Anno: Mutationem es un juego que entra por los ojos y te los destroza de lo bonito que es. No hay esquina, rincón, sala o personaje que no tenga un acabado artístico precioso, trepidante y potente, y querrás llegar al final de la aventura solo por ver todo lo que tiene para mostrarte. Tras su paso por PC y consolas de Xbox y PlayStation, se estrena ahora en Nintendo Switch.
No es que el apartado artístico de Anno: Mutationem sea original, porque no lo es para nada. Es el enésimo juego que combina anime con cyberpunk y elementos 2D con 3D, pero lo hace de una forma deliciosa. Mezcla a personajes pixelados con escenarios poligonales, excelentemente coloreados, pintados y diseñados. Nuestra heroína puede moverse por muchos de ellos en tres dimensiones, y la sensación que produce caminar por ellos asombra. La forma en la que la perspectiva te acerca a unos objetos y te aleja de otros, cómo entras y sales de las tiendas y el propio movimiento del mundo es muy placentero. Esta fantástica sensación no solo proviene de las acertadas decisiones de presentación, también porque recurre a todos los tópicos que funcionan de esta ambientación con acierto. Están los neones, la lluvia, el contraste entre los amarillos y los fucsia, la mezcla de lo oriental con lo americano… He tenido ganas de llegar al final del título solo por ver cada escenario del juego. Y el viaje merece la pena.
Anno Mutationem nos deja controlar a una joven con una extraña enfermedad que le lía los recuerdos. Al poco de empezar la partida, alguien querido para ella desaparece. Encontrar a esta persona y resolver el misterio que le rodea es la clave de la aventura. Durante las diez horas que dura, explorarás sus ciudades, conversarás, resolverás minijuegos, pelearás y saltarás por plataformas. En esencia, se trata de un videojuego clásico de investigación en el que charlar y caminar es la clave, solo que resuelve sus hitos narrativos con secuencias de saltos o de batalla. El problema de Anno Mutationem es que ninguno de estos otros apartados está a la altura de lo visual. Los saltos fallan mucho y el combate es algo sosete. Precisamente, por toda esa belleza, a veces cuesta saber dónde podemos agarrarnos o a qué sitio sí debemos saltar. El esquema de control de las peleas es muy sencillo. Es como el de NieR: Automata pero bastante simplificado. Tenemos ataque con armas, esquiva rápida, bloqueo y también podemos combear en tierra y aire, pero le falta mucha finura tanto en la caja de impactos, la IA de los enemigos y en cómo nos deja conectar nuestras embestidas.
Entra fácilmente en el top tres de juegos más bonitos que he disfrutado en Switch
A medida que superamos retos podremos ir desbloqueando talentos a través de un árbol de habilidades. También conseguiremos nuevas armas para personalizar nuestra build, pero nunca hay un boss realmente emocionante o un encuentro para el recuerdo. Esto no quiere decir que los tortazos o los saltos sean malos, porque son solventes, pero son solo eso: suficientes para entretener nuestras ganas de llegar a lo mejor: cuando se nos deja seguir avanzando por la ciudad. Anno Mutationem tampoco destaca en cómo desarrolla su historia o en el poso que dejan sus conversaciones. Hay personajes adorables, pero también una continua sensación de déjà vu, de "este personaje ya lo he visto en aquel videojuego" o "esta situación me suena de aquel otro". Además, hacer escenarios tan preciosistas y con un acabado tan impactante tiene un problema: hay muchos callejones sin salida y caminos cortados de forma artificial. Todo es muy bonito, pero los paseos son limitados.
Anno Mutationem es un deleite para los sentidos
Lo mejor para conocer a fondo el mundo de juego es buscar las zonas a las que no irías de forma normal, hablar con todo aquel que te encuentres y desarrollar las misiones secundarias. Tampoco son la gran cosa ya que todas se resuelven yendo a un sitio y volviendo, trayendo algo a alguien o peleando, pero nos llevan a conversaciones que nos dejan profundizar un poco más en este precioso universo. Aunque este análisis parezca que está machacando al juego, no es así. Yo me lo he pasado bien desde el principio al final. No tiene ningún elemento que sea malo. El problema es que su presentación visual deja las expectativas muy altas, y el resto de sus apartados no acompañan.En mi opinión, entra fácilmente en el top tres de juegos más bonitos que he disfrutado en Switch, pero todo lo demás que tiene es solo correcto.
Por cierto, he probado este videojuego en su versión de Nintendo Switch, donde acaba de estrenarse tras su paso por PC y otras consolas, y el único problema que he detectado es que sus tiempos de carga son excesivos. Por lo demás, se juega estupendamente tanto en portátil como en sobremesa. La fluidez es correcta y se interpreta perfectamente bien todo en pantalla. Si tienes la de Nintendo, y quieres anime cyberpunk bien lindo, a por él.
Anno Mutationem entra por los ojos y me he divertido con él, pero su apabullante apartado artístico no es capaz de compensar una historia, combate y diálogos que son solo correctos. Te quedarás hasta el final para disfrutar de un apartado visual maravilloso, pero no dejará poso en ti. Me ha gustado, pero le falta mucho en su jugabilidad y situaciones para ser un juego que recomendar con los ojos cerrados.
- Merece la pena jugarlo por su apartado artístico
- Jugablemente es parecido a NieR: Automata
- La fusión entre anime y cyberpunk no es original, pero sí genial
- Está en español, aunque hay algún fallo en la localización
- Explorar sus ciudades es un placer
