Las desarrolladoras están enfrascadas en una guerra eterna contra los tramposos, pero de tanto en tanto hay una victoria para celebrar. Esto es lo que ha pasado con Activision Blizzard, pues ha ganado una larga batalla legal contra los responsables de EngineOwning; uno de los grandes proveedores de cheats para entregas de Call of Duty, Overwatch 2, Titanfall y hasta Halo Infinite. El resultado final, en cifras, queda en el pago de 15 millones de dólares para los dueños de World of Warcraft.
Porque, de acuerdo con Insider Gaming, el juez ha concluido en que EngineOwning debe esta millonada a Activision Blizzard en concepto de daños y honorarios legales. A fin de cuentas, y siguiendo la lógica del magistrado, los responsables de los cheats habían eludido los sistemas antitrampas de la desarrolladora de videojuegos en múltiples ocasiones. Además, su software había sido descargado 72.328 veces solamente en EE.UU.
Por si esto fuera poco, el juez ha dictaminado que el dominio web de EngineOwning debe entregarse a Activision Blizzard; decisión que, en otras palabras, implica la desaparición del portal. Desde luego, este punto a favor para la desarrolladora no detendrá los esfuerzos de los tramposos para crear y usar cheats en el futuro, pero sin duda es un golpe del que cuesta recuperarse.
Los creadores de Destiny 2 han ganado una batalla legal que podría dejar huella en la industria
Como decíamos al principio de la noticia, son muchas las desarrolladoras que se han visto obligadas a visitar frecuentemente los tribunales para frenar las trampas en sus juegos. Sin embargo, el último juicio de Bungie por Destiny 2 podría facilitar procesos similares en el futuro. Porque esta ha sido la primera vez que un jurado (en EE.UU.) se pronuncia por un caso de cheats en un título. Lo que, en resumidas cuentas, sentaría un precedente importante para otros casos.
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