Todo Sobre Xbox One

Todo Sobre Xbox One
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Parece mentira, pero ya han pasado ocho años desde el estreno de Xbox 360. Ha llegado la hora de un relevo generacional, y Xbox One cumplirá tal fin, una consola más potente, social y completa, centrada en los videojuegos pero también con la ambición de controlar el entretenimiento global de nuestro salón. Microsoft busca la consola "number One". Nosotros te la mostramos.

El paso a la next-gen es ya una realidad. Xbox 360 inauguró la séptima generación de consolas a finales de 2005 con una máquina que ha dado excelentes resultados a Microsoft. Ahora, nada más y nada menos que ocho años más tarde, presenta a su sucesora, Xbox One, con la intención no sólo de mantener su liderazgo -ya histórico- en territorio americano, sino también de abrirse a mercados que se le han resistido.

La que durante mucho tiempo quisimos llamar Xbox 720, y que más tarde se dio a conocer con el nombre en clave de "Durango" (por los kits de desarrollo), llega con Kinect bajo el brazo -y como apuesta firme-, así como una para nada corta lista de declaraciones y posteriores rectificaciones. Hablamos de temas que ya todos conocemos, como la política de segunda mano. Al final lo que importa es que el consumidor ha triunfado, y esto es algo muy positivo, porque hace a esta nueva plataforma todavía más especial, ya que en parte es el resultado de todos los comentarios realizados por la comunidad Xbox.

Aún tardará en llegar a otros mercados (como parte de Latino América o Japón) debido a, según los de Redmond, la complejidad de localizar menús y Kinect a tantos países. Pero en nuestro territorio ya está disponible desde el pasado 22 de noviembre, a un precio de salida de 499 euros y una estimulante cifra: un millón de unidades vendidas en apenas un día. Concebido como un producto multimedia, pero principalmente enfocado a los juegos, Xbox One quiere meterse en los salones de todo el mundo. En el nuestro, el de 3DJuegos, lleva ya un tiempo, el suficiente para contaros qué es lo que ofrece este nuevo exponente dentro de la octava generación.

APARIENCIA EXTERNA
Negro elegancia

Uno de los primeros aspectos que resaltan a simple vista cuando se desprende a Xbox One de su embalaje es que el diseño se ha simplificado con respecto a pasadas consolas de su familia. Se trata de una consola simple pero elegante, acabada en negro tanto mate como brillante (este último "atrapahuellas") y que luce un símbolo Xbox luminoso no sólo en su frontal, sino también en Kinect y el propio mando de juego.

Un diseño sobrio que, una vez colocada en el salón, junto al reproductor multimedia o algún decodificador, es cuando se percibe su verdadera finalidad: fusionarse con el resto de dispositivos que forman parte del mobiliario. Así, la máquina podría pasar perfectamente por un aparato de grabación personal PVR o similar, incluso puede que un poco más grande (33,3cm x 27,4cm x 7,9cm). No vamos a ocultar nada, es un dispositivo realmente voluminoso y encontrarle un hueco en según qué situaciones podría significar un problema, más cuando Microsoft no recomienda colocarla en posición vertical.

La razón es por el lector, sin bandeja (lo cual es un acierto), pero también por el sistema de refrigeración, consistente en rejillas presentes en buena parte de la superficie de la consola. Parece que los ingenieros se han tomado muy en serio los problemas de sobrecalentamiento de Xbox 360, y aquí tenemos el resultado. Un buen síntoma es que no genere apenas ruido, tanto sin disco como con él, pero aún mejor es que el aire caliente que genera se disipe en un caudal más amplio que el de su predecesora. Verdaderamente, y con este diseño, parece improbable que se repitan problemas como el de las luces rojas.

