detalles respecto a las protagonistas y quienes les acompañan -o se les enfrentan- se van descubriendo poco a poco a medida que jugamos, y sin que sea la mejor de las historias para un videojuego, cumple para lo que es un título de estas características. El equipo de desarrollo de Soulstice ha querido insuflar de una gran personalidad a las protagonistas de la trama, y eso se nota no sólo en la representación de Briar y Lute; escenarios, personajes secundarios y trasfondo del juego -que se amplía en una mini enciclopedia que encontramos en el menú del juego- se han cuidado bastante bien, aunque su peso y explicaciones quedan algo difuminados por el desarrollo y el ritmo en sí de esta. Pero no deja de presentar un universo curioso y muy bien cuidado. Las panorámicas de los escenarios por los que nos movemos y por donde combatimos, tanto en exteriores como en interiores, son muy atrayentes -reminiscentes de cómo explorábamos esos primeros hack'n slash- y es difícil no implicarse con nuestras protagonistas y sus personalidades. Sin entrar en spoilers, la historia tiene algunos giros argumentales que sorprenden en su justa medida, y la manera de presentarlos también es una que hace que sintamos y apreciemos mejor el vínculo que tienen estas dos hermanas, y que además es lo que nos permite combatir.
La "chicha" de Soulstice la encontramos en sus combates y jugabilidad, que es lo que define a cualquier juego de este tipo. Como juego que rinde tributo a sagas como Devil May Cry o Bayonetta, el sistema de combate del juego nos propone encuentros con distintos tipos y combinaciones de enemigos en los que tendremos que saber encadenar combos a la vez que esquivamos ataques de estos para conseguir la mayor puntuación al final de cada encuentro. Inicialmente, todo esto suena muy familiar si hemos jugado a los títulos ya mencionados, pero Soulstice se diferencia de sus "mentores" por las mecánicas exclusivas que introduce.
Durante el combate, la mayor parte del trabajo lo realizaremos con Briar. Su estilo de lucha es principalmente cuerpo a cuerpo, pero a medida que avancemos en la partida añadiremos armas que le permitirán atacar a distancia, o hacer más daño a enemigos más duros o grandes. Sin embargo, la cantidad de enemigos que surgen por encuentro harán que Lute también tenga que ganarse el pan. Si Briar es la encargada de hacer daño, Lute es quien tiene que evitarlo o mitigarlo. En combate, nuestra Sombra puede bloquear ataques a distancia, congelar enemigos para darnos un respiro, o bloquear sus ataques para exponerlos a un contragolpe de Briar.
Pero Lute es también quien nos permitirá atacar a determinados enemigos: los espectros y los poseídos. Lo hace gracias a los campos etéreos que puede generar por tiempo limitado en combate y que harán vulnerables a nuestros ataques a estos tipos de enemigos. Sabremos qué campo usar con cada uno por su color. Pero hay que tener cuidado, pues si abusamos de esta habilidad, la entropía o desgaste de Lute aumenta. El resultado es que si se desvanece Briar se quedará sola durante varios segundos sin posibilidad de contrarrestar ataques gracias a Lute. Aparte que sus campos también son necesarios a la hora de desplazarnos por el escenarios.
Soulstice se diferencia de otros hack'n slash por algunas mecánicas exclusivas que introduce
Un tercer factor que entra en juego en los combates es el medidor de unidad entre las dos hermanas. Aumenta a medida que encadenamos combos y ataques sin recibir daño, y cuanto más alto sea durante más tiempo, mayor puntuación recibiremos al final de los encuentros. Pero sobre todo sirve para desatar todo el potencial combativo de nuestra Quimera. Con un nivel de unidad alto, Briar ejecutará un ataque especial único para cada arma si hacemos su combo exclusivo, dañando a varios enemigos y reforzando aún más nuestra unidad. Alternativamente, Briar y Lute -un poco después del inicio del juego- adquirirán la habilidad de entrar en modo Furia. En este estado, la velocidad de ataque y el daño de Briar aumentan enormemente y al final de su transformación puede desatar un poderoso ataque de área que dañará a todos los enemigos. La pega es que el medidor de unidad volverá a estar a cero, así que es mejor reservarse este movimiento para los golpes de gracia en los combates más duros si conseguimos mantener suficiente unidad. Con lo cual, ya entenderéis que gestionar todos estos recursos de forma eficiente es desafiante, pero -aunque no innove mucho en general- la espectacularidad de los combates y el ]reto que supone saber equilibrar el uso de todos estos factores es lo que hace que Soulstice sea un hack'n slash divertido.
