Desde 2016 millones de fans de Pokémon pudimos hacer realidad nuestros sueños capturando Pokémon "en la vida real" gracias al exitoso juego de Niantic para móviles. Euforia que se mantiene hoy en día. Y el siguiente paso era crear una auténtica Zona Safari que se ha instalado en la ciudad de Sevilla. Esta ha sido nuestra experiencia junto a los fans de Pokémon GO.
Capturar Pokémon en la vida real era el sueño de todo niño de los noventa que creciera con la primera edición de Pokémon en su Game Boy. Hasta entonces, podíamos coleccionar tazos, tener una Pokédex, completar nuestro álbum de cromos, pero nunca podíamos ni imaginar que la posibilidad de salir a la calle a capturar ejemplares estuviera en nuestras manos. Sin embargo, ocurrió y la fiebre que se produjo dura todavía a día de hoy incluso con una pandemia a su espalda.
El logro de Pokémon GO no solo viene dado por esta estupenda capacidad para hacernos soñar con ser Entrenadores y llevar a los Pokémon a la vida real sino también, con el hecho de que muchísima gente de todas las edades, (y nada seguidores de la franquicia), comenzaron a jugar también como excusa para hacer ejercicio de una forma entretenida. Por ello, no es de extrañar que pronto comenzaran los eventos que reunían a estos jugadores formando comunidad.Los hay muy populares como el Día de la Comunidad, clave si eres un buscador de shinys como yo. Estos son mundiales, accesibles y gratuítos, un lugar de reunión en el que conseguir Incursiones en grupo y hacer amistades. Sin embargo, también están esos con los que soñamos con ir alguna vez en la vida, lejanos, y ahí es donde entra en juego la Zona Safari.
Por si alguien no lo sabe, la Zona Safari es un evento muy relevante que cada vez que se celebra es en un país distinto con el objetivo de que la gente de una región pueda acceder a los Pokémon exclusivos de otra. Filadelfia, Porto Alegre, Yokosuka o Liverpool han sido algunos de los emplazamientos escogidos para ello y ahora le llegaba el turno a Sevilla. Así, el Parque del Alamillo ha acogido a más de 20.000 Entrenadores de todas partes del mundo durante los días 13, 14 y 15 de mayo y de entre todos ellos, uno era yo.
Cuando me enteré de que este evento se realizaba tan cerca, cual Entrenadora en el inicio de su aventura, preparé la mochila, cogí las deportivas, me despedí de mi madre y salí a capturar Pokémon. Las expectativas eran altas, pero el resultado ha estado a la altura. Lo primero que me llamó la atención al llegar, era que este evento no era una simple congregación de gente con el móvil, mientras otras personas miraban con curiosidad qué estaba pasando. Ya solo el recibimiento con grandes pancartas, una entrada específica, gente repartiendo sombreros de Pikachu y las canciones más conocidas de la primera generación sonando te ponía de buen humor y te invitaba a pasar un estupendo día en la naturaleza. Lo segundo, fue la amplitud del parque. Solo la entrada hasta los puestos principales era una caminata de 10 minutos mientras veíamos emblemas de cada equipo.
El primer día fue tranquilo, el calor invitaba a sentarse por el césped y poner algún cebo o Incienso y capturar los ejemplares. Sin embargo, Niantic había pensado en todo y a lo largo de todo el recinto podíamos encontrar múltiples accesos de agua, (recordatorio por megafonía incluido), así como baterías en caso de que nuestro móvil decidiera apagarse. La sensación de ser un espacio pensado totalmente para el jugador era constante. Si decidías sobreponerte a la temperatura y explorar, podías encontrarte cosas tan divertidas como un Snorlax gigante que parecía casi tan acalorado como tú. También había mucho personal que repartía productos como llaveros, pegatinas o, lo más divertido, carteles con los que podías comunicarte con otros jugadores y buscar los ejemplares que te faltaban. Si te lo montabas bien, salías de allí con la agenda de Amigos repleta. No van a haber suficientes Regalos para todos. ¿Qué es lo interesante? Que la gente era muy amigable y si conseguías el código de gente de otros países, los intercambios cuentan con ventajas, así como la apertura de Regalos.
Podías acceder a una gran variedad de puestos de comida y sentarte en un merendero, casi todo era comida rápida, pero sorprendentemente rica. Lo que más me gustó sin duda fueron los precios asequibles. Nada de hacer negocio por las nubes, ya habíamos pagado una entrada. Y hablando de esto, pese a que el parque es público, al evento como tal solo podían acceder aquellos que tenían su pase. Incluso teniendo el juego, si no tenías el pase, para ti no saldrían esos ejemplares. Algunos de ellos eran Unown, Oricorio, Litleo, Deino o Deerling. La probabilidad de conseguir ejemplares variocolor no era tan alta como en el Día de la Comunidad, pero podías salir de allí con más de uno. En mi caso conseguí algunos como Roselia, al cual le seguía la pista desde hacía tiempo.
Particularmente, contábamos con ventajas adicionales como suele ocurrir en los eventos, por lo que los objetos tenían mayor duración y gracias a las tareas específicas de investigación y campo no nos faltaban objetivos. A partir de las 12:00 todo el contenido estaba disponible y las Incursiones activas. Huelga decir que dejar un Pokémon en un Gimnasio implicaba que te durase 5 minutos vivo. Por otra parte, recomiendo por propia experiencia asistir con espacio tanto en el inventario como en el almacenamiento de Pokémon, si no, puede ser un engorro. Lección aprendida.
El resto de zonas disponibles se completaban con una tienda de merchandising exclusivo con camisetas, mochilas y peluches del evento y un divertido trenecito que te llevaba de paseo por todo el parque. También habían torneos PvP para aquellos que disfruten del apartado más competitivo y de los combates y, obviamente, el Team GO Rocket no podía faltar a la cita. De hecho, es gracioso, porque podíamos encontrar Poképaradas físicas.
Es sorprendente la cantidad de gente que se reunió en el evento y sin embargo, la tranquilidad que se respiraba en todo momento
Sin embargo, si tuviera que destacar algo de mi experiencia durante ese fin de semana en la Zona Safari, creo que me quedo con el ambiente. Es sorprendente la cantidad de gente que se reunió en el evento y sin embargo, la tranquilidad que se respiraba en todo momento. Bueno, menos cuando ponía la música de Pueblo Lavanda, (¿pero a quién se le ocurre?). Hablando con el director de los eventos globales del juego, Humberto Kam, me comentaba que habían seleccionado el Parque del Alamillo por todas las ventajas que ofrecía y era cierto. La sensación de aglomeración no se daba en ningún caso gracias a la cantidad de terreno disponible para jugar, los espacios entre objetos, el cambio de paisaje con lago incluído.
De esta forma, mi temor a encontrarme con una multitud y un calor sofocante se calmó en el momento que pude comprobar que la Zona Safari había sido concebida como un lugar de descanso y de comunidad. Salí de allí cargada de ejemplares, objetos a reventar y preguntándome cómo Ash Ketchum ha sido capaz de recorrer regiones enteras cuando yo después de un fin de semana dormí más que un Snorlax. No sé si yo sería de las que cogerían un billete de avión solamente para acudir a esta reunión, pero puedo entender que sumada la posibilidad de ver una ciudad nueva, haya gente que decida pasar el fin de semana entre Pokémon.