CONEXIONES
Para que no falte de nada

Debemos dedicar un apartado íntegro a hablar de conexiones, porque Xbox One no se ha quedado ni mucho menos corta en este sentido. La parte trasera de la consola está inundada, siendo lo principal comentar que se prescinde de una entrada de vídeo propietaria (la que permitía vídeo por componentes en Xbox 360) para apostar por la salida HDMI, con mejor calidad. Paso acertado que se complementa con una entrada HDMI -más conocido como "pass through" en este caso- que deja entrar la señal de otro dispositivo en la consola, siempre que esta última se encuentre encendida.

Esta conexión permite visionar la televisión de pago o la imagen de un PVR directamente en Xbox One. Incluso es posible verlo en segundo plano mientras jugamos. Hemos probado hasta si se puede conectar la Xbox 360 a dicha entrada, y es posible, pero debido al "lag" en la imagen se trata de una opción nada recomendable, sólo adecuada para ver contenidos al estilo de series o películas.

Siguiendo con las conexiones, disponemos de salida óptica de audio, entrada ethernet para datos (aunque tenemos Wi-Fi) y tres espacios USB 3.0, uno de ellos en un lateral por cuestiones de accesibilidad. Todo esto convence, la máquina viene muy bien equipada, pero la funcionalidad actual es limitada. De momento no se soportan unidades externas, y no hay aplicaciones para visionar vídeos .avi o similares. Aparte, los controladores de Xbox 360 no son compatibles, algo que ya se anunció pero que tal vez debería ser reconsiderado. Por fortuna, disponemos de mucho tiempo para recibir buenas noticias.

INTERFAZ
Estilo Metro

El proceso de encendido y apagado se puede realizar desde la consola (mediante un botón táctil) o el mando. El inicio no es inmediato, de hecho tarda un minuto, mientras que el apagado es algo más llevadero, rondando los 15 segundos. La primera vez que se inicia la máquina nada más comprada se nos pide una actualización de 500 MB, pero tras ello el ritual de configuración es indoloro, con una rápida calibración de Kinect y un muy sencillo logueo en nuestra cuenta Xbox Live.

Es entonces cuando por fin podremos ver por primera vez la interfaz de Xbox One, especialmente amigable para los habituados a los últimos sistemas operativos Windows. Se aplica el estilo Metro, consistente en iconos de colores muy visibles acompañados de un sistema de navegación realmente claro e intuitivo. Es fácil de entender para todo tipo de públicos, y se nota que se le ha querido aplicar parte del poder del que gozan estos sistemas en PC. Un síntoma muy claro es que podamos desinstalar cualquier programa con sólo acceder a su menú.

Pero hay más ventajas. La que más nos gusta es la de volver a la pantalla principal en cualquier momento pulsando el botón XBOX (la partida se para si estamos jugando, sin ningún tipo de carga ni espera, es inmediato). También destacamos el hecho de poder colocar una pantalla en segundo plano, por si queremos tener abierto por ejemplo la ayuda de la consola, que nos permite ampliar información sobre la misma o bien consultar el manual electrónico de los juegos. La utilidad por encima de todo en una interfaz que nos ha resultado de lo más cuidada y trabajada.

LO NUEVO
Atención al detalle

Dentro de todo el cúmulo de nuevas características que posee una nueva consola, siempre están esos detalles que marcan la diferencia. Xbox One tiene unos cuantos. Uno de los más curiosos consiste en una profunda y extensa guía que nos ayuda a configurar correctamente los valores de brillo o contraste (entre un larguísimo etcétera) en nuestro televisor. El objetivo es que obtengamos la mejor experiencia posible, de forma que aprovechemos el "Full HD" al máximo.

Luego tenemos otros aspectos más clásicos, como la opción de comprobar la calidad de la red o la oportunidad de restringir contenidos en función de la edad del usuario (incluidos los filtros web). Para los más ahorradores, tenemos hasta opciones de energía, en este caso consistente en dos configuraciones, una de "ahorro" -apaga completamente la consola cuando no se usa- y otra de "inicio automático", que como su propio nombre indica nos faculta para experimentar un inicio más rápido, aparte de que no apaga completamente la consola, dejándola en stand-by para descargar actualizaciones automáticamente.

