Caída en el olvido durante muchos años, al fin la saga Homeworld renace de sus cenizas con intención de hacer justicia a ese clásico que enamoró a tantos fans de la estrategia. ¿Qué la hace tan especial? Sus batallas espaciales, la épica de su historia y sus opciones tácticas. Claves que promete mantener intactas Homeworld 3.
Quién me iba a decir a mi que casi 20 años después iba a regresar al fantástico universo de la saga Homeworld liderando una nueva flota de naves espaciales, pero aquí estoy, a punto de contaros qué tal ha sido mi regreso a esta mítica serie de estrategia en tiempo real tras jugar un par de misiones de Homeworld 3. Aún estoy que casi ni me lo creo. ¡Dos décadas! Un largo viaje que llevó a la marca a caer injustamente en el olvido aunque estos últimos años, gracias a la excelente remasterización de Homeworld y su secuela, su nombre ha resonado con fuerza incluso entre el público más joven. Y yo que me alegro. Es una saga tan única y especial que incluso después de todos estos años, sigue sintiéndose tal que así, única y especial. Tanto que nada más iniciar la partida en esta continuación desarrollada por BlackBird Entertainment tuve que volver a cambiar mi forma de pensar.
La gracia de la saga Homeworld es que cuando dicen que es estrategia 3D lo es con todas las de la ley. Quiero decir. Aquí combates en un espacio totalmente tridimensional, por lo que el arriba y abajo es tan importante como la derecha e izquierda. Y claro, hay que acostumbrarse. Lástima que esta sesión de juego haya sido tan escueta porque solo pude jugar dos misiones del modo historia, que además se correspondían a los compases iniciales de la campaña, así que tampoco es que haya tenido a una gigantesca flota de naves espaciales bajo mi mando. Y sin embargo esta primera toma de contacto me ha dejado con ganas de más porque ya he visto algunas de las novedades que introduce el juego, como las coberturas, y la cosa promete. Es que solo de pensarlo ya me emociono. ¿Os imagináis esquivar la muerte usando chatarra espacial para evitar el impacto de misiles? Pues básicamente es lo que nos espera en Homeworld 3.
El rey de la estrategia espacial vuelve
Ver al equipo de Blackbird hablando con tal ilusión de este proyecto soñado me hizo sonreír mientras recordaba con nostalgia los grandes momentos vividos con Homeworld. Pero es lógico que actúen así pues este estudio fue fundado precisamente por ex Relic que ya trabajaron en el clásico y su continuación. ¿El objetivo ahora? "Crear la experiencia Homeworld con la que siempre hemos soñado", dijo el director del estudio y antiguo responsable del diseño artístico de los originales, Rob Cunningham. La clave aquí es conservar todo lo que hizo especial a Homeworld añadiendo más capas de profundidad táctica como las coberturas, que me habría encantado poner a prueba en situaciones de combate más desafiantes. Aún así se nota que su inclusión nos va a obligar a pensar distinto durante las batallas. Básicamente porque permite usar tácticas de guerrilla en el espacio. Atacas, buscas protección y vuelves a la carga en cuanto los misiles han estallado en mil pedazos.
Descubrir esta nueva opción en mitad de un combate fue super emocionante, aunque también os digo; la IA enemiga todavía necesita trabajo extra. Disparaban y disparaban contra el muro tras el que se ocultaban mis cazas sin buscar otra forma de eliminarlos, y así el asunto pierde la gracia. Queda tiempo por delante, claro, que los planes de lanzamiento apuntan a la primera mitad de 2023; pero será importante ver si todos los avances técnicos que atesora Homeworld 3 se trasladan también a la inteligencia artificial. Y los hay, ¿eh? Porque el juego se ve realmente bien. Las naves destacan por su diseño y el buen nivel de detalle alcanzado en todas ellas, aunque lo más llamativo es su elevado número. ¡Hay montones en pantalla! Todas ellas moviéndose de aquí para allá, disparando y explotando.
Creo que se avecina algo grande
Lo que sigue haciendo de Homeworld un juego tan especial tantos años después es la tridimensionalidad de su campo de batalla. No es lo mismo lanzar tus naves de frente que golpear al enemigo desde abajo donde no tiene armamento pesado con el que contrarrestar la ofensiva. Y son esta clase de detalles los que me hacen desear con tanta fuerza el lanzamiento de este nuevo juego de estrategia en tiempo real. Así que lo único que lamento ahora mismo es no haber tenido acceso a misiones más avanzadas, pues apenas he visto una ínfima parte de la flota a la que tendremos acceso. Cazas, bombarderos y casi que ya. Así que no puedo hablaros de las naves más poderosas ni de esa nueva amenaza que se cierne sobre el universo Homeworld conocida como La Anomalía, cuya "oscuridad ha comenzado a extenderse engullendo planetas" a su paso.
Hay otras novedades que todavía no estaban disponibles en esta versión de pruebas pero así de entrada suenan francamente bien. La más llamativa son unas batallas cooperativas con la esencia de un roguelike: luchas junto a un amigo contra flotas de enemigos generadas de forma aleatoria mientras desbloqueas mejoras y nuevas naves. A esto debemos sumar el tradicional multijugador y, espero, los mods, que son también una parte esencial de la historia de Homeworld. El notable Homeworld: Deserts of Kharak ya demostró que Blackbird es un estudio con talento y es algo que han reafirmado con su más reciente Hardspace Shipbreaker, que no anda falto de calidad precisamente.
Las expectativas son altas entre todos los fans que financiaron el desarrollo de Homeworld 3, y más tras tantos años de espera, pero creo que se avecina algo grande. Y es motivo de alegría.