La historia de cómo Rockstar planeó GTA 3 como una trilogía y conquistó el mundo con ella

La historia de cómo Rockstar planeó GTA 3 como una trilogía y conquistó el mundo con ella

Los autores de Red Dead Redemption siempre pensaron en Grand Theft Auto 3 como el primero de una trilogía

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Gta 3 El Funs

Aunque por Grand Theft Auto 3 nos venga a la memoria el mítico juego de PS2 del año 2001, en realidad Rockstar siemplre planificó la tercera entrega de su saga como el primer capítulo de una trilogía. Una que sirviera de homenaje a su pasión por el cine. Al contrario de lo que podamos imaginar, conocida la trascendencia de la serie, no todos los juegos de la saga Grand Theft Auto han sido sonados éxitos. Spin-offs como Chinatown Wars o London 1969 pasaron con más pena que gloria por el mercado. Adaptaciones como las de Game Boy Color sirvieron más como una vistosa anécdota que otra cosa. Aunque posiblemente el mayor fiasco en la historia de esta saga fue el de su segunda entrega, Grand Theft Auto 2, aparecido a finales de 1999, el cual se quedó muy lejos de los objetivos de sus ideólogos, los hermanos Houser a los que dedicamos un reportaje muy profundo en su momento con el Perfil Sam Houser desvelando algunos de sus secretos y curiosidades.

Dado el éxito de su primera parte, todos los involucrados daban por hecho que aquel título se convertiría sin dificultad en uno de los juegos más vendidos del año. Al fin y al cabo mejoraba en todos los aspectos al original. Pero en un momento histórico en el que aparecían títulos como Final Fantasy VIII, Silent Hill o Resident Evil 3, la triste realidad es que GTA2, con su vista aérea, parecía caduco en comparación. Los Houser habían planeado convertir Grand Theft Auto en un símbolo que revolucionase los mismos cimientos de la industria del videojuego. Sin embargo, aquella segunda parte quedó lejos de los resultados de su precuela.

Gta 3 1

Tras el fiasco de GTA 2, vuelta a empezar

Los Houser volvieron así a empezar de cero. Estaban convencidos de la viabilidad de todas sus ideas; de que la libertad total en sus juegos, y también esa estética un tanto canalla, sería capaz de llamar la atención a millones de jugadores. Aunque al mismo tiempo comprendieron que sería necesario un drástico lavado de cara a la serie. Actualizarlo a los tiempos modernos en definitiva. Lo que no iba a ser un problema: gracias al éxito del primer Grand Theft Auto, el estudio DMA Design (futura Rockstar North), responsable de la programación de las dos primeras entregas, había actualizado todo su repertorio tecnológico. Acababan de incorporarse al dream team que Nintendo había reunido para desarrollar títulos punteros para el catálogo de Nintendo 64, por lo que todo el equipo estaba ya versado en el desarrollo de gráficos tridimensionales punteros. Sólo faltaba una última chispa de inspiración. Una que los Houser encontraron en el séptimo arte.

Decidieron convertir así la tercera entrega de Grand Theft Auto en una auténtica película interactiva

En el desarrollo de los dos primeros Grand Theft Auto fueron clave el amor de los Houser por la subcultura urbana. Especialmente su música. Sam Houser era un apasionado del pop, el hip-hop y el rap, cuya máxima aspiración era emular algún día a su admirado sello musical Def Jam. De hecho, el creativo había empezado su carrera en la discográfica BMG, con la providencia de que ésta intentó emular su éxito en el desarrollo de videojuegos. Fue precisamente esta filial, BMG interactive, la cual no duró mucho, la que publicó el primer juego de la serie Grand Theft Auto. De ahí la importancia de la música en todas las entregas de la saga.

En un principio los Houser pretendían trasladar aquella esencia directamente a las tres dimensiones sin más, pero no fue hasta ver los primeros prototipos del juego cuando se dieron cuenta de sus inmensas posibilidades. Aquella ciudad no sólo parecía más viva que nunca, sino que al poder mover la cámara a su antojo, habían convertido el motor del juego en una suerte de plató de rodaje virtual. Los Houser, que también eran unos apasionados del cine, decidieron convertir así la tercera entrega de Grand Theft Auto en una auténtica película interactiva.

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La pasión por el cine de los autores de GTA

Según David Kushner, famoso por su biografía dedicada a los fundadores de Rockstar Games, los hermanos tuvieron planificado Grand Theft Auto III como una trilogía desde el primer momento. La idea era dedicar cada título a cada una de las ciudades aparecidas en las precuelas: Liberty City, Vice City y San Andreas. Una trilogía que les serviría además para demostrar su amor por sus géneros cinematográficos favoritos. Así, el primer título fue, en palabras del propio Sam Houser, "un homenaje a las películas de gánsteres", como La Huida, Heat o incluso la serie Los Soprano. Y como no, a la mítica Uno de los nuestros, la excepcional película de Martin Scorsese protagonizada, entre otros, por Ray Liotta, Robert De Niro y un nunca suficientemente bien ponderado Joe Pesci. Una película que servirá de referencia a los Houser para dar forma a su universo y a sus personajes.