Pero nos dejamos la guinda del pastel para el final. Seguro que muchos de vosotros habéis sufrido por los subtítulos en los juegos. En los últimos títulos de GTA, por poner el caso más popular, era imposible leer lo que decían los personajes mientras conducíamos. Por fin podremos modificarlos a nuestro gusto, haciéndolos más grandes, cambiando el tipo de letra e incluso el fondo para que resalte más. Esto es un grandísimo detalle que seguro que muchos jugadores agradecerán.

ARQUITECTURA
La máquina

Un aspecto fundamental en cualquier nueva consola tiene que ver con el potencial de su arquitectura, con lo que puede llegar a ofrecer. La nueva generación se nos ha presentado, en general, con un renovado y potente aspecto social, donde la comunicación entre personas será lo más importante. Sin embargo, lo que nos entra por los ojos, los gráficos, siempre es imperativo, y por suerte Xbox One no se va a olvidar de esta importantísima faceta que acaba determinando el proceso de evolución de los videojuegos.

La máquina quiere ser amigable para los desarrolladores de software, por eso regresa a la arquitectura x86 que ya se estrenó con la primera Xbox. La apuesta se concreta con un procesador realmente potente, con dos módulos quad-core, lo cual nos da un procesador AMD de 64 bits de ocho núcleos que corre cada uno a 1,75 GHz. Los números no están nada mal, con una gráfica Radeon complementando al conjunto y una RAM DDR3 de 8 gigas, de los cuales tres se dedican a sistema operativo y aplicaciones.

El disco duro en este primer modelo de Xbox One (aparecerán más) dispone de 500 gigas, una cantidad más que suficiente para almacenar juegos y aplicaciones. La unidad lectora es de tecnología Blu-Ray y disponemos de un módulo Wi-Fi que permite no sólo conectarnos a Internet, sino también comunicar a nuestra máquina con un móvil, tableta o similar por conexión directa (Wi-Fi Direct). Todo esto obliga a la consola -según nuestras mediciones- a consumir entre 70-120W de potencia dependiendo de si estamos en el menú o ejecutando algún juego. Un consumo un 25% más elevado que en Xbox 360: un incremento lógico.

NUEVO CONTROLADOR
Poder en tus manos

El controlador es la parte probablemente más importante de cualquier consola que se precie. Microsoft ha tenido esto muy en cuenta desde el lanzamiento de su primera máquina, llegando tal vez a la cima en este sentido con el mando de Xbox 360, por muchos considerado como el mejor en mucho tiempo. Ahora con Xbox One se nota que los de Redmond están auto convencidos de que era un gran periférico, porque el controlador es, más que una innovación, una transformación.

Se ha dicho oficialmente que cuenta con más de 40 mejoras, pero realmente la evolución es más simple y a la vez potente que simples números. Al tacto, el mando se adapta muy bien a la mano y el agarre se favorece por su terminado semirrugoso. Además, se alcanzan todos los botones con gran comodidad. El acabado es tal vez demasiado plasticoso, menos robusto que en Xbox 360, pero su peso nos parece ideal. Incluso con las pilas puestas (dos unidades AA), resulta bastante ligero.

Los gatillos son los otros protagonistas, porque disponen de un mayor recorrido que se prevé que los desarrolladores aprovechen, sobre todo en los juegos de conducción. La vibración también mejora, con más grados de intensidad, generando vibraciones en distintas partes del mando y dando lugar a una mayor inmersión. No sabemos si gastarán más o menos baterías, pero lo que podemos decir es que duran bastante, aunque siempre se puede recurrir a la batería oficial recargable, la cual se vende por separado.

NUEVO KINECT
El ojo que todo lo ve

Xbox One estrena una nueva versión de Kinect, con una cámara que viene de serie con la consola y se presenta como una de las grandes apuestas de Microsoft para esta generación. Se busca no sólo una integración con la interfaz, sino también con los juegos, abriendo el mercado potencial de la máquina a usuarios de distintas tipologías. De momento, y como es habitual en un lanzamiento, el destinatario principal es el jugador "hardcore", pero el mercado previsiblemente se irá ampliando… y ahí estará Kinect para recibirlos con sus propuestas.

