De niño me gustaban mucho los aviones y naves espaciales. La culpa de mi amor a la fantasía la tiene El Señor de los Anillos, y de la aviación la tiene Star Wars. Como niño de los 90 no podía evitarlo. El problema es que también soy un miope de cuidado y, no sé cómo estará ahora el tema, pero de niño mi evento canónico fue enterarme de que no podía ser piloto por cegato. Por eso, cuando veo un juego que me permite volar y hacer el cabra en la Tierra, el espacio o lo que sea, incluso con dragones, ahí estoy jugando. Con Everspace 2 he disfrutado cada minuto de mis 15 horas de juego. No solo porque es una nave espacial en un concepto de mundo abierto RPG, entendedme, soy fácil de complacer; sino porque tiene el mejor sistema de vuelo que he podido probar en años.
Y es que en cada Battlefield, Battlefront, o juego similar, cuando tenía la oportunidad de subirme a un avión o nave, no la desperdiciaba. Total, para luego decir "podría haber estado mejor". Hacer un buen movimiento en 3 dimensiones, con profundidad, horizontalidad y vertical, y añadirlo a un tipo de vehículo que se mueve a velocidades inhumanas es difícil, no imposible, pero sí duro de conseguir. Por eso, creo que el logro del equipo de Rocksfish Games, unos novatos en el videojuego, es digno de elogio, y os quiero hablar de sus tres pilares: exploración, combate y movimiento, e itemización.
Tienes una nave y una galaxia que explorar
La experiencia de Everspace 2 es completa, completísima, y diferente de su primera entrega. Aparte de probarlo, he tenido la oportunidad de hablar con el equipo de desarrollo conforme disfrutaba de su propuesta de mundo abierto. De hecho, esto último es lo más diferenciador y su mayor baza. El Everspace original se lanzó al mercado como un roguelite enfocado en el prueba y error. Con su secuela, Rockfish se ha roto los cascos para mutar su idea original a la de un escenario híper abierto con mecánicas looter shooter y un ADN de RPG; todo ello encapsulado en un modo historia que, lejos de restar, aporta cierta linealidad al juego.
De primeras, se nos lanzará a una galaxia en constante guerra con piratas, una facción rival y alienígenas. Una mezcla curiosa de la que no vais a saber por dónde salir, pero que no os desespere. Tiene un comienzo algo áspero, pero apenas 1 hora después, cuando se nos deja explorar su inmensidad extraterrestre, es súper divertido. Tenemos 8 planetas que recorrer y combate o eventos de exploración y recolección para llenar los tiempos muertos.
Antes de que penséis "qué pocos planetas", dejadme deciros que están hechos a mano, con una extensión espectacular y claramente diferenciados, y un trabajazo para un equipo de apenas 20 personas. Como me comentaron los desarrolladores, es algo que les ha dado la oportunidad de hablarnos por medio del entorno. Al no relegar todo a una IA que vaya generando según le convenga, los escenarios aportan un sabor único al concepto RPG ya que todo encaja con lógica en su universo. Las estructuras, los eventos o incluso los rompecabezas ambientales, todo está hecho para el deleite del jugador mientras nos lleva adelante el juego.
Todo ello con una nave que mejoraremos o cambiaremos a nuestro gusto, y atendiendo a los desbloqueos que hagamos conforme avancemos en el juego. Yo, por ejemplo, prefiero el estilo de nave rápida, pero tú puedes escoger lo que quieras: pesadas, equilibradas o ligeras para atacar y salir por patas.
Eso sí, no podrás abandonarla. También es algo que quise preguntar. ¿Cuál es el motivo y si un supuesto Everspace 3 apostaría por dejarnos salir a estirar las piernas? Lo cierto es que entiendo sus palabras, y es que "el que mucho abarca, poco aprieta". El refranero español tiene respuestas para todo y antes que dar una experiencia en tercera, o primera, persona fuera de la nave y fallar estrepitosamente, mejor seguir trabajando en lo que el equipo sabe: el pilotaje de naves.
Combate y exploración bien llevados por un control excepcional
En esta ocasión, he tenido la oportunidad de jugar Everspace 2 en PS5, pero como también está en Game Pass para PC y antes de daros una versión sesgada, he querido probar cómo es el manejo en ambas versiones. Fluido y directo es quedarse corto. Rockfish juega también en un terreno que conoce. Las naves tienen un modo estático, es decir, flotan en el espacio o en las atmósferas de los planetas. Es una ventaja para que el manejo no sea tosco, sí, pero es que el resto está bien hecho se mire por donde se mire.
El control se realiza con WASD en teclado, mientras que el joystick izquierdo en consolas hace las veces de viraje de la nave, y el derecho el cabeceo. Suena simple, lo sé, pero la sensación es exquisita. Aquí el equipo no ha aportado mucho a la versión de consolas, tampoco para sacar jugo al DualSense más allá de un ligerísimo refuerzo en el gatillo R2, pero se siente un movimiento tan natural, rápido y preciso que me ha flipado.
La idea del estudio es que la nave, nosotros, nos movemos en un círculo alrededor del centro que no vemos, alejándonos y acercándonos a él según necesitemos. No hablo de un bullet hell, no, hablo de un diseño bien medido donde siempre estamos en el centro de la pantalla o a pocos centímetros para medir correctamente los movimientos a la hora de pelear. Una cosa así da muchísima naturalidad a los combates, siempre claros y fáciles de seguir con la vista para que podamos disfrutarlos, que es a lo que venimos. Además, en consolas funciona a 60 FPS, qué mejor que velocidad y nitidez de la imagen.
Itemización sin abrumar al jugador
El otro pilar, la tercera pata de una mesa más sólida que mi salud mental es la itemización y cómo Rockfish, además, ha hecho un buen looter shooter. Esto está directamente heredado de aquella primera entrega. El cambio a un shooter de saqueo resulta natural para este tipo de juego: recoger piezas de naves espaciales que explotaron y restos de naufragios es divertido.
Ya sabéis cómo funciona esto: exploras, consigues, ves si se ajusta al nivel que requieres atendiendo a los colores (gris, verde, azul o dorado/morado) y lo que no sirve, a reciclar o vender. La idea es que todos los elementos, la itemización en general, sirva por y para el combate. No hay nada más, todo se reduce a que usar lo que encuentres ayuda o no según el tipo de nave. Y es que, esa ramificación a la hora de seleccionar el tipo de enfoque que quieres tener, da vidilla al juego.
No me parece abusiva, al contrario, está bien medida. La itemización buena es aquella en la que el sacrificio-recompensa no se hace de cara al futuro, a una posible build que podrás hacer y que deja ítems en un limbo que te obliga a ir siempre buscando de acá para allá más contenido. La recompensa tiene un uso directo.
La comparación entre Starfield es y será más que lógica teniendo en cuenta que Everspace 2 está en Game Pass, así como lo estará el RPG de Bethesda, y comparten un enfoque de exploración espacial con el vuelo como una parte intrínseca de la experiencia. No creo que este juego indie, salido por cierto de un Kickstarter la mar de exitoso, se pueda codear en la misma línea que el de Todd Howard, pero como alguien encantado por el pilotaje de naves, lo he mirado a fondo y lo he usado como vara de medir. Si Bethesda ha trabajado como Rockfish, estad seguros, vamos a disfrutar enormemente.
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