Es más, Houser aseguró a la prensa, meses antes de su aparición, que el juego sería una mezcla entre esta película y un RPG tipo Zelda. La admiración por Uno de los nuestros es patente desde el momento que, entre los diferentes actores de doblaje del juego, estuvieron Frank Vincent y Debi Mazar, ambos secundarios de la película.

El éxito de Grand Theft Auto III, el cual superó incluso las expectativas más optimistas de los Houser, les permitió ponerse a trabajar de inmediato en una secuela. Una a la que solo dedicaron poco menos de un año, pues pudieron aprovechar su mismo motor gráfico sin apenas modificaciones. Una vez más, el equipo se dejó inspirar por películas memorables ambientadas en Miami, la ciudad que a su vez se usaba como inspiración en GTA Vice City. Son evidentes los guiños a películas como El precio del poder o Atrapado por su pasado, ambas de Brian De Palma; aunque ninguna obra inspiró tanto a este Grand Theft Auto como la serie Miami Vice, la mítica producción ochentera protagonizada por Don Johnson, la misma que popularizó en su momento el Ferrari Testarossa. De hecho, sus desarrolladores afirman que vieron la serie constantemente durante su producción, y su coprotagonista, Philip Michael Thomas, fue invitado a poner voz a uno de sus personajes.

Gta San Andreas GTA San Andreas

El amor por el cine en Vice City era patente en muchos otros sentidos. Sobre todo en cuanto al equipo de actores de doblaje. GTAIII ya contó con estrellas como Michael Madsen, pero gracias a su éxito, y con un presupuesto mucho mayor, en Rockstar Games tiraron la casa por la ventana contratando a estrellas de la talla de Ray Liotta, Dennis Hopper, William Fichtner, Burt Reynolds, Danny Trejo e incluso la actriz pornográfica Jenna Jameson. La banda sonora destacaba también por la calidad de sus temas, la cual incluyó canciones míticas de los ochenta de Iron Maiden, Michael Jackson, Twisted Sister o Motley Crue, las cuales fueron recopiladas en un total de siete discos que fueron publicados en España.

Finalmente, en 2004 apareció Grand Theft Auto: San Andreas, el último de estos particulares homenajes al séptimo arte, el cual reverenciaba el género conocido en Estados Unidos como "hood films". En otras palabras, películas como Los chicos del barrio o Juice, ambientadas en las barriadas hispanas y afroamericanas de ciudades como Los Ángeles o San Francisco. Además, el juego sirvió también a los Houser para demostrar su pasión por el rap y el hip-hop, contando con diferentes músicos de prestigio en su desarrollo. En Rockstar necesitaron esta vez dos años para completar el juego, ya que además de algún que otro retoque gráfico, el título contaba con docenas de novedades y uno de los mapas más grandes que se habían visto jamás en una consola. Samuel L. Jackson, por cierto, puso voz a uno de sus personajes.

Gta 4 GTA IV

En conjunto, los tres Grand Theft Auto que conforman esta trilogía vendieron más de cincuenta millones de copias en todo el mundo. El éxito fue enorme, catapultando a Rockstar Games al olimpo de los desarrolladores de videojuegos, del cual no se ha bajado desde entonces. El posterior Grand Theft Auto IV, en comparación, se hizo mucho más de rogar: tres largos años en total, tiempo durante el cual el estudio se dedicó a probar suerte en infinidad de géneros. Desde los Manhunt, ambientados en las películas snuff, a un completo simulador de tenis de mesa. La pasión por el cine de los Houser es evidente en muchos de estos juegos, como también en las secuelas de GTA; aunque nunca ha vuelto a ser, en mi opinión, de un modo tan explícito. Puede que por el nombre Grand Theft Auto III nos venga a la cabeza un único juego, pero en realidad, como hemos visto, siempre ha sido toda una trilogía. Una que sirvió como particular homenaje de los Houser a las maravillas del séptimo arte.

Una lectura:

  • All Your Base Are Belong to Us: How Fifty Years of Videogames Conquered Pop Culture.
  • Seguro que todos los amantes de Rockstar ya tenéis Jacked, de David Kushner, por lo que me voy a permitir ser un poco más original. Este estupendo libro de Harold Goldberg cuenta varias historias de la industria, pero dedica unos cuantos capítulos a Rockstar Games y a los Houser. De hecho, es de los pocos periodistas que ha podido entrevistar a Sam Houser, siempre reticente con la prensa, por lo que supone un excelente retrato de este desarrollador.

All Your Base Are Belong to Us: How Fifty Years of Videogames Conquered Pop Culture

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