Ahora mismo lo que podemos comentar es lo que ofrece el dispositivo cuando es usado junto a la interfaz de Xbox One. Para empezar, lo más llamativo es la detección de jugadores automática, de forma que les loguea con sólo verles delante de la pantalla. El reconocimiento facial es bastante fiable, y puede reconocer hasta seis personas de forma simultánea, algo muy útil en obras del estilo de Just Dance, en las que los jugadores se turnan de forma frecuente.

Otro aspecto que nos ha sorprendido es que para estos primeros compases se confíe en la navegación por voz a través de los menús, en lugar del uso de gestos. En este sentido, Kinect reconoce los comandos ("Xbox ir a aplicación", por ejemplo) con mucha exactitud, sin necesidad de que calibremos el dispositivo. Seguimos prefiriendo la navegación tradicional con controlador, pero lo cierto es que el dispositivo puede sernos útil en más de una ocasión. Por citar el caso más notorio, es posible canjear el código QR de una suscripción sin necesidad de teclear los dígitos, algo mucho más cómodo.

XBOX LIVE
Vive y comparte

Xbox Live se ha erigido como una gran plataforma online, y quiere seguir adelante en su evolución. Se dice que Microsoft tiene o va a disponer de 300.000 servidores dedicados para hacer realidad el mejor servicio en línea posible. Lo mejor está por llegar según la compañía, pero en este lanzamiento de Xbox One ya podemos comprobar algunas de las claves.

Uno de los mayores avances lo tenemos en que podemos seguir a cualquier jugador sin su autorización, muy al estilo de redes como Twitter. ¿Para qué? Pues entre otras cosas para comparar nuestro progreso y cantidad de logros que conseguimos en cada juego. Se comparan bibliotecas, pero además podemos ver la actividad reciente y porcentaje de superación de títulos. Por supuesto, también tenemos un acceso rápido a los clips de vídeo que ha grabado -sus partidas-, así como ver su reputación y amistades.

En definitiva, todo crece, y eso a pesar de que se echa de menos la integración con redes sociales como Facebook, actualmente inexistentes en Xbox One. Eso sí, por avatares para darnos a conocer no será. Se ha incrementado el número de imágenes de jugador, y la personalización del avatar no es que cambie mucho, pero sigue siendo muy potente: pelo, cejas, ojos, orejas, nariz, boca, barbilla, vello facial, gorros, trajes, zapatos, gafas… Todo lo necesario para generar nuestra propia imagen. Irá mejorando, y lo esperamos, pero como punto de partida lo vemos correcto.

GRABACIÓN DE PARTIDAS
¡Mira mamá!

Hay muchas características estrella en Xbox One, pero nosotros nos quedamos con una: la posibilidad de grabar partidas y compartirlas con otros usuarios. Automáticamente, nuestra consola se queda con los últimos 30 segundos del videojuego que estemos jugando. Nosotros sólo deberemos dar una instrucción a Kinect ("Xbox graba eso") y esa porción de vídeo pasará inmediatamente a nuestra colección de clips.

Por supuesto, se nos permite grabar más tiempo, hasta cinco minutos, empezando una grabación en el momento que deseemos. Es posible ver vídeos de otros jugadores, tanto amigos como desconocidos, y además disponemos de espacio ilimitado para subir nuestras capturas, algo que se lleva a cabo mediante un software dedicado: Upload Studio.

Lo interesante de este programa es que, en adición, nos permite editar el vídeo en cuestión con multitud de opciones, desde cortarlo para coger sólo lo que nos interesa hasta añadirle efectos o colocar otra ventana superpuesta con nuestra imagen y comentarios en vivo. Sólo encontramos un inconveniente, y es que no es posible ahora mismo realizar comentarios en texto sobre los vídeos de los demás, algo que resta algo de vida al planteamiento social con el que nació la idea. Esperamos que sea algo temporal, ya que la propuesta de compartir experiencias nos parece lo mejor de esta consola.

