2023 está siendo un año muy oscuro para los desarrolladores de videojuegos. Recientemente, supimos que el equipo de Bungie había experimentado una importante ola de despidos que afectaba a unos 100 trabajadores; noticia que vino seguida de la confirmación de un retraso para La Forma Final, la próxima expansión de Destiny 2. En resumidas cuentas, el estudio está pasando por un momento muy duro y los empleados, como puedes imaginar, no pueden evitar sufrir un bajón de moral por ello.
De hecho, varios miembros del equipo de Bungie han explicado de forma anónima a IGN que el ambiente en las oficinas no puede ser más "aplastante". A fin de cuentas, algunos responsables del estudio recuerdan constantemente que los despidos podrían volver a suceder si Destiny 2 no alcanza las expectativas de los directivos. Un escenario que se suma a la creciente sombra de Sony, compañía que podría quedarse con la totalidad de Bungie si las cosas van demasiado mal.
La mano de Sony y la desaparición de las señas de identidad en Bungie
Si Destiny 2 fracasa notablemente en alcanzar las expectativas de ingresos, Sony podría hacerse con el control total de Bungie.
De acuerdo con la información recopilada de trabajadores y exempleados, la adquisición de Bungie por parte de Sony allá por enero de 2022 provocó que la junta directiva del estudio estuviera dividida en 2: en un lado están los miembros de PlayStation, en otro los máximos responsables de la desarrolladora; Pete Parsons, CEO de la compañía, actúa como voto de desempate en cualquier decisión. En resumidas cuentas, la compañía siempre ha reiterado su independencia a pesar de la compra de los nipones. Pero, en una reunión llevada a cabo poco después de los despidos, los líderes de Bungie desvelaron que esta situación podría cambiar según los resultados de Destiny 2.
Porque, si el shooter fracasa significativamente en alcanzar las expectativas de ingresos, Sony tendría el derecho de disolver la actual junta directiva y hacerse con el control total de Bungie. Por ello, el equipo está llevando a cabo unos recortes brutales que están afectando tanto a los próximos contenidos de Destiny 2, incluyendo la ya retrasada expansión de 2024, como a departamentos que eran una seña de identidad en el estudio. Según los miembros que han hablado con IGN, Bungie estaría enfocando su estrategia de QA Testing apoyándose en la subcontratación de personal. Y, aunque esta es una práctica muy común en la industria de los videojuegos, la marca detrás de Destiny 2 siempre ha contado con expertos internos que trabajaban en equipos individuales. En este sentido, los empleados afirman que un 10% de los miembros del departamento interno de QA de Bungie han sido despedidos durante las últimas semanas; decisión que se habría tomado para dar inicio a la estrategia antes mencionada.
Una caída masiva de la moral y un ambiente "aplastante"
"Cada día entro con temor de que yo o mis amigos seamos los siguientes" (empleado anónimo de Bungie).
Pero los cambios en Bungie no se centran únicamente en despidos y alteraciones en el calendario de Destiny 2, pues IGN también se ha enterado de otras consecuencias extra que, en conjunto, no hacen más que destruir la moral del equipo. Ejemplo de ello es la reducción de presupuestos de viaje, la desaparición de los bonus de vacaciones, la disminución de actividades dedicadas a aumentar el compañerismo y contacto entre desarrolladores o los recortes en las compensaciones anuales, entre otras cosas. Y, al preguntar si se había valorado una reducción en el sueldo de los jefes del estudio para detener las olas de despidos, el equipo solo recibió la respuesta de que Bungie "no es ese tipo de compañía".
De hecho, los líderes de Bungie no se han mostrado muy comprensivos con los bajones de moral de los desarrolladores, de acuerdo con lo compartido por las fuentes anónimas. En este sentido, los jefes recuerdan constantemente que los despidos pueden volver a producirse de un momento a otro, lo que se complementa con un comportamiento de indiferencia, falta de seriedad e incluso hostilidad por parte de algunos encargados.
Por ende, la atmósfera en las oficinas no podría ser más opresiva. Una de las fuentes de IGN define que, durante el último mes, el ánimo general en el estudio ha sido "aplastante" y los jefes se han negado a responder sus dudas alrededor de los despidos. "Estoy enfadado. Estoy triste. Esto no es lo que he venido a hacer", comentaba uno de los entrevistados. "Se siente como si muchos responsables de Bungie no estén atendiendo a los datos y están como 'Solo necesitamos ganarnos otra vez a los fans, les seguimos gustando'. No. No lo hacen… Hemos prescindido de algunos de nuestros compañeros más queridos y reconocibles, que han estado aquí durante más de 20 años. Cada día entro con temor de que yo o mis amigos seamos los siguientes. Nadie está a salvo".
Al final, la cuestión está en el futuro desempeño de Destiny 2. Porque, en resumidas cuentas, los resultados del shooter serán los que determinen la aparición de más despidos o la disolución completa de la junta directiva. "Sabemos que necesitamos que La Forma Final salga bien", añade una de las fuentes. "Y el sentimiento en el estudio es que, si no lo hace, definitivamente veremos más despidos". La moral, eso sí, está tocada para siempre: "Los compañeros sienten un 'Nosotros vs. Ellos' entre los líderes del estudio y los trabajadores", explica otro empleado. "Esa confianza se ha erosionado".
Sony no ha respondido a las peticiones de IGN para conocer más a fondo la gravedad del asunto y Bungie se ha negado a dar comentarios sobre el mismo.
Ver 62 comentarios