Todos tenemos unos cuantos videojuegos que nos cambian la vida. Para mí, uno de esos es y ha sido Kingdom Hearts. Visto desde fuera, Kingdom Hearts puede parecer una payasada, uno de esos juegos raros de Square-Enix con protas con peinados imposibles y demasiado japonés. La locura se hace mayúscula cuando ves que los compañeros del prota son Donald, en el papel de mago que no te cura nunca, y Goofy, el escudero tontorrón.
Pero tras esa apariencia se esconde una de las mejores historias shonen sobre la amistad y el amor. Hay una química muy especial entre Donald, Goofy y Sora. Son criaturas absolutamente distintas, pero eso no les importa, se convierten al instante en los mejores amigos y tú en el de ellos. Vamos, que cuando ellos se abrazan, tú quieres abrazarlos también.
Kingdom Hearts sabe usar la mitología Disney de las pelis que vimos de críos para conectar con nosotros desde el minuto cero, y la exprime al máximo para construir un JRPG mágico y único; porque no hay otra cosa como Kingdom Hearts. Es capaz de reescribir las historias de Hércules y Tron para que casen en el relato de esta saga de una forma muy natural. Me sigue pareciendo alucinante cómo ha hecho suyo la falta de corazón de Pinocho, por ejemplo. Pero lo mejor de la franquicia es la relación entre Sora, Riku y Kairi, la tremenda colección de imágenes y escenas potentísimas que Kingdom Hearts sabe construir con ellos, y cómo retuerce su trama para que solo puedas esperar lo inesperado.
Ya, sí, pero nadie entiende el lore de Kingdom Hearts
Cada vez que explico esto, siempre aparece alguien que me dice: “ya, pero su lore no se entiende y es un lío”, cuando lo cierto es que es bastante sencillo de comprender, al menos, lo que nos quiere contar con él. Kingdom Hearts es un relato precioso, nos habla del corazón y se pregunta ¿en cuántas partes se puede romper un corazón cuando se siente traicionado o se le impide amar? ¿El corazón tiene recuerdos? ¿Estos pueden ser modificados a causa de otra persona? ¿Cuántas versiones de nosotros mismos existen en nuestro corazón? ¿Y en el de otra persona? ¿Estamos realmente separados de alguien a quien guardamos en nuestro corazón?
Kingdom Hearts va respondiendo poco a poco a todos esos interrogantes. Al hacerlo, va construyendo su universo, su mundo y sus personajes. Y como todo lo que sucede está asociado con los recuerdos, con las personas que amamos, que olvidamos y que deseamos que nos quieran, es imposible no llorar a lágrima tendida. Especialmente emotivos son el primer Kingdom Hearts, Kingdom Hearts: Chain of Memories, Kingdom Hearts II y Kingdom Hearts Birth by Sleep. Con Naminé y Roxas lo pasarás fatal.
Para mí, estos son los cuatro juegos en los que radica la fuerza y la magia de esta franquicia, y no puedo hacer otra cosa que recomendaros vivir esta experiencia por primera vez si no lo habéis hecho aún. Eso sí, es un error absoluto querer sumergirse en Kingdom Hearts con la razón en la mano y la lógica común. Si lo hacéis, no conectaréis con la saga, este es un juego para sentirlo, no para analizarlo con escuadra y cartabón.
¿Cómo funciona Kingdom Hearts en su versión de Steam Deck?
He estado picoteando los diferentes Kingdom Hearts en Steam Deck durante la semana pasada. Kingdom Hearts II me sigue pareciendo el más sólido para rejugar, porque me alucina su jugabilidad y sus batallas. No me tiembla el pulso al afirmar que las peleas de Kingdom Hearts II y Kingdom Hearts I contra Sephiroth son de lo más épico que se ha hecho jamás. Acabó de pasarme hace unos días Final Fantasy VII Rebirth y, lo siento, pero la pelea contra el Ángel de un solo ala mola más en Kingdom Hearts. Ya que saco el tema, tengo la teoría de que el Sephiroth de Rebirth es el mismo que el de Kingdom Hearts, y en ese barco yo moriré.
He sido tremendamente feliz por poder revivir todos estos momentos, que para mí son tan mágicos, en portátil. Las conversiones están simplemente bien. Todos los juegos de la saga, salvo Kingdom Hearts III, se juegan a 60 fps de forma muy estable. Hay alguna pequeñísima caída de vez en cuando, pero la fluidez y la nitidez de la imagen es estupenda. Hay texturas actualizadas para los dos primeros juegos de la saga, y se nota lo bien que se ve todo. Lo que chirría es que las escenas cinemáticas no jugables sean a 30 fps con alguna caidíta.
No es que te quiten las ganas de vivir, pero es un rollo pasar de 30 a 60 tantas veces en Steam Deck. Sé que me diréis que la solución sería poner las partes jugables a 30 pero, como diría Ralph Wiggum en Los Simpsons: ¡Jamás! Peor parada sale la conversión de Kingdom Hearts III en Steam Deck. Poniéndolo todo en baja, apenas supera los 30 muy de vez en cuando. He de reconocer que tardé un poco en que mis ojos se acostumbraran a esta tasa de FPS porque el título va muy rápido y no es 100% estable, pero una vez me acostumbré, seguí sin problemas.
Si nos vamos a ordenadores de sobremesa, se puede disfrutar del desbloqueo de frames o de limitarlos a 120 fps; es decir, que va bien fino. Pero creo que muchos de vosotros estaréis conmigo en que esto donde da gustito jugarlo es en Steam Deck. Dicho lo cual, esta conversión es correcta, pero, como siempre, se podría pedir un poquito más. Eso sí, ardo en deseos de que le metan a Kingdom Hearts II un mod con la traducción española para pasármelo de cabo a rabo otra vez.
La cara oscura de Kingdom Hearts
Dejando ya claro que Kingdom Hearts tiene un lore precioso y que, como los asuntos del corazón, cuesta entender del todo bien si nos ponemos literales, que el port a Steam funciona bien aunque sin alardes,que el combate es genial y comprendiendo que es una saga de JRPG monumental que hay que jugar, la pregunta es ¿merece la pena meterse en este lío? Esta es la misma pregunta que cuando uno se plantea meterse con la saga Yakuza.
En mi opinión, sí que merece la pena. Es verdad que el primer Kingdom Hearts es un pelín lento a día de hoy y que sus secciones de plataformeo se hacen bastante cuesta arriba. También es verdad que el arranque de Kingdom Hearts II es más pausado de la cuenta; yo lo adoro, pero a muchos les parecerá tedioso. En 2024, Kingdom Hearts es una serie de JRPG que requieren que te esfuerces un pelín para amarlos. No ha envejecido de 10/10, más bien, de 7/10. Eso sí, cuando empiezan a llegar los giros de guion y su poética se revela, ya no podrás salir de este universo.
Y luego hay otro problema cerval. La parte más sensible del lore no está en este recopilatorio, sino en un título de móviles que sigue creciendo y que es insoportable, y hay que pasar por él para entender el final de Kingdom Hearts III y de su DLC Re-Mind. Pero con todo, con lo bueno y con lo malo, por esas peleas contra Sephiroth y contra sus increíbles bosses, por sus lacrimógenos finales y por lo bien tratado que está todo con el universo Disney, yo no dejaría pasar esta oportunidad. Entrar en Kingdom Hearts te cambia la vida, y como te pille con la guardia baja, llorarás a moco tendido durante días.
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