LA CONSOLA MULTIMEDIA
Más que videojuegos

Está claro que Microsoft ha planteado Xbox One como algo más que un dispositivo para jugar a videojuegos. En realidad, está concebido como un producto "todo en uno", que concentre un cúmulo de experiencias. El ejemplo más claro lo tenemos en su tecnología de pantalla partida, muy versado en el concepto de conectar el decodificador a la consola para disfrutar de la televisión mientras jugamos. Una concepción, no obstante, que hay que aclarar que está más pensada para EEUU.

Eso no quiere decir que no haya aspectos que nos interesen al resto, como la cantidad de aplicaciones que existen disponibles actualmente: Skydrive, Zattoo Live TV, Machinima, Youtube, Twitch, Uplay, Skype, Reproductor de CD de audio, Reproductor Blu-Ray, TED, Eurosport Player… Algunas requieren una suscripción de Xbox Live Gold para funcionar -incluyendo Internet Explorer-, con lo que su disfrute puede verse limitado en según que casos…

Conviene en todo caso aclarar que tenemos Xbox Video y Xbox Music, orientado al pago por ver y escuchar películas, series o discos de música. El negocio digital promete imponerse en una plataforma que sin duda ofrece más que videojuegos, o al menos eso pretende. Su éxito o fracaso dependerá de los usuarios, de la aceptación o no de la fórmula que los de Redmond introducen ahora de manera más agresiva con Xbox One. Será interesante ver hacia donde evoluciona este tipo de propuestas, así como la adquisición de cada vez más títulos a través del servicio Xbox Live.

VIDEOJUEGOS
El combustible de Xbox One

Los videojuegos lo son todo para una nueva consola. Es su combustible, lo que mantendrá viva a la máquina. Xbox One realiza a este respecto un considerable esfuerzo por rodearse de títulos interesantes (algunos con más suerte que otros) en estos primeros días. A continuación os dejamos con los más atractivos, pero que no se os olvide que aquí vamos a tener que seguir instalando actualizaciones antes de jugar, aunque las descargas se realizarán en segundo plano y podremos empezar con la diversión mucho antes que en Xbox 360.

Además, las descargas se colocan en cola automáticamente, haciendo que las esperas sean cortas y el disfrute en definitiva más elevado. Todo para ponernos cuanto antes con juegos como los presentes:

CONCLUSIONES
A la conquista del salón

Ha pasado mucho tiempo desde que se estrenara Xbox 360 en el mercado, una consola que nacía entre dudas por el escaso éxito de su predecesora. Ahora Xbox One se encuentra con un panorama diferente, y la presión con la que cuenta es mayor, ya que debe mantener e incluso superar la progresión que ha realizado Microsoft en el mercado de las videoconsolas de sobremesa.

La máquina que han presentado se muestra sólida, muy orientada a los videojuegos pero con la intención adicional de colarse en nuestros salones para suponer una alternativa de entretenimiento global. El tiempo nos ha dicho que esto último es difícil de conseguir, y será interesante comprobar lo que logra la plataforma, pero por la parte de los juegos todo indica que existe un futuro prometedor, con características muy interesantes no sólo centradas en la potencia gráfica, sino también en las funciones sociales.

La introducción es bienvenida, con una consola bien diseñada, un catálogo de lanzamiento variado y un paquete de aplicaciones extenso pero que intuimos crecerá debido a la sinergía que comparte esta máquina con la plataforma Windows y su arquitectura. El futuro es todavía una incógnita, pero vemos a Xbox One con muchas posibilidades de cara a los próximos años. Por el momento, tenemos una consola robusta, de construcción amigable para los desarrolladores, pero el verdadero trabajo comienza ahora, adquiriendo acuerdos con compañías y haciendo crecer a la plataforma para que se convierta en la consola "number One".

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