Mario Gómez
Editor SeniorImagino que todos estaremos más o menos de acuerdo en que cada uno debería poder disfrutar de sus juegos a su ritmo y de cualquier manera: tal vez tu aventura favorita de cuando eras un crío sea un simple desafío de speedrunning para otro, y ambos casos nos deberían parecer igual de bien. En lo que respecta a los MMO u otros juegos de actividad recurrente, sin embargo, en internet se habla del público que se vuelven eficientes hasta un punto en el que se dejan la diversión.
Lo que quiero decir con esto es que, en ocasiones, uno encuentra por YouTube u otros medios estrategias o exploits destinados a optimizar la progresión de un juego: "cómo desbloquear rápido este arma reservada para el final", "con este truco, puedes subir de nivel más rápido". Seguro que te has encontrado con casos así —incluso en 3DJuegos publicamos contenidos del estilo cuando algún juego funciona muy bien, porque es el tipo de cosas que se buscan en las redes.
Pero, ¿qué pasa cuando ya has hecho todo eso? Cuando ya has visto los créditos, o tienes el equipamiento más poderoso. Mucha gente se va a otra cosa, porque ya lo han visto todo; y los fieles acuden a foros o canales oficiales para quejarse de que "el juego está muerto, no hay contenidos ni nada que hacer". En realidad, no culpo a ese público porque ellos simplemente hacen lo más lógico y sensato que es seguir la manera más eficiente que conocen de progresar.
Esa dinámica de compartir conocimientos con otros y desarrollar cierta maestría sobre nuestros juegos favoritos es una parte indivisible del medio, tan antigua como el propio mundillo del gaming en sus formas más primitivas. Si ahora esos conocimientos están al alcance de básicamente todo el mundo, entonces el propio desarrollo debería amoldarse a estas realidades. Pero ese es un tema para otro momento: el caso es que algunos consumen los juegos bastante rápido.
La carrera armamentística de Dune
Llevo unas semanas jugando a Dune: Awakening, el nuevo MMO de supervivencia de Funcom, y sus índices de actividad en Steam demuestran que ha sido un éxito con su pico histórico de casi 200 000 jugadores simultáneos y una estabilización sólida a posteriori. Con tanta gente explorando el mundo de Arrakis, no es extraño que en internet se hayan compartido toda clase de estrategias y consejos para facilitarte la tarea de progresar en las misiones y desbloquear tecnologías.
Acceder rápido a los vehículos lo es (casi) todo en Dune: Awakening.
Como ocurre en prácticamente todos los juegos de supervivencia, esas dos cosas suelen ir de la mano en Dune: Awakening. He visto por ahí comunidades que se organizan para amasar grandes sumas de solaris (la divisa in-game) y comprar a los mercaderes del juego las piezas para construir un ornitóptero en lugar de fabricar uno poco a poco, con la idea de completar las misiones anteriores mucho más fácil "saltándose" las dificultades que entrañaban en su momento.
Es solo un ejemplo. En realidad hay otros muchos: otros sugieren en internet el orden óptimo de desbloqueo de tecnologías, o cómo acceder rápidamente a tal o cual cosa que desbalancea la partida a tu favor. Te puedes hacer a la idea, vaya; es lo más normal del mundo en esta clase de juegos. E insisto en que no hay nada de malo en ello: es una manera igual de respetable que cualquier otra de divertirse, todo está dentro de los términos de uso del juego, etcétera.
Pero francamente, el caso específico de Dune: Awakening es uno que me hace pensar que ir tan a saco es una manera de perderse al menos parte de la gracia. Hace poco escribía en la revista acerca de cómo hacer las veces de chatarrero, yendo de un lado para otro en una moto destartalada en solitario y reponiendo a duras penas los recursos básicos, me había parecido de lo más inmersivo; e incluso me había hecho fraternizar con trastos imposibles de una manera en la que ni siquiera las películas de Villeneuve habían conseguido.
Y no sé hasta qué punto la gente que ha subido de marcha en su partida habrá logrado empatizar con el juego. Quiero decir, lo que se gana yendo rápido es acceder antes a la Landsraad: un engranaje político que propone numerosas actividades rejugables en las profundidades del desierto. Pero los propios desarrolladores han pasado las últimas semanas reconociendo que existen ciertos problemas de diseño, que sus vehículos no estaban del todo bien nivelados para estas cosas y que tendremos cambios en el horizonte para mejorar el asunto.
Entonces, ¿cuál es el punto? ¿Qué razón tiene uno para llegar a la meta, cuando ni siquiera los autores tienen esa meta definida del todo? Te animo a que no interpretes esto como una crítica, ojo: yo soy el primero que se pone a investigar esos atajos y trucos en otros muchos juegos, creo que en algunas ocasiones puede ser muy divertido. Dune: Awakening, desde mi humilde perspectiva al menos, es ante todo un juego que se disfruta haciendo pequeñas conquistas.
Ir de una región a otra no es tan simple como caminar por el desierto, porque si lo haces aparecerá un Shai-Hulud para devorarte si tu personaje no ha muerto ya de una insolación. Tienes que crear tecnologías que te faciliten la tarea de moverte, y eso requiere mucha paciencia e investigar localizaciones patrulladas que desafían tu preparación —¿llevas suficiente munición? ¿y botiquines?— y a menudo incluyen trampas o picarescas de toda clase en su interior.
Estoy seguro de que la Landsraad tiene sus virtudes, no te digo que no. Pero el camino que te conduce hasta allí también. Tal vez sería buena idea degustarlo, especialmente teniendo en cuenta que los juegos de hoy en día son más caros que nunca y la idea de desembolsar un porcentaje significativo del salario en algo para degustarlo menos me parece un poco chocante. Tómatelo como lo que es: otro tipo de consejo para disfrutar de los juegos. Y sigue la dirección que te guste a ti.
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