Con los resultados de estos combates conseguiremos dos tipos de recompensas determinadas por nuestra puntuación: recursos de falla granates y de cobalto. Estas divisas nos permitirán ir mejorando las capacidades de combate de Briar (nuevos combos o consumibles) y de Lute (mejoras pasivas para la entropía o sus habilidades). La particularidad es que las habilidades de Lute, una vez desbloqueadas de su árbol de habilidades, se pueden reembolsar para probar otras, y el tener activas determinados tipos modificará los efectos del estado Furia de nuestra Quimera, permitiendo cierta personalización en el estilo de combate y sus efectos en los combos.
Soulstice también tiene su parte de exploración, pues a medida que avanzamos por las ruinas y las calles de Ilden, podemos encontrar combates adicionales, mejoras de salud para Briar o de entropía para Lute, desafíos con recompensas varias, o depósitos de fragmentos de grieta. Las vistas por estas zonas y escenarios también están muy bien trabajadas, nuevamente rindiendo homenaje a lo que veíamos en títulos como DMC o God of War.
Los cambios bruscos de plano de la cámara os fastidiarán bastante a la hora de desplazaros
Sin embargo, aquí está el principal fallo del juego: su cámara. Pese a que está pensada para regalarnos la vista, tanto durante los combates como la exploración manejarla se hace muy pesado y engorroso. Durante la exploración hace que algunos saltos para llegar a según que zonas sean más difíciles de lo que deberían; sobre todo por el hecho de estar muchas veces fija y que los controles de Briar son relativos a nuestro punto de vista. Los cambios bruscos de plano os fastidiarán bastante a la hora de desplazaros. Desafortunadamente, este flagrante fallo de diseño también está presente en el combate. Lo peor suele ocurrir las veces en que el ángulo de la cámara bloqueará nuestra visión de Briar y hace más difícil usarla bien en combate. En consecuencia, esto hace que bastantes combates y desafíos del juego se vuelvan muy frustrantes de superar. Y otro fallo importante también es la linealidad excesiva de la que adolecen todos los hack'n slash. Pese a que no es un fallo tan importante y propio de la naturaleza de estos juegos, es algo que le resta algunos enteros a la experiencia. Con lo cual es necesario ser paciente con este juego y practicar con él más de lo que sería lo habitual.
Por fortuna, su apartado técnico cumple y compensa un poco estos fallos. Soulstice mantiene una tasa estable de 60 imágenes por segundo, salvo en las escenas hechas con el motor del juego y que inexplicablemente están limitadas a 30. Aún así es una mácula menor y en mis partidas he gozado de una fluidez y estabilidad que muchos juegos querrían para ellos. Eso, y que en el caso de que queráis jugarlo en un PC, no tiene unos requisitos demasiado elevados, aparte de que está también disponible para Xbox Series S/X y PS5.
Soulstice quiere ser un canto a los primeros juegos del género hack'n slash, a la vez que presenta un aumento de la dificultad de sus combates con las mecánicas propias a la hora de manejar a Briar y Lute. La idea no es mala, y es un gozo ver como conectan nuestros golpes y combos en combate, pero por desgracia la linealidad propia de aquellos primeros juegos del género que busca homenajear y su fastidiosa cámara le restan enteros a la hora de ser valorado más positivamente. Se requiere paciencia para poder disfrutar de su combate y algo de suerte. No obstante, el esfuerzo realizado por Reply Games a nivel artístico y jugable es digno de mención, y aunque el juego tenga fallos algo notorios no deja de ser una digna incorporación al género que busca homenajear, y que los más nostálgicos y veteranos sabrán apreciar.
- Un hack'n slash a la antigua pero con un divertido (aunque a veces frustrante) combate
- Sus mecánicas en combate son entretenidas de usar y presentan un interesante desafío.
- La cámara será nuestro peor enemigo en el juego, tanto al combatir como explorar
- Como todos los hack'n slash antiguos, puede pecar de linealidad y algo de monotonía
- Pese a su difusa trama, es difícil no sentir simpatía por Briar y Lute y curiosidad por su mundo
