Memorias Retro: Diablo

Memorias Retro: Diablo
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Pocas desarrolladoras son capaces de crear juegos que sienten cátedra, pero Blizzard es una de las pocas que ha logrado hacerlo en todos y cada uno de los títulos que ha lanzado. Diablo no fue una excepción, y tras su puesta a la venta en el ya lejano 1996, han sido decenas los juegos que han tratado de igualar su éxito sin alcanzar el nivel de sorpresa que supuso este título de acción y rol. ¿Qué lo hace tan especial?

La trayectoria de Blizzard como desarrolladora de videojuegos ha estado plagada de éxitos prácticamente desde sus orígenes en 1991, con el lanzamiento de títulos como The Lost Vikings o Rock N’Roll Racing. Sin embargo, fue en 1994 cuando iniciaron la que a día de hoy continúa siendo una de las trayectorias más envidiables de la industria; un período de gracia en el que prácticamente todo lo que han tocado se ha convertido en oro. Primero con el mítico juego de estrategia WarCraft, pero sobre todo con el clásico juego de acción y rol Diablo, que sentó las bases que crearon un estilo de juego del que siguen bebiendo decenas de lanzamientos actuales; aunque muy pocos, salvo su secuela, Diablo II, han sido capaces de equiparse al éxito e impacto de este gran clásico de Blizzard.

LA HISTORIA DETRÁS DEL MITO

Memorias Retro: Diablo

Fecha de lanzamiento: 31 de diciembre de 1996
Plataformas: PC y Mac
Ventas: 2,5 millones hasta 2001
Género: Acción y rol
Desarrollador: Blizzard (WarCraft, StarCraft y World of Warcraft)
Personal clave en su producción: Bill Roper, Chris Metzen, Eric Sexton, Max y Erich Schaefer, David Brevik y Kenneth Williams.

Luchar contra cientos de enemigos en laberínticas mazmorras que se generan aleatoriamente mientras se buscan tesoros. ¿Te suena? Tomando como fuente de inspiración clásicos como Adventure, Angband y muy especialmente Moria, Blizzard sacudió los cimientos del conocido subgénero de los "roguelike" con un videojuego que no se alejaba demasiado de este concepto primario de acabar con los enemigos en entornos cada vez más rebuscados, pero que sin embargo potenciaba la fórmula hasta cotas insospechadas con una serie de añadidos y cambios que dieron origen a un subgénero propio: los juegos "estilo Diablo".

Su desarrollo corrió a cargo del estudio Blizzard North, conocido anteriormente como Condor, que desde un principio tuvo claro que el juego debía desmarcarse de la competencia en todos los frentes posibles. ¿El resultado? Un título que combinaba de forma sobresaliente la sencillez de un juego de acción con su sistema de combate en tiempo real, frente al tradicional por turnos; una historia propia de las grandes aventuras que cautivó a miles de aficionados, y un nivel de personalización para nuestros héroes y exploración de entornos digno de los mejores juegos de rol de la vieja escuela.

Además, en enero de 1997 Blizzard estrenó su sistema de juego en línea Battle.net, permitiendo que hasta cuatro usuarios disfrutaran de la acción de Diablo a través de Internet. Un añadido que rompía con la tónica habitual de este género, en el que el jugador afrontaba con una soledad aterradora los durísimos desafíos que planteaban los clásicos roguelike, y que sirvió para que esta nueva fórmula de juego, ya de por sí tremendamente adictiva gracias a sus mazmorras, enemigos y tesoros que se generaban aleatoriamente, se convirtiera en un auténtico fenómeno de masas.

La lucha contra el Señor del Terror

La cruenta guerra contra los tres demonios mayores, Diablo, Baal y Mefisto, terminó con los tres hermanos encerrados en unos artefactos mágicos, conocidos como las Piedras del Alma, que se ocultaron en los lugares más inhóspitos del mundo de Santuario para evitar que su maligno poder volviera a propagarse. Por desgracia, la influencia de Diablo iba más allá del entendimiento de los mortales, y muy pronto corrompió la mente de algunos habitantes del reino de Khanduras para que actuaran bajo su mando provocando la demencia del Rey Leoric, que primero condenó a gran parte de su ejército a morir en una cruenta guerra contra un país vecino, y luego terminó por desangrar su reino en una loca cruzada en busca de su hijo desaparecido, el príncipe Albrecht. Todo salió mal y la cruzada concluyó con una revuelta que puso fin a la vida del monarca, no sin antes arrastrar este a sus caballeros a una vida de condenación en el infierno.

Ante esta catastrófica situación, los habitantes de Tristán (capital del reino) solicitaron el auxilio de los mejores héroes de Santuario para que les ayudaran a encontrar a su príncipe. Y es aquí donde el jugador debía escoger al héroe al que encarnaría: la Arpía de la orden del Ojo Ciego experta en el manejo de arcos y armas de largo alcance, uno de los últimos guerreros de Khanduras ducho en el combate cuerpo a cuerpo, y un poderoso hechicero de la orden de los Vizjerei.

Un planteamiento argumental que rompía con la tónica habitual del género al otorgar una gran importancia a la historia, haciendo partícipe al jugador en diálogos y eventos prefijados como los enfrentamientos contra los jefazos de turno; pero que también destacó por esa posibilidad de afrontar la partida encarnando a tres héroes distintos a los que se podía personalizar con gran libertad, tanto a nivel de equipamiento como en lo referente a sus habilidades de combate.

