Ha sido una gigante del mundo del videojuego, pero sus últimos años han sido algunos de los peores de su historia. La crisis de Ubisoft no solo no ha acabado todavía, si no que empieza a tomar tintes de serie televisiva. AJ Investments, un grupo inversor minoritario que maneja en torno a un 1% de las acciones de la compañía, ha iniciado una rebelión contra los grandes accionistas de la empresa. Afirman que la gestión actual es nefasta y amenazan con tomar medidas próximamente si no hay grandes cambios. Aunque podría parecer una anécdota, un movimiento similar cambió la historia de los videojuegos.
Una revolución dentro de Ubisoft
Explicar el cabreo de los accionistas de Ubisoft es sencillo. El valor de las participaciones de la empresa se ha reducido un 89% desde el 20 de julio de 2018. Una bajada lenta pero constante que ha convertido a la compañía en una anomalía dentro de la industria del videojuego. Mientras que las acciones de empresas como EA o Take-Two cotizan en torno a los 140 euros, las de la empresa francesa han bajado hasta costar menos de 14. A esta mala situación hay que sumarle un problema igual o aún más alarmante: no hay nada que haga prever un gran cambio en el futuro.
En este sentido, la lectura de AJ Investmenst ha sido durísima. "Ubisoft está mal gestionada y los accionistas somos rehenes tanto de la familia Guillemot como de Tencent, que se aprovechan de nosotros. La dirección se centra en complacer a los inversores consiguiendo resultados trimestrales, pero no tiene una estrategia a largo plazo para ofrecer grandes experiencias a los jugadores (...) No somos capaces de entender el proceso de toma de decisiones de los dirigentes actuales, que se centran en lanzar muchos juegos reguleros cada año que están arruinando la reputación de Ubisoft en lugar de ofrecer grandes títulos de su excepcional catálogo de franquicias".
Además de estos problemas, los inversores también señalan que Ubisoft ha actuado de forma irresponsable debido a su gigantesco número de empleados que, según argumentan, hace casi imposible obtener beneficios. "La compañía necesita reducir los costes de forma significativa y optimizar su estructura de personal para mejorar la eficiencia operativa. También sugerimos la venta de de ciertos estudios que no sean necesarios para el desarrollo de las propiedades intelectuales principales del catálogo. Ubisoft tiene más de 30 estudios. Es obvio para cualquier inversor que la estructura es demasiado grande como para ser rentable".
Además de estas propuesta, AJ Investments recomienda a Ubisoft centrarse en sus principales propiedades intelectuales: "Juegos como Rainbow Six Siege, Assassin's Creed, Far Cry, Watch Dogs y títulos de Tom Clancy’s como los Splinter Cell deben ser priorizados para que mantengan sus posiciones de liderazgo en el mercado". En un punto de su comunicado, también mencionaban su incredulidad al ver "franquicias como Rayman, Splinter Cell, For Honor o Watch Dogs dormidas durante años pese a ser amadas por fans de todo el mundo".
En última instancia, parecen ofrecer a la compañía tres opciones…
- Privatización: En este escenario, la compañía dejaría de operar en bolsa. Podría ocurrir si, por ejemplo, la familia Guillemot o Tencent compran las acciones a los inversores minoritarios de la empresa. Esta solución permitiría no tener que presentar cuentas cada trimestre, de modo que la empresa no se planificaría a corto plazo para contentar accionistas.
- Venta: Los accionistas mayoritarios venden sus acciones a un fondo de capital privado que pasa a gestionar la empresa.
- Cambio de CEO: Aunque la propiedad de la empresa no tiene porque cambiar, se podría apartar a los actuales dirigentes de la toma de decisiones.
"La familia Guillemto y Tencent son propietarios del 25% de las acciones y del 29,63% de los derechos de voto. Los accionistas minoritarios controlamos alrededor del 70% de la compañía. Basándonos en nuestras charlas con otros pequeños propietarios, creemos que tenemos suficiente poder de voto como para enfrentarnos a Guillemot (...) Si no recibimos respuesta, nos uniremos a otros accionistas minoritarios que están de acuerdo con nuestra visión para empujar más fuerte contra la gestión de Ubisoft de acuerdo con la ley francesa de accionistas minoritarios", concluían desde el grupo inversor.
Una posibilidad real de cambio
¿Significa algo todo esto? La respuesta es sí. En 2007 un grupo de inversores de Take-Two Interactive (la empresa propietaria de Rockstar y GTA) se revelaron contra los gestores de la empresa y consiguieron tomar el control. De este modo fue como Strauss Zelnick se convirtió en el CEO de la compañía. Hay que tener en cuenta, eso sí, que aquello ocurrió después de que Ryant Brant (fundador de la empresa y director hasta 2001) fuese declarado culpable de fraude al apropiarse o repartir acciones de manera ilegítima con "la participación y conocimiento de altos ejecutivos de y otros miembros de Take-Two", según relata la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.
La operación contra Ryant Brant se completó porque, más allá de cualquier decisión estratégica, el director actuó contra los intereses de la empresa. En el caso de Ubisoft las cosas no son ni mucho menos tan claras. Uno puede argumentar que la empresa está de capa caída y que el plan a largo plazo es inexistente, pero los resultados no son particularmente negativos. En este sentido, AJ Investments lo tiene mucho más difícil para tener éxito en su rebelión. En cualquier caso, este sí es un aviso muy serio para la familia Guillemot y puede ser una de sus últimas oportunidades para cambiar la filosofía empresarial.
El futuro de Ubisoft depende en buena medida de que sean capaces de tener éxito con un Assassin's Creed Shadows que nunca habían necesitado tanto. También de que puedan poner sobre la mesa propuestas de continuación para sus sagas más queridas y soluciones a unos accionistas que llevan mucho tiempo descontentos. Si todo esto sale mal, me temo que este no será el último artículo sobre problemas internos en la compañía.
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