Lo mejor de Diablo

· El diseño aleatorio de sus mazmorras y la gran variedad de localizaciones.
· Jugabilidad tan directa y sencilla como repleta de posibilidades.
· Gran variedad de enemigos y tesoros que fomentaban la exploración.
· Fantástico argumento repleto de enigmas y personajes memorables.
· Potente multijugador para cuatro jugadores en el que se premiaba el juego en equipo.

DISECCIÓN E INFLUENCIAS

Memorias Retro: Diablo

Explicar por qué Diablo fue, y sigue siendo, un título tan especial es tan sencillo como preguntarse: ¿cuántas horas de juego le dedicaste en su día? Y aunque entendemos que cada usuario es un mundo, estamos seguros de que la mayoría puede haber pasado holgadamente de las cien horas combatiendo contra las huestes del Señor del Terror. Y es que esa apuesta tan directa por la acción desenfrenada, sin perder en ningún momento la variedad de opciones originadas por las distintas habilidades de combate de cada héroe, fomentaron un estilo de juego que a día de hoy continúa resultando fresco; y eso, después de 15 años, es todo un logro.

La generación aleatoria de escenarios, enemigos y objetos especiales potenció además las ganas por adentrarse en el oscuro mundo de Tristán, ya que siempre encontrábamos retos novedosos que nos hacían replantearnos la estrategia de combate. Y si encima contábamos con el apoyo de tres amigos más, el resultado mejoraba muchísimo más. Por supuesto, Blizzard no se olvidó de incluir tres niveles de dificultad, con uno más sencillo que brindaba un reto apto para todo el mundo, y otro extremo en el que se mantenía una de las señas de identidad de los clásicos: morir significaba terminar por completo con la partida.

Pero, como decimos, han sido muchos los juegos que han tratado de imitar el éxito de Diablo y muy pocos los que han logrado hacerle sombra. Algo que puede explicarse gracias a la atención por el detalle que Blizzard demostró a todos los niveles, creando enemigos memorables como el temible Carnicero, por ejemplo, que podían sorprenderte en cualquier momento; un potente apartado gráfico que rompía con la tónica habitual del género, la infinidad de objetos únicos con características especiales que podían convertirnos en la envidia de nuestros amigos y, claro está, gracias al fantástico argumento que dio origen a una de las historias más enigmáticas y emocionantes de la industria del videojuego –no tanto por narrativa como sí por la riqueza de detalles-.

El Legado de Diablo

Puede que no hayan inventado nada nuevo con ninguno de sus proyectos, pero es innegable que Blizzard es ya una experta en crear nuevos estilos de juego que, partiendo de una base clásica ya asentada, se han convertido en estándares en los que el resto de estudios se miran para crear sus obras. Y eso es precisamente lo que ocurrió con Diablo. Su adictiva fórmula de juego ha sido una de las que más se ha repetido durante la última década, con propuestas de todo tipo que han apostado por añadir más elementos roleros, dotar a los juegos de mucha más acción, e incluso fusionar género como la acción en primera persona con el "estilo Diablo". Y aun así, la esencia del clásico de Blizzard se ha mantenido intacta en todos ellos.

Memorias Retro: Diablo

Por todo ello, no se puede negar la enorme influencia que ha tenido Diablo en la industria del videojuego. Y aunque está claro que su secuela potenció la fórmula de una manera brillante, añadiendo muchas más opciones y mayores contenidos jugables, el mérito lo tiene el original por haber logrado crear de la nada un subgénero que a día de hoy es uno de los más exitosos en PC y, por qué no, también en consolas gracias a las plataformas de distribución digital.

¿Sabías qué?

· Diablo contó con una expansión en 1997, Hellfire, desarrollada por Synergistic Software que Blizzard no tuvo en cuenta argumentalmente a Diablo II.
· Los tres héroes del original aparecen en la secuela convertidos en enemigos.
· La pierna de madera del muchacho Wirt es una de las primeras armas de Diablo II y Hellgate: London (titulo desarrollado por ex de Blizzard).
· Los rumores acerca de un nivel secreto en Diablo, el mundo de las vacas, se convirtió en realidad en su secuela.
· Blizzard bromeó sobre el tema incluyendo en StarCraft el truco “There is no cow level” (que significa “No existe el nivel de las vacas”) para pasar de pantalla.
· Enemigos como el Carnicero han aparecido en otros juegos de la compañía como WarCraft 3.
· Hellfire introdujo la clase del Monje, que es una de las novedades de Diablo III; pero también dejó inacabadas dos clases adicionales: el bardo y el bárbaro.
· Hay un archivo de sonido que al reproducirlo del revés suelta la frase “Cómete tus verduras y lávate los dientes después de cada comida.”

¿CÓMO JUGAR A DIABLO HOY?

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A diferencia de Diablo II, que fue reditado hace unos años y también está disponible en la tienda online de Battle.net, conseguir el clásico de Blizzard que dio origen a la serie es una tarea algo más complicada. Y es que actualmente no se encuentra disponible en ninguna plataforma de distribución digital, ni tampoco es habitual encontrarse con una copia de Diablo en formato físico. Como única esperanza, nos queda que Blizzard siga los pasos que efectuó con el mítico StarCraft y cuando esté próximo el lanzamiento de Diablo III, ponga a disposición de los usuarios la opción de comprar también el original a través de Battle.net. Algo que como decimos, actualmente no es posible y tampoco está claro que vaya a ser así en un futuro.

En cuanto al juego en sí, puede funcionar todavía en equipos modernos (con Windows 7) ejecutándolo con compatibilidad para Windows XP. Y aunque ciertamente el juego no es tan vistoso como su secuela, a día de hoy se conserva lo suficientemente bien como para hacernos disfrutar de principio a fin con la primera gran guerra contra Diablo y sus huestes del